De la Vega, ¿presidenta del Consejo de Estado?

A pesar de las palabras de hondo reconocimiento a su labor como vicepresidenta pronunciadas este mediodía por José Luis Rodríguez Zapatero, quedan estas otras en el aire: Alfredo Pérez Rubalcaba, su sustituto, «tiene cualidades para la explicación política». Lo mismo ha dicho de Ramón Jauregui, nuevo ministro de la Presidencia. Es decir, que el presidente del Gobierno viene a reconocer que el Ejecutivo estaba falto de comunicación y sin pulso, como denunciaban los «barones» socialistas, en particular José María Barreda.

De la Vega deja un Ejecutivo en el que se ha encargado de coordinar asuntos muy espinosos para el PSOE, como el reciente secuestro del atunero vasco «Alakrana» o el incendio de Guadalajara en 2005 y ya no podrá ver aprobadas desde el Consejo de Ministros proyectos que ella apadrinaba como la nueva «Ley de Libertad Religiosa» o la de Trasparencia informativa.

Ha sido una auténtica «superviviente» de las sucesivas crisis de gobierno y ha defendido con uñas y dientes su parcela. Un ejemplo de esto se vivió cuando, en la última remodelación en 2009, se quedó con las competencias sobre función pública, a pesar de que entraba como vicepresidente tercero nada menos que Manuel Chaves a encargarse de lo que había sido hasta entonces el MInisterio de Administraciones Públicas. Pero ya esta primavera su salida formó parte de los planes del presidente del Gobierno para una amplia remodelación, que luego abortó por las filtraciones sobre una salida de Leire Pajín de la Secretaría de Organización del partido. Una salida que finalmente se produce hoy.

De la Vega ya quedó fuera del grupo de Zurbano para dialogar sobre ajuste económico con los partidos políticos en febrero pasado. El triunfador entonces, como hoy lo es Alfredo Pérez Rubalcaba, fue José Blanco, vicesecretario general del PSOE. Casualmente, o no, sus relaciones con ellos nunca fueron buenas. Rubalcaba intentó tras las elecciones de 2008 quitarle poder promoviendo al director general del Gabinete de la Presidencia, José Enrique Serrano, para ministro de la Presidencia. Ella se revolvió y Zapatero mantuvo el esquema: vicepresidencia sin ministro de la Presidencia. Dos años y medio después, Rubalcaba se sale con la suya...