España, en sintonía con EE.UU

Tony Blair, José María Aznar, George Bush y José Manuel Durão Barroso

Tony Blair, José María Aznar, George Bush y José Manuel Durão Barroso. (EPA)

De Lepanto a Bagdad

Ramón Pérez-Maura

Abril de 2001. La Administración Bush llevaba en el poder desde hacía apenas tres meses cuando por primera vez un miembro del Gobierno del Partido Popular hace una visita oficial. Federico Trillo-Figueroa se entrevista con Donald Rumsfeld. El americano, en tono de confidencialidad le confiesa: "Sabemos que sólo hay dos Gobiernos entre los de los cinco grandes países con los que estamos en plena sintonía. El de Aznar en España y el de Berlusconi en Italia. Hemos escogido España como nuestro aliado preferente." Dicho y hecho. Después de visitar México y Canadá, la primera visita al extranjero del presidente Bush fue a España. Crujir y rechinar de dientes en Londres.

Durante la mayor parte del siglo XX la política exterior española había sido de subsistencia -el régimen de Franco no daba para más. La UCD se atrevió a meter a España en la OTAN de forma vergonzante. Con el PSOE se recuperó protagonismo por medio de figuras individuales: Solana en la OTAN, Samaranch en el COI donde estaba instalado antes de 1982, Oreja en el Consejo de Europa... pero el Gobierno español seguía jugando un papel secundario. La pusilanimidad de Schröder y Chirac dio a Aznar la oportunidad de poner a España en el centro del escenario.

La denostada foto de las Azores representa a España en el núcleo de la toma de decisiones. Y el coste que tenía que pagar por ello era bajísimo comparado con el de Estados Unidos y el Reino Unido. El presidente del Gobierno español aparecía en igualdad de condiciones pese a que no se envió un solo soldado español a combatir a Irak. El 23 de julio de 2003, el primer contingente español, compuesto por 1.219 militares, zarpaba rumbo a Kuwait, para cumplir con una misión de paz de seis meses. Entre el verano de 2003 y mayo de 2004, pasaron por Irak 2.600 soldados. Las tropas españolas sufrieron al menos 90 ataques y pagaron con 11 muertos, siete de ellos en un solo ataque. Pero España no fue a Irak en misión de guerra, sino de paz. Mas eso da igual, porque la mentira de la participación de España en la guerra de Irak está tan reiterada que ya es imposible de borrar.

En términos militares la guerra de Irak se ganó en cuestión de semanas. Ahora se completa la retirada de tropas destinadas allí en misión de combate y el gran objetivo estratégico, el de acabar con la tiranía tikrití y asentar un régimen que pueda ser llamado democrático, está más cerca de lo que nunca ha estado en un país árabe. Otros vendrían después y echarían todo por la borda. Pero el Gobierno Aznar ubicó a España en el número de los vencedores en un gran conflicto internacional sin necesidad de disparar un solo tiro. La última vez que sucedió algo parecido el honor correspondió a don Juan de Austria. Bajo su mando, la armada española derrotó a los otomanos en Lepanto encabezando una coalición internacional en la que estaban integrados Venecia, los Estados Pontificios y Génova. ¿La fecha? 1571.