Cuando su destino se había oscurecido más, Nick Heidfeld encontró la luz por accidente, el que sufrió Kubica. La baja del polaco le abrió una puerta en Lotus Renault que el alemán se encargó de que no se cerrara bajo ningún concepto. Deslumbró en los ensayos de Jerez, donde hizo el mejor tiempo en su afán por agradar y mantenerse en la Fórmula 1 por duodécima temporada consecutiva. Otra vez fue a costa del español Pedro de la Rosa, al que también dejó el año pasado fuera de Sauber, aunque el volante al que se ha hecho acreedor sólo es prestado, hasta que Kubica regrese. Pero tardará.

A sus 33 años, afronta este regreso casi triunfal y sorprendente como una segunda juventud, en la que pretende demostrar que sigue capacitado para que le lleguen más oportunidades en el futuro. En su largo bagaje en la élite, 'Quick Nick' (el rápido Nick) ha militado ya en seis escuderías diferentes, si bien en la primera fase del pasado campeonato sólo fue probador de Mercedes. En esta ocasión, por lo visto hasta ahora en la pretemporada de la Fórmula 1, Heidfeld dispondrá de un coche muy competitivo y con opciones de puntuar y hasta de acercarse al podio. Será una gran oportunidad, quizás mejor de lo esperado.

En su dilatada trayectoria, el piloto nacido en Moenchengladbach (con residencia en Suiza) ingresó en la Fórmula 1 en 2000 de la mano del equipo Prost Peugeot. Después pasó por Sauber, Jordan, Williams, BMW Sauber y Mercedes. Sus títulos llegaron solo en sus inicios, en categorías inferiores.

En la élite nunca logró una victoria, si bien tomó parte en nada menos que 172 grandes premios y subió 12 veces al pódium. Ahora dispondrá de un buen monoplaza, lo que le permitirá nuevas opciones de éxito en una temporada que se presenta especialmente atractiva por los numerosos aspirantes que parten con posibilidades de coronarse campeones. Y Heidfeld también puede convertirse en protagonista de la función.