<%@ Language=VBScript %> <% Response.Status="301 Moved Permanently" Response.AddHeader "Location","http://www.abc.es/elecciones/asturias-2012/candidatos/alvarez-cascos.asp" %> 25M: Elecciones autonómicas en Asturias - ABC.es
Francisco Álvarez-Cascos

Francisco Álvarez-Cascos

Madrid, 1 de octubre de 1947

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El otrora ministro del PP es hoy líder de FAC/EFE
El otrora ministro del PP es hoy líder de FAC / EFE

Foro Asturias: Con Cascos y a lo loco

ÉRIKA MONTAÑÉS

Alrededor de su persona se fundó un nuevo partido en 2011 cuyo acrónimo estaba formado, incluso, por sus propias iniciales: Francisco Álvarez-Cascos es el líder de Foro Asturias Ciudadanos (FAC). La carrera de este partido con el que desbancó a la izquierda del poder en su Comunidad el pasado mayo echó a andar el 30 de enero de 2011, cuando este político con la titulación de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos (que obtuvo en Madrid después de pasar tres años por la Escuela de Minas de Oviedo), firma su solicitud de afiliación en la localidad asturiana de Luarca. De ahí a la constitución de Foro Asturias y a ser elegido el nuevo presidente de un gobierno en minoría para la región apenas pasaron unos meses. No obstante, sabedor de que con sus 16 escaños (si bien el partido más votado en las urnas fue el PSOE de Javier Fernández) no podría dar forma a sus ideas conservadoras en el hemiciclo asturiano lanzó, el pasado 3 de junio, una oferta de coalición para el resto de las fuerzas políticas. El presidente de Foro Asturias justificó esa fórmula algo renovada cono la más conveniente a tenor de la “delicada” situación que atravesaba el Principado. «Sería mejor que un Ejecutivo monocolor», dijo, pero su mano tendida tras una intensa campaña electoral despertó una marea de recelos y nadie la cogió.

Tras 34 años de militancia en el PP y una ruptura palpable con las juntas locales, fundó otro partido

Justo un año después de ese registro en Luarca, el 30 de enero de 2012, Cascos salía a la palestra pública y reconocía que Foro Asturias, por sí solo, se veía incapaz de sacar adelante las cuentas públicas en el Parlamento regional y adelantaba la convocatoria de nuevas elecciones, para el próximo 25 de marzo. Hacía sombra, así, a la convocatoria ordinaria en Andalucía. No era una rendición, advertía, aunque solo llevaba seis meses en el Ejecutivo autónomo y su formación había sido desplazada hasta la tercera posición entre el electorado asturiano que votó PP-PSOE mayoritariamente en las generales del 20 de noviembre.

34 años en las filas del PP

Pero éste es solo el tramo final de esta histórica frenética, que decidirá el próximo 25M si da continuidad al órdago planteado por Cascos a su partido durante 34 años, el PP. Es su entrada a Reforma Democrática en el año 1976 el principio político de este madrileño, cuya familia de origen asturiano proviene del municipio de Valdés. Desde allí su padre José María se trasladó a Gijón, donde transcurrió la infancia y juventud de Álvarez-Cascos. Tras la muerte del abuelo materno, José María, asturiano militante que fue concejal y jefe provincial del Movimiento en Gijón, se hizo cargo de los negocios de su mujer, Consuelo Fernández, cuyo mayor activo era la empresa de transportes por carretera ALSA.

Hasta la era democrática, Francisco Álvarez-Cascos (Madrid, 1 de octubre de 1947) se volcó en su título de ingeniero, se casó con su primera mujer Elisa Fernández-Escandón, con quien tuvo cuatro hijos, se asentó en un estudio de arquitectura durante un tiempo,  practicó sus deportes favoritos, la caza y la pesca del salmón, y hasta se dedicó a la crónica taurina local, que firmaba con el seudónimo de Curro Pelayo. Además de la escritura, entre sus pasiones, también destilaba cierto regusto por la política, por lo que fue concejal en Gijón hasta que el partido fundado por Manuel Fraga, uno de los mayores referentes para el líder de FAC, acogió las inquietudes políticas de Cascos. Meses después, la formación se integró en Alianza Popular. Cascos fue miembro del Comité Ejecutivo Nacional de AP entre 1984 y 1989, cargo que compaginaba desde 1982 con el de senador por Asturias y en 1983 fue elegido diputado autonómico. Su carrera dio un salto de campeonato en 1986, cuando pasó a ser diputado en el Congreso (acta que renovaría hasta 2004) y tres años después fue elegido secretario general en el IX Congreso, denominado «el de la refundación», porque AP pasó a ser PP.

