Teresa Charlín desvincula del narco los fondos a juicio: Eran de la venta «en b» de marisco portugués
Su hermana Josefa defiende que el dinero de Suiza estaba limpio: «Si no, no lo habría puesto a mi nombre»
Madrid
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Iniciar sesiónSegunda sesión del juicio en la Audiencia Nacional contra hijos y nietos del difunto narco gallego Manuel Charlín y turno para la declaración de sus hijas Josefa y Teresa Charlín Pomares, que se sientan en el banquillo por un blanqueo de capitales fruto del tráfico de drogas ... que según la Fiscalía, habría tenido lugar desde principios del año 2000. A preguntas exclusivamente de sus abogados, ambas han negado la mayor y han defendido la licitud del dinero.
En el caso de Teresa, que fue absuelta del primer gran juicio por blanqueo contra el clan gallego, el foco está puesto en los fondos con los que su hija Natalia acudió a una subasta pública para comprar una depuradora que las trabajadoras de la empresa habían acabado embargando a la familia mientras estaban en prisión. Pese a la puja, la empresa pasó a manos de un constructor con quien existía una deuda que se seguía en otro juzgado y a quien, después, se la acabarían comprando en efectivo. Todo, de manera informal.
Para Antidroga, pujó la hija y adquirió el constructor en una maniobra para disimular la titularidad de Teresa Charlín Pomares, pero ella, en el banquillo, ha asegurado que el dinero que su hija llevó aquel día a la subasta era fruto de un crédito que les había concedido Bankia hipotecando sus dos pisos, más los réditos de la venta de unas propiedades y los ahorros que pudieron aportar, «todo por banco». Los fondos que usaron para pagar al constructor, sin embargo, tenían otro origen.
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«Parte de nuestro marisco en la depuradora se trae de Portugal y la mayor parte, que no toda, viene sin declarar y se vende en 'b'. Y entonces se genera un dinero en 'b'. Con ese dinero en 'b' fue con lo que le pagamos», ha explicado, para concretar que el constructor «cobró los intereses y tal, pero hizo un descuento». «Se le pagó 170.000 euros en efectivo (...) con las ventas en 'b'».
Conforme ha señalado, que el dinero saliese de ahí fue una de las razones que la llevaron a desechar cualquier transacción formal con la compra al constructor, que además, «tenía unos costes y no había dinero para eso». La intención era reclamar porque nadie les había avisado antes de la subasta de que la depuradora tenía otras cargas y se encontraron con que habían comprado algo que no les iba a pertenecer.
El constructor, Ramón Rodríguez Paz, está también acusado y a preguntas del fiscal ha defendido la licitud de aquella venta para saldar la deuda que tenía con él la familia Charlín por una obra en la depuradora que no pudo cobrar en su día debido al embargo judicial. «Me pagaron en efectivo y yo no rechisté», ha comentado. En situación análoga está el abogado que asesoró en todo el negocio, Roberto Adán, quien ya negó ante el tribunal cualquier conducta delictiva.
La venta en 'b' es «un 20% de la facturación»
Ha apuntalado su relato su hija Natalia, nieta de Manuel Charlín y sentada en el banquillo por los mismos hechos. «El dinero procede de la empresa mía y de la empresa de mi madre. Antiguamente la de mi madre era Sochar, la mía era Procarte y luego pasó a Mariscos Natalia. En nuestro sector como dijo mi madre, parte del marisco que viene de Portugal viene no declarado y la venta se hace no declarada, más o menos es un 20% de la facturación que tiene la empresa. De ahí se paga», ha asegurado.
Teresa Charlín Pomares, como su hija, negaron además tener nada que ver con una fábrica en China que se imputa como parte de una mecánica de blanqueo de capitales. La primera ha asegurado que si viajó a aquel país con su hermano Melchor fue «para hacer turismo», porque le interesaba «la cultura tan distinta» y la doctora que le trataba el cáncer le dio permiso para la expedición.
Ha asegurado que la firma que consta en el contrato de compra de la venta junto a la de su hermano no es la suya y ha sostenido que si las fotos y los papeles de la operación estaban en su casa fue porque al hacer las maletas se debió confundir Melchor y acabaron en la suya. Melchor, por su parte, se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio.
«Yo firmé todo, mi hija no firmó nada»
En cuanto a Josefa Charlín Pomares, en su caso la acusación parte de tres cuentas en Suiza abiertas con fondos procedentes de otra entidad bancaria. Su defensa se centra en que fue un traspaso porque el gestor que les llevaba las cuentas, pasaba a trabajar con otro banco y que allí movió el dinero a tres cuentas para «no arriesgarlo todo», pues con una parte haría operaciones «de bonos y acciones y tal» y la otra, no la tocaría. El origen primero del dinero, según su declaración, es la venta de una cantera de granito por «340 millones de pesetas, 40 en el notario y 300 fuera del notario».
«Yo firmé todo, mi hija no firmó nada. La puse por si me pasaba algo para que hubiese quien estuviera a reclamar ese dinero. Eso fue lo queme asesoraron allí, poner una segunda persona o una tercera persona por si te pasa algo a ti, que retire el dinero pero mi hija y mi hermano no sabían nada de esas cuentas ni firmaron nada de esas cuentas», ha explicado.
Ha subrayado que en todo momento las cuentas estuvieron a su nombre, refutando así que hubiera intención de esconder la titularidad: «Si no, no las pondría a mi nombre sino a nombre de otras personas. En Madrid, cuando se abrieron las cuentas, yo llevé unos impresos y los firmé yo con la firma de mi hija y de mi hermano y a los quince días le di los papeles (al gestor) firmados con las fotocopias del DNI», ha asegurado.
Los dos están en el banquillo porque constan sus firmas y las fotocopias de los DNI en la apertura de las cuentas, aunque ninguno reconoce la autoría de las firmas y en el caso del hermano, Oscar Charlín Pomares, el documento de identidad había caducado tres años antes, como ha hecho ver él mismo en su declaración ante el tribunal.
En cuanto a la hija, Noemí, ya fue condenada por blanqueo de capitales en el juicio anterior, cuando buena parte de los hechos que se le atribuyeron habían tenido lugar siendo ella menor de edad. Ha negado haber tenido nunca conocimiento alguno de esas cuentas, del origen de los fondos o de que ella figurase como apoderada.
Las sesiones se reanudan este martes con las comparecencias del acusado Santiago Do Campo, que ha cambiado de defensa con el juicio empezado, y los investigadores.
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