Los vicepresidentes españoles del Parlamento Europeo: «Nos apetece mucho trabajar juntos»

—España ha salido ganando.

—Desde luego, porque no teníamos ningún vicepresidente del Parlamento, que es una de las tres instituciones europeas. Ahora tenemos dos, uno de cada partido y además nos hemos votado entre nosotros. El PP ha votado a Javi y los socialistas españoles me han votado a mí. Nos da presencia en la institución y fuerza como país.

—El PPE es la primera fuerza y marcará la agenda parlamentaria.

—El PP español se ha convertido en una fuerza clave en la delegación del PPE. Somos el segundo partido después de CDU-CSU alemana. Hemos ganado mucho peso. Dentro del PPE se da la siguiente paradoja: tenemos 13 primeros ministros (casi 14) y la mayoría absoluta del Consejo, pero los dos principales partidos están en la oposición: Alemania y España. Friedrich Metz y Alberto Núñez Feijóo mandan más que muchos primeros ministros.

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—Prioridades para esta legislatura.

—Es necesario defender la agricultura, los valores frente a la guerra de Ucrania y la gestión de la inmigración irregular. El Gobierno de Sánchez descuidó la defensa de los agricultores y sus vulneraciones del Estado de derecho han sido excesivas.

—El europeísmo clásico sale fortalecido, pero hay nuevas amenazas.

—El conjunto de fuerzas europeístas sigue siendo una abrumadora mayoría en el Parlamento europeo, incluso en fuerzas de extrema derecha, hay muchos europeístas. Yo soy de los últimos federalistas y no podemos renunciar al ideal de los Estados Unidos de Europa.

—Cambios sobre la legislatura anterior.

—Este Parlamento está orientado al centro derecha, a diferencia del anterior, que estaba orientado al centro izquierda. Por eso se impuso Timermans y el Pacto verde. Piense que nosotros le sacamos más de 60 escaños a los socialistas y que los vicepresidentes uno, dos y tres son del PP, y Javi López es el vicepresidente nueve.

—A pesar de las diferencias ideológicas, usted y Javi López coinciden en ser perfiles dialogantes, y con experiencia. ¿Será fácil entenderse?

—Sin duda. Para Javi y para mí será muy fácil trabajar juntos, porque nos apetece. Cuando tienes que trabajar con alguien con quien no compartes ideología es un plus que te apetezca. Y a mí me apetece entenderme con él.

—El cordón sanitario es una expresión que se utiliza mucho en la política europea. ¿A quién incluye?

—Es una aportación de la política francesa. La razón última es el putinismo, la afinidad a Putin y la voluntad de apoyarlo en Ucrania, y los ataques al Estado de derecho. Ese cordón sanitario es insalvable. Los que están fuera no van a tener puestos en las mesas y, lo que es peor, no van a ser ponentes de ningún informe en cinco años. Lo sorprendente es que Vox haya saltado por sí mismo al otro lado. El grupo de Meloni tiene dos vicepresidentes del Parlamento y un cuestor. Como no son pro-Putin, están en el lado correcto. Vox no va a tener ningún representante en ninguna mesa y lo han elegido voluntariamente. El cordón sanitario no puede levantarse.

—Dos vicepresidentes, un éxito para España.

—Sin duda, es una gran oportunidad para España y un reconocimiento del papel que tiene. Somos un país con prestigio en Europa, que ha recuperado influencia de forma clara y directa. Es una muestra de la estabilidad de los partidos y es una gran oportunidad.

—¿Qué significa para el PSOE?

—Hasta ahora tenía la presidencia del Grupo parlamentario Socialista (que sigue ostentado Iratxe García) y ahora se le añade un vicepresidente del Parlamento, una institución que es gobernada por sus vicepresidentes. Así que es una influencia directa. El Parlamento Europeo tiene una gran influencia en el proceso legislativo, pero también como escaparate político. Es una oportunidad para el PSOE para influir y un reconocimiento del papel del Gobierno de España.

—Ursula Von der Leyen ha sido reelegida con más votos com presidenta de la Comisión, al igual que Roberta Metsola como presidenta del Parlamento. ¿Será esta la legislatura del europeísmo?

—Sin duda. En Europa tenemos una democracia consensual basada en la voluntad de llegar a acuerdos y en la que las grandes familias políticas europeas son capaces de hablar y discutir para llegar a pactos y avanzar en la idea de Europa. Y también con la voluntad de excluir a la extrema derecha, que ha salido fortalecida.

—El tercer grupo de la Eurocámara es el de Orbán-Le Pen al que se ha sumado Vox.

—Las amenazas y el vértigo probablemente nos empuje a las fuerzas proeuropeas a llegar a acuerdos. Hay amenazas externas e internas: el nacimiento de un grupo como el de Orbán-Le Pen es visto como un caballo de Trump en la política europea. Eso empuja a las fuerzas proeuropeas a buscar un horizonte común y a defender los valores europeos.

—El cordón sanitario, ¿hasta dónde llega? ¿Hay consenso entre los partidos, digamos, centrales?

—Existe consenso absoluto dentro del PP, Liberales, Socialistas y Verdes en que afecte a dos de las tres fuerzas de extrema derecha. Es un consenso total. Afecta al nuevo grupo de Le Pen y Orbán, donde está también Vox, y al nuevo grupo de la extrema derecha alemana. El PP no le hace cordón sanitario al grupo de Meloni, pero nosotros sí que lo hacemos. Pero en cualquier caso hay que destacar que Europa sufre vértigo, ansiedad e incertidumbre.

—Le formulo una pregunta desde la política española. Usted y González Pons tendrán que trabajar juntos, ¿le apetece?

—La política española tiene otras dinámicas diferentes a la política europea. Aquí estamos muy acostumbrados a llegar a acuerdos, que son sanos, también fruto de la arquitectura institucional, que es consensual. González Pons es un gran operador y comunicador político del PP Europeo y alguien con experiencia en la casa y con reconocimiento. Tengo ganas de trabajar con todos, que es un reto, y también con el vicepresidente español. Y además es un reto para nuestro país.