Un Teleférico moderno y accesible reabrirá a mitad de 2026 tras una inversión de 32 millones en obras
Reformará totalmente sus cabinas, su tecnología y también las dos estaciones, en Rosales y la Casa de Campo
El Teleférico de Madrid reabrirá en 2026 después de una reforma de 15 millones de euros
Madrid
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Iniciar sesiónCuando era muy pequeña, desde el patio interior del semisótano de la casa de su abuela una niña veía en el cielo los cables del teleférico, y jugaba a ver pasar las cabinas cada rato. Cincuenta años después, esas cabinas van a volver a atravesar ... el cielo madrileño, después de varios años en el dique seco: diferentes avatares y averías han llevado al cierre de su servicio en 2019 primero, y finalmente en 2023. Hasta hoy, que va a ponerse en marcha la licitación para la reforma total de la instalación. Con un presupuesto millonario: 31,9 millones de euros, y unas obras que finalizarán, si se cumplen los plazos, en el verano de 2026.
La historia del Teleférico es la de una maquinