"Quiero ser el rival de Fernando Alonso. Me encantaría y estoy preparado para luchar contra cualquiera". Quien se expresa así es Felipe Massa, compañero del piloto asturiano en Ferrari. El brasileño no quiere oír hablar de un líder en la escudería italiana. Su competitividad y ambición le impiden aceptar un papel de segundón, aunque llegado el caso no tendría inconveniente en realizar labores de equipo, algo en lo que tiene práctica. Pero en su mente está pelear por el Mundial de 2011. "Sería lo mejor, porque eso querría decir que tenemos un gran coche". El reciente ejemplo de Red Bull con Vettel y Webber le da la razón. Sus 11 victorias y 15 'poles' avalan su calidad sobre el asfalto. Sin embargo, deberá demostrar que ha recuperado su mejor nivel para despejar las dudas sobre su irregularidad y bajo rendimiento en el último año.

Esta temporada se presenta para el brasileño como una reválida tras las dos últimas campañas en las que su casillero de triunfos no se ha movido. En la primera, el brutal accidente que tuvo en el G.P. de Hungría de 2009, cuando una tuerca del Brawn de su compatriota Barrichello impactó en su casco, le hizo perder el conocimiento y estrellarse contra las protecciones a más de 200 kilómetros por hora. Sufrió una importante conmoción cerebral que le apartó de la competición durante toda la campaña. Volvió en 2010 recuperado de sus lesiones y dispuesto a batallar por el título. Sin embargo, pronto se le torcieron las cosas.

Su rendimiento en el Ferrari fue muy inferior al de su nuevo compañero, Fernando Alonso."Sé que he tenido una mal año, soy el primero en reconocerlo", confesó el brasileño al término del pasado Mundial. Por eso llega a 2011 con más ganas que nunca, dispuesto a demostrar que el título que acarició en 2008 no fue casualidad. A sus 30 años está en plena madurez como piloto.

Massa ha escalado peldaño a peldaño en la elitista Fórmula 1. El brasileño, reconocido amante del fútbol y seguidor del Sao Paulo, lleva desde los nueve años delante de un volante. Comenzó en los karts, vivero de decenas de pilotos, donde ya destacó. En 1998 dio el salto a la Fórmula Chevrolet y empezó a conquistar premios. Los reconocimientos hicieron que Sauber le diera la oportunidad en la Fórmula 1 como probador. Su debut en el 'gran circo' se produjo en 2002, donde logró los primeros puntos de su carrera.

Tras su prometedor estreno inició su relación con Ferrari. La escudería italiana le contrató como probador. Pero Massa quería competir y no dudó en regresar a Sauber como piloto oficial. Fueron años de aprendizaje, de tomar el pulso a los distintos circuitos, de corregir errores, de pulir su estilo. Su buen hacer y pilotaje agresivo convencieron a los magnates del 'Cavallino Rampante' para que sustituyera a Rubens Barrichello como escudero de Michael Schumacher. Aunque su rendimiento no fue todo lo bueno que se esperaba, subió a lo más alto del podio en Turquía y Brasil. Luego rozó el campeonato en 2008, pero Lewis Hamilton se lo arrebató en el último giro del circuito de Interlagos. El brasileño quiere poner punto final a la frustración que le acompaña desde entonces y volver a sentirse importante al volante de su monoplaza. Motivación no le falta.