La mitad de todos los tramos negros de la red española están en siete carreteras

El dato no puede pasar inadvertido para las autoridades, han reclamado en la presentación del estudio personas como el responsable de la Fundación Vial de la Fundación RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), Lluis Puerto , quien ha reclamado mayor atención al estado de nuestras carreteras. RACC forma parte de las entidades que ha colaborado en este completo estudio, que ya se ha aplicado en más de 25 países europeos, además de en Estados Unidos y Australia, y que ha servido de «guía» para mejorar la red vial. Dentro de la Red de Carreteras del Estado, se han analizado nada menos que 23.302 kilómetros de 1.276 tramos de red diferentes y de ellos se extrae la conclusión de que Asturias, Cantabria y Aragón son las comunidades más «peligrosas» para la persona que se pone al volante, pues son las que acaparan mayor proporción de tramos negros. De las siete vías señaladas con una cruz negativa en este informe, la N-621 y la N-632 repartidas entre León y Asturias respectivamente son las que han aumentado más su tramos nefastos para la conducción respecto al estudio anterior (hasta computar tres), y les acompañan en este listado la N-630, la N-122, la N-234, la N-322 y la N-340. En todos los tramos negros pasan entre 2.000 y 10.000 vehículos cada día. Asturias y Cantabria son las únicas autonomías que han aumentado la proporción de sus tramos negros desde el año 2006, mientras que en el lado contrario, el positivo de aquellas regiones que consiguen rebajar sus tramos peligrosos en el último trienio se sitúan Extremadura, Andalucía y la Comunidad Valenciana. El estudio desglosa que, por provincias, circular por Granada (la que tiene mayor núermo de tramos negros en España y, en concreto, del kilómetro 296,4 en Málaga al 312,9 de Granada es el más temerario de España ), León, Asturias, Teruel, Huelva y Huesca tiene un plus de peligrosidad.

En declaraciones recogidas por Ep, Puerto ha lanzado un aviso a nevegantes. «Si se arreglaran esas siete carreteras conseguiría eliminarse la mitad de los tramos negros de España», aunque también ha destacado la nota optimista: «El número de tramos de la red de carreteras del Estado con riesgo elevado o muy elevado de accidentabilidad ha descendido un 36% entre los años 1999 y 2001 a poco más del 10% en el periodo 2007-2009». A diferencia del director general de Tráfico, Pere Navarro , que recientemente achacó el repunte de la siniestralidad en España al «debate» generado para elevar de 120 a 140 kilómetros por hora el tope de velocidad en las autopistas, el responsable de la Seguridad Vial de RACC ha llamado la atención sobre el repunte de accidentes pero, a continuación, ha pedido al Ministerio de Fomento que invierta en el mantenimiento de estas carreteras, ya que «con un esfuerzo relativamente concentrado se puede atajar un número muy grande de tramos negros». Nos encontramos, ha considerado, « en un momento especialmente crítico para aplicar una política de mantenimiento de las carreteras», para añadir que es necesario invertir en carreteras.

Hay un capítulo muy importante en el informe, que puedes consultar aquí , dedicado al análisis de los motoristas y los riesgos de las dos ruedas en la red vial estatal. Para este «público objetivo» es trascendental saber que si se mejorasen solo 1.740 kilómetros de la red (un 7,5%) se prevendría la mitad de los accidentes que ocurren en nuestras carreteras. La lesividad de este colectivo se encuentra mucho más concentrada, por tanto, en tramos específicos. Para estos conductores no es conveniente circular por vías de regionalidad andaluza puesto que concentran siete de los diez tramos más peligrosos. Los otros se encuentran diseminados entre la Comunidad Valenciana, Galicia y Madrid.

El estudio EuroRAP 2010 también diseña una especie de perfil de la carretera más arriesgada: es una nacional, con una sola calzada para ambos sentidos de circulación, con intersecciones al mismo nivel y con una intensidad medida diaria por debajo de los 10.000 vehículos al día (vías que aún no alcanzan la tasa del 50% de reducción de su siniestralidad, que es el objetivo fijado por Europa). Desde 2003, los accidentes graves y número de fallecidos en carreteras convencionales españolas se han atajado en un 41,6%.