N. P. / MADRID
- Termina la Feria del Libro. ¿Alguna recomendación?
- He buscado una biografía de Velázquez que vi anunciada en una revista. La ha escrito un francés. Ya la podíamos haber hecho nosotros...
- ¿Le gustan los toros?
- No voy a los toros, porque sufro por el toro y por el torero. Pero no soy Manolo Vicent, no voy a decir nada contra los toros. Veo la grandeza que puede tener, porque la tiene el toro y el torero.
- ¿Qué le parecieron los resultados de las últimas elecciones?
- No podían seguir las cosas como iban. La sociedad se merece unos políticos mejores. No nos pueden castigar de esa manera. Hace falta que lo hagan bien, están para eso. Y lo estaban haciendo muy mal. Tenemos muchísima paciencia. Dicen de la paciencia con Franco, pero anda que con estos...
- ¿Qué piensa del movimiento de los indignados?
- Es una forma de sacar la indignación o la disconformidad. Toda la gente que se calla, que está indignada y descontenta... Eso tiene mucha fuerza.
- ¿Usted también está indignado? ¿Con qué? ¿Contra qué?
- Más que indignado, estoy muy descontento desde hace tiempo. No por mí, que estoy muy bien instalado y agradecido a la sociedad, sino por muchas personas que no se merecen una vida tan dificultosa. Estos han sido unos trapisondistas y unos mentirosos.
- El premio Velázquez se lo han dado este año a un artista que tiene obras como un libro hecho de carne. Si Velázquez levantara la cabeza...
- (Se ríe) Es una cosa venial. Hay cosas mucho más graves.
- ¿Pero todo vale en el arte?
- Es ilimitado el juicio para ver los méritos de las cosas. Y en el arte va hasta el límite máximo.
- ¿La crisis también afecta a Antonio López como artista?
- Tengo trabajo... de momento.
- La baronesa Thyssen confesó que le encantaría tener un Antonio López en su colección, pero que depende del precio. ¿Le hará una rebaja a la anfitriona de su exposición?
- (Se ríe) Que me lo diga a mí y ya nos arreglaremos. Por mí no va a quedar...
- ¿La última muestra que ha visto?
- He visto dos en el Prado: una me ha gustado muchísimo y otra me ha parecido un muermo. Ribera joven me ha apasionado, pese a la inmadurez que tiene en algunas de las cosas. Chardin no me ha gustado nada. Todo lo que hace me gusta más en otros. Los interiores, los bodegones...
- ¿Le hubiera gustado que su exposición fuese en el Prado, un museo que tanto ama?
- Yo no sé si esas preguntas se pueden hacer o se deben contestar. Está muy bien así. Hubo un proyecto de Zugaza, que nos reunió a Víctor Erice y a mí para convencer a este de que hiciera una película sobre Velázquez, que ya Erice tenía en mente desde hace años. Todavía pienso insistir con Víctor. Velázquez es algo extraordinario, un misterio.
- Si le pregunta Don Juan Carlos en la inauguración de la muestra cómo lleva el retrato de la Familia Real, ¿pondrá alguna excusa por el retraso?
- No, excusas nunca. Le hablaré con el corazón en la mano. Le diré que para mí ha sido un privilegio y es un sueño poder continuarlo.
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