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Abogado de profesión, Jesús Enrique Iglesias Fernández vino al mundo un primero de año (en Gijón, en 1959) y a primera fila de la política, al lograr el primer pacto de gobierno con el PSOE y Bloque por Asturias. De ese modo aupó a la formación que coordina desde el año 2000 al Ejecutivo autónomo por primera vez en democracia. Pero Iglesias había recalado en la defensa acérrima del ideario de izquierdas incluso antes del advenimiento de ésta, ya que en 1975 ingresó en la Unión de Juventudes Comunistas de España, siendo una formación todavía clandestina. En 1982 se incorporó a las filas del Partido Comunista de España.
Erosionada, pero no rota, su alianza con el PSOE, podría volver a negociar un pacto de gobierno
Tal y como recoge la biografía publicada en su web, Jesús Iglesias, hoy candidato a la Presidencia asturiana después de haber sido la cuarta opción más respaldada el pasado 22 de mayo (obtuvo 61.703 votos y un 10,28% de la tarta parlamentaria regional), encontró en la lucha de los ochenta contra la entrada de España en la Alianza Atlántica la horma de su zapato. De hecho, lideró la “Plataforma Cívica por la salida de la OTAN” desde Gijón, una corporación municipal en la que entraría como cabeza de lista y portavoz en 1991. Desde el Consistorio ejerció la labor de portavoz del Grupo de IU durante 19 años y compaginó esa concejalía con la representación del Ayuntamiento en el Consejo de Administración de Caja Asturias. Casado y con un hijo, es amante del senderismo y devora los libros de ensayo político e histórico.
La marcha de Llamazares lo convierte en muñidor de pactos
Su salto a la política regional se produjo en 1998, cuando se convirtió en el responsable de Política Municipal dentro de IU-Asturias y en 2000, con la marcha de Gaspar Llamazares a la coordinación general de IU en España, pasa a pilotar la acción en la autonomía y logra dos retos: negociar la irrupción de la izquierda asturiana en el Ejecutivo; y posteriormente, en la legislatura 2007-2011, tras un periodo de gobierno en minoría de los socialistas de Álvarez Areces, IU-Asturias y sus socios del Bloque de Asturias-Los Verdes regresan al Gobierno tripartito. En este periodo legislativo, asume la portavocía de IU-Los Verdes en el hemiciclo y es el responsable de su grupo en las Comisiones de Economía, Industria e Infraestructuras que se celebran en el hemiciclo regional.
Compaginó una Concejalía con la representación en el Consejo de Administración de Caja Asturias
Esta labor de oposición a los rigores económicos del país, así como los años que representó a la política en una caja financiera, no obstan para que siga defendiendo con el mismo entusiasmo con el que disfruta de las vehementes estrellas de rock que ser de izquierdas es «por lo menos, no rendirse» ni aceptar «que los poderes económicos están por encima de los elegidos democráticamente», según expresó en una entrevista digital previa a los comicios de mayo. En aquella ocasión, no aceptó que los cuatro diputados obtenidos por su formación no sirviesen para formar pinza con los quince del PSOE de Javier Fernández y desbancar a la derecha de Foro Asturias del Gobierno regional.
Para Iglesias, se trató de «un espectáculo penoso», porque no hubo una referencia en el hemiciclo asturiano de la mayoría de votos de izquierdas que sí se habían expresado en las urnas. Tampoco es que hiciese muchas migas con la facción socialista con frases como la de que Zapatero había llevado «la derecha a Asturias» y le había «dado la victoria».
¿Tercera alianza de futuro?
Erosionada, pero no rota, su alianza con el PSOE de Fernández, puede volver a echar mano de aquella comunión que le hizo muñidor de dos pactos de gobierno en el arco de izquierdas, blandiendo la bandera que canta uno de sus intérpretes predilectos, Ismael Serrano, a quien acudió recientemente a ver a un concierto en el Teatro Jovellanos de Gijón. «Sé que afuera un incendio de plumas y brea tiñe de cenizas los techos del mundo. Deja un instante que olvide mis deudas. Si el planeta estalla, que nos pille juntos».
De momento, la política en Asturias ya ha estallado, los políticos y ciudadanos afrontan sus terceras elecciones en diez meses y a PSOE e IU, de momento, les ha pillado separados. Veremos si la letra de Serrano acaba haciendo mella.