Villarejo, acusado de grabar una reunión del CNI: «Es todo de chiste»

Ocurrió en octubre de 2014, cuando el entonces comisario jefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, iba a informar a un grupo de agentes del CNI sobre la investigación en curso que afectaba a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el Pequeño Nicolás, y su contenido se publicó en Información Sensible, el medio del que era titular la mujer de Villarejo, Gemma Alcalá, y en el que trabajaba el periodista Carlos Mier.

El juicio arrancó el pasado 8 de noviembre y las declaraciones de los acusados se han dejado para el final. Llegaba así el turno de Villarejo este miércoles después de que Martín Blas testificase en su contra señalando que él tuvo que dar la orden de grabar aquella conversación y de que el ex director Adjunto Operativo de la Policía, Eugenio Pino, señalase por contra que tal vez el propio Martín Blas respondió a una llamada y se dejó el teléfono abierto, radiando, sin ser consciente, la reunión.

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No está claro cómo se hizo aquella grabación y tampoco ningún perito lo ha certificado a ciencia cierta. La tesis de la Fiscalía y por la que más se inclinaban los expertos en el plenario es que se activó en remoto el móvil de Martín Blas provocando que hiciera una llamada a Carlos Mier. En su terminal no había rastro de la misma, como tampoco de un programa espía, pero fue detectada cuando lo que se analizó fue el tráfico de la línea telefónica.

«Es absurdo -zanjaba Villarejo a preguntas de su abogado-. Menudo programa de risa que deja un rastro de la llamada que se ha hecho, eso es un poco de chiste. Yo tenía bastantes teléfonos operativos y unos teléfonos que llamaban virtuales con un programa informático que se compraba y llamabas, y del móvil desaparecía. Y yo no llamé», ha asegurado.

Durante su declaración, ha puesto en duda que no hayan salido más conversaciones «si se trataba de activar una llamada». «Y sobre todo, lo más alucinante: ¿A mí qué me importaba esa historieta del Pequeño Nicolás?», ha añadido.

A esa pregunta encuentra respuesta la investigación señalándole como interesado en boicotear esa investigación para proteger a su amigo Adrián de la Joya, con el que comparte además imputación en la Audiencia Nacional. Se supone que este empresario podría verse salpicado en un asunto de blanqueo de capitales respecto de parte del entramado que estaba también bajo el foco en las pesquisas sobre el Pequeño Nicolás.

Para Villarejo, es «un argumento absurdo» porque en 2014 hacía poco que se conocían, pero sobre todo porque, conforme ha señalado, «hacía casi 20 años» que De la Joya no tenía ya intereses en juego en la finca que se estaba investigando. Da una versión alternativa, a la sazón la misma que esgrime con frecuencia ante las imputaciones en la Audiencia Nacional.

Que querían involucrarle en este y otros asuntos porque estaba enfrentado al entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán. Era, en sus palabras, una forma de «quemarle» filtrando a la prensa que estaba involucrado en el asunto que en esos meses, copaba las portadas.

Ha apuntalado esta tesis desmarcándose de todo lo relativo al asunto sobre Nicolás, incidiendo en que él tenía cosas «mucho más trascendentes» entre manos en aquella época que la «historieta» de este joven que se hacía pasar por funcionario de Inteligencia o miembro del Gobierno o Casa Real, según el contexto. Sostiene que llegó a afear a «dos coroneles» del CNI que se involucrasen en un asunto como ese, que le parecía menor. «Cuando lo vi por primera vez (en la prensa), me pareció una chorrada», ha concretado.

Por el camino, ha hecho hincapié también en sacar de la ecuación a su mujer, aduciendo que desconocía que Información Sensible estuviese publicando exclusivas sobre el Pequeño Nicolás como la cinta objeto del juicio. Lo ha justificado señalando que la relación entre ambos era en aquella época «un poquito tensa», que «prácticamente» no hablaba de nada con Alcalá y «menos aún de trabajo» y que ella «las labores administrativas» que realizaba para las empresas las hacía ya desde casa para encargarse de la niña que tienen en común. Por la sede de Información Sensible ha asegurado que pasaba muy de vez en cuando y que a Mier no le recordaba.

Ese periodista hizo una llamada el día de la grabación al fijo de casa de Villarejo, lo que obra como otro indicio contra él en la causa. Duró unos segundos por lo que el comisario insiste en que hubo de saltar el contestador, ya que «todo el mundo sabe» que él no utiliza el fijo. «Es una llamada que imagino trataría de contactar con mi esposa pero es una cosa absurda (...) Es una hipótesis, pero igual no la localizó en el móvil y la llamó al fijo».

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