«Tanto H.P. vivo y se muere nuestra madre»: curiosas esquelas con las que las familias dan el último adiós a sus muertos

El nombre de Ana María Arbelo García, que en paz descanse, ha dado la vuelta a las redes sociales gracias a sus hijos, que en una esquela publicada en el Diario de Avisos el pasado junio lamentaron la muerte de su madre de esta forma: «Tanto H.P. vivo y se muere nuestra madre».

En tono de humor escribió la familia de José Manuel Fernández Núñez su esquela en El Comercio, con unas palabras dirigidas al fallecido, al que reprocharon su vestimenta el día de su muerte. «Llevas un paquete de tabaco entero, no te lo fumes del tirón que ya no te mandamos más, y compártelo con tu padre». Además, aprovecharon para invitar a los allegados de José Manuel al sepelio, con el convencimiento de que «él seguramente esté en el bar de enfrente».

El hijo de Soledad Hernández Rodríguez cumplió con la última voluntad de su madre e incorporó en su esquela un mensaje de perdón y reproche a los familiares que «la abandonaron cuando más les necesitó». A ellos, a los que cita en el mensaje, les afea «su absoluta falta de cariño y apoyo durante su larga y penosa enfermedad».

Una muy cariñosa y personal le dedicaron en el Diario Vasco sus hijos a Mª Jesús Escudero Armendariz, a la que expresaron el vacío que les deja y le mandaron un mensaje de agradecimiento: «Eskerrikasko ama por dedicar tu vida a querernos y a cuidarnos».

La muerte de Jesús Goikoetxea se diría que incluso fue celebrada por sus más allegados, a tenor de la dedicatoria que publicaron el El Diario Vasco en 2021. «Recibió ayer la llamada de su jefe Lucifer para cuidar las calderas. Ruega a sus familiares y allegados se tomen una copa de cava o lo que sea menester en su memoria».