Fue el "general secretario" de Aznar, y lo ha sido todo en política, desde edil hasta vicepresidente

La trayectoria vital de Álvarez-Cascos camina unida intrínsecamente a la de las nuevas siglas: PP. Lo ha sido todo en Génova, luego en Moncloa: secretario general renovado en 1990 (en Sevilla) y en Madrid, en 1993. Cuando en 1996 Aznar gana las elecciones generales, Cascos se convierte en el ariete de la Presidencia y vicepresidente primero, al tiempo que el blanco preferido de las críticas de la oposición. Su estilo bronco y autoritario chocaba en parte con los simpatizantes más moderados, que veían en Cascos algunas aristas más amén de su carácter: con cierto desprecio hacia las cuestiones de imagen, se casó nuevamente con Gemma Ruiz, 27 años más joven que él y con quien tuvo dos hijos más y su pasión cinegética le granjeó numerosos enemigos, al estar en una cacería cuando se hundió el petrolero «Prestige» (en 2002) siendo él el titular de Fomento responsable (en cuya gestión proyectó las mayores inversiones de todo el periodo democrático). No cabe duda, pese a ello, de que fue uno de los pilares destacados de los primeros años de gobierno de los populares y su habilidad negociadora como vicepresidente y titular de Presidencia, en la primera legislatura, forjó lazos imprescindibles con nacionalistas canarios, vascos y canarios, necesarios para que el Ejecutivo aprobase sus propuestas. El «general secretario», como lo bautizó el propio Aznar, adquirió pronto la impronta de ser uno de los políticos más controvertidos, comprometidos y concienzudos de la derecha, el más odiado por sus adversarios.

Un hombre que conocía como nadie los entresijos de Génova y que siempre se ha dicho de partido (llegó a pronunciar aquello de «hay que llamar derrotas a las derrotas y victorias a las victorias» y «lo importante no es ganar congresos, sino ganar elecciones»), comenzó a sentirse descontento con el funcionamiento del PP y presentó su dimisión como secretario general, siendo relegado en el cargo por Javier Arenas en 1999. Abandonó la arena política cuando en enero de 2004 anunció que no se presentaría a las elecciones generales de marzo y cesó como ministro de Fomento.

Varios años alejado de la política

Jovellanista declarado, durante este tiempo ha publicado seis libros, se ha casado en terceras nupcias con la galerista María Porto y se ha volcado en su vida profesional, como asesor de una empresa de comercio de arte y presidente de otra de capital mejicano de informática avanzada. No pudo aparcar sus ideas. En 2005, su desencuentro más que notorio con las juntas locales del partido en Asturias provocan su traslado de ficha de militante del PP gijonés al PP de Madrid y la reacción que desencadena en la Comunidad presidida por Esperanza Aguirre (fiel amiga y defensora de Cascos) es opuesta a la vivida en Asturias. Tanto es así que Cascos reaparece en actos para apoyar a Aguirre como candidata a la Puerta del Sol, o en mítines en Galicia para respaldar a otros afines, como Alberto Núñez Feijóo.

En enero de 2008, en plena confección de la candidatura popular para las generales, Cascos abrió la caja de los truenos al no respaldar de forma pública al candidato Mariano Rajoy, despotricar contra la designación de sus colaboradores más próximos como la hoy vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y mostrar su disconformidad con la ruptura de las normas estatutarias del PP o las directrices que estaba adoptando la nueva Ejecutiva en Génova.

Es un hombre de partido, que repetía "lo importante no es ganar congresos, sino ganar elecciones"

La fractura con el partido era ya evidente. Pero el gusanillo de la política seguía vivo y picó hasta el hígado al «general secretario» en 2010, cuando tras años alejado del frente, manifestó que las bases clamaban por su vuelta: «Una marea creciente de personas» veía oportuno su regreso, y quería hacerlo siendo el candidato popular a las elecciones en Asturias. Obtuvo el apoyo de máximos dirigentes del PP que habían trabajo con él durante años, incluso el veterano Manuel Fraga apostó por su retorno, porque había que estar ciego, sugería, para no ver que Cascos conquistaría el poder en el Principado. El 80% de la militancia le reclamaba, según las encuestas. Aportaría, según los seguidores, experiencia política, peso y un conocimiento de la región para la que tantas infraestructuras había proyectado en su posesión de la cartera del ramo que hacían de él el candidato idóneo para barrer a la izquierda. 

Su amago de regreso trastornó al PP asturiano

La sola insinuación de su regreso desempolvó viejas rencillas y un auténtico terremoto sacudió a la dirección del PP asturiano. El PP nombró candidata a la Presidencia del Principado a Isabel Pérez-Espinosa y dos días después Cascos anunció por carta a Génova que abandonaba el partido y la militancia de más de tres décadas. El motivo, según él, fue «la degradación que vive el PP en Asturias y los insultos de los que había sido objeto entre los meses de julio y octubre de 2010 al ser calificado de galáctico, sexagenario y terrorista callejero». Entre los enemigos acérrimos de Cascos y su anticipada vuelta «a la francesa» al Principado, el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, entre otros.

Rajoy guardó silencio y tras la misiva de Cascos el PP emitió una nota pública lamentando la pataleta del asturiano y suscribiendo que Cascos siempre tendría en el Partido Popular «su casa». Caso cerrado, mutis por el Foro hasta que nació Foro Asturias y el PP no suscribió pacto de gobierno regional con el partido de «Paco Cascos», que fue investido presidente en otras filas.