A orillas del Pisuerga aún se recuerda aquel jovencito de apenas 18 años que dio el salto al Fórum Valladolid. Los técnicos de la cantera auguraban que iba ser un jugador de primer nivel. Y no se equivocaron. Ha sido la última perla de la otrora fecunda cantera vallisoletana.

Quizá en sus principios era un escolta, pero su físico y su constante progresión le han llevado a ser considerado por algunos expertos como el mejor 'tres' español de la Liga ACB. Su temporada 2009-10 en Vitoria, algo al alacance solo de los elegidos, corrobora esta teoría.

En Valladolid dejó patentes dos de sus virtudes: la defensa y su capacidad de penetración. Con el paso de las temporadas, el joven jugador fue ganando peso en el equipo. Cinco campañas en el conjunto morado que sirvieron para ponerlo en el escaparate de la ACB. Era un pastel listo para equipos más golosos.

El entonces pujante Akasvayu Girona echó sus redes y contrató al jugador. Dos temporadas en el conjunto gerundese en las que llegó a jugar competición europea. La progresión continuaba.

Desde tierras catalanas dio el salto a Vitoria, a un equipo de campanillas, de los que lucha por los títulos domésticos y continentales. El entonces Tau Baskonia ganó con el cántabro en sus filas la Supercopa y la Copa del Rey.

Pero el idilio con el conjunto vitoriano estuvo cerca de romperse hace dos años. El Baskonia le colocó el cartel de transferible. Ivanovic no contaba con el exterior. Pero un giro del destino, el Real Madrid fichó del cuadro alavés a Sergi Vidal, obligó a la entidad vitoriana a quedarse con San Emeterio. Y acertaron de pleno. El jugador se convirtió en unos de los pilares del Caja Laboral. Defensa y anotación para un jugador que fue determinante para que los vitorianos volviesen a ser campeones ligueros. San Emeterio fue el jugador más empleado por el técnico balcánico, con más de 31 minutos de juego por encuentro. Incluso la temporada anterior fue el jugador más valorado en una jornada con 34 puntos, cifra sólo superada en 2001 por Pau Gasol con 39.

La gran explosión del alero cántabro, de 199 centímetros de altura y 26 años, ha llegado con la mejoría de su tiro, su talón de Aquiles en sus inicios en las filas del Fórum Valladolid. Su muñeca hace daño desde el exterior, lo que facilita sus poderosas penetraciones hacia el aro, ya que ahora tiene el recurso de lanzar y así dificultar la defensa sobre él.