Zapatero se desdice de nuevo y huye de Rodiezmo y de la UGT

Vilaboa acompañó esta misiva del original del acta notarial e insta a Rajoy a que «emprenda las actuaciones que considere oportunasdirigidas a salvaguardar los derechos y deberes de todos los afiliados».

No obstante, el pasado día 16, fuentes del Comité aseguraron que el comunicado fue consensuado y unánime y que Vilaboa dio su conformidad «delante de testigos».

Como una pantera se puso el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando el líder del PP, Mariano Rajoy, le animó durante el último debate del estado de la Nación, a visitar un comedor social. El jefe del Ejecutivo, ni corto ni perezoso, contraatacó con su cita anual sindical en la campa de Rodiezmo: «A ver si alguna vez le vemos por allí», le espetó a Rajoy, y agregó que él seguiría yendo «muchos años más». No ha pasado una semana de estas palabras y Moncloa confirmó ayer que el presidente del Gobierno no acudirá el 5 de septiembre a esta localidad leonesa a cantar «La Internacional» (sin levantar el puño) porque «ha considerado pertinente no ir», según señalaron ayer fuentes de Moncloa.

Y es que ir para anunciar que congela las pensiones, que ha metido la tijera en el gasto social y abordado una reforma laboral, no parecía plato de buen gusto. Y hacerlo además 25 días antes de la huelga general que los dos sindicatos mayoritarios se han visto obligados aconvocar, eso sí, para un lejano 29 de septiembre, iba a contribuir a quitar aún más credibilidad al ya muy maltrecho llamamiento sindical.

Hasta la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, vino a admitir que la presencia de Rodríguez Zapatero en ese acto iba a dejar muy mal colocado al sindicato al afirmar que su jefe de filas no acudiría a la cita con la que abre el curso político «por respeto a la autonomía de decisión de la Unión General de Trabajadores».

De la Vega, de viaje en Santander para intervenir en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, negó vehemente que la decisión de Zapatero de no acudir por vez primera en muchos años (con la única excepción de 2001, siendo sustituido por José Blanco) respondiera a la ausencia de buenas noticias que dar, incluida la propuesta del Ejecutivo de aumentar la edad de jubilación. Se trata, afirmó tajante De la Vega, de «un temade respeto entre instituciones». «No, no, no. Es un tema de respeto entre instituciones, entre personas y organizaciones», subrayó según informa Ep.

Los compromisos internacionales se han convertido en coartada de la ausencia. Zapatero tiene previsto desplazarse a finales de agosto a Shangai para inaugurar el pabellón de España de la Expo y luego, desde allí, ir a Japón. Aún así, parece que según la agenda prevista podría llegar a tiempo el día 5 de septiembre a Rodiezmo, aunque no es descartable que se amplíe la duración del viaje.

Precisamente, la secretaria de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, salió al quite para renovar el «compromiso indiscutible» del presidente del Gobierno con la fiesta minera, como así ha quedado acreditado durante años, dijo, y justificó que la asistencia de Zapatero estaba este año «complicada» por el viaje oficial a China y Japón. En todo caso no concretó si ese «compromiso indiscutible» se traducirá en que sea otro dirigente delPSOE el que le sustituya el día 5 de septiembre.

El PP, por su parte, aprovechó la noticia y el desconcierto creado por el propio Zapatero tras sus palabras en el debate del estado de la Nación, para hincar el diente en la yugular. El vicesecretario de Comunicación popular, Esteban González Pons, dijo que el jefe del Ejecutivo no acude a Rodiezmo porque «no puede mirar a los ojos a un obrero» al haber «tirado a la basura» su programa electoral y sus propios principios. Esta decisión evidencia que «forma parte del problema de España y los españoles».

«Hace ya mucho tiempo que no se fotografía con españoles. Ahora resulta que tampoco puede salir a reunirse con los afiliados del PSOE. Ha llegado la hora de que piense en hacer las maletas», dijo el dirigente popular tras la reunión del comité de dirección de su partido. Asimismo, acusó a Zapatero de haberse comportado como «un verdadero cínico» al pedir a Rajoy que fuera a Rodiezmo«precisamente el año que él no pensaba ir».