A no ser que gane un título mundial en el futuro, la carrera de Vitaly Petrov en la Fórmula 1 será recordada, al menos en España, por el espectacular tapón que le hizo a Fernando Alonso durante el Gran Premio de Abu Dhabi de 2010. El piloto ruso entró por méritos propios en la historia negra del asturiano, aunque nadie le podrá acusar de no hacer su trabajo de forma impecable. Mejor que en cualquiera de sus otras 18 carreras en la Fórmula 1. Las malas lenguas aseguran que solo por esas vueltas sobre el trazado asiático se ganó la continuidad en Renault.

En cualquier caso, Petrov se dispone a disputar su segunda temporada en los grandes premios con una exigencia mucho mayor. Ya no es un novato, y dispondrá de un coche bastante más competitivo que el del año de su debut. Al ruso se le va a mirar con lupa, y mucho más después de que un accidente en un rally dejara fuera de combate al teórico número uno de la escudería, Robert Kubica.

Ahora ese puesto se lo tendrá que disputar Petrov al veterano alemán Nick Heidfeld, y su margen de error no es demasiado grande. Su mejor aval sigue siendo financiero y no deportivo, y en ese apartado la competencia por un asiento en los grandes premios es feroz.

Petrov terminó el campeonato de 2010 en 13ª posición, con el quinto puesto de Hungría como mejor clasificación, y con el premio de haber logrado la vuelta rápida en Turquía. Lo dramático para él fue la comparación con Kubica, que le superó de forma sistemática en cada carrera, y terminó el Mundial con más de cien puntos de ventaja sobre el ruso.

Antes de alcanzar la máxima categoría del automovilismo, el resultado más notable de Petrov fue el subcampeonato en la GP2 de 2009, tras el alemán Nico Hulkenberg. En espera de un piloto ruso de mayor potencial, la llegada del GP de Rusia en 2014 favorece su permanencia en los grandes premios.