Según ha informado la Guardia Civil, los hechos sucedieron el pasado mes de julio, cuando el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad Autonóma de Melilla fue movilizado para sofocar el incendio de un turismo estacionado en la vía pública, propiedad de un guardia civil destinado allí. A su vez, los presuntos autores intentaban quemar un segundo vehículo, también del agente, aunque sin éxito.
Desde el primer momento, la Guardia Civil tuvo claro que estaba ante incendios provocados y abrió una operación, bajo el nombre 'Tizona', para detener a los presuntos autores. Tras varias semanas de investigación, los agentes identificaron a dos miembros de un grupo criminal, que realizaron los ataques como venganza por sus actuaciones contra el narcotráfico y las redes clandestinas de inmigración ilegal.
Los presuntos autores utilizaron garrafas de gasolina para prender fuego a los vehículos, no solo causando daños sobre los coches sino poniendo «en grave peligro» la seguridad de las personas que viven en las casas cercanas a los aparcamientos donde estaban estacionados los turismos.
Ambos individuos han sido puestos a disposición del Juzgado número 2 de Melilla, mientras la Guardia Civil continúa las investigaciones para poder identificar al resto del grupo criminal al que pertenecerían los dos jóvenes detenidos.
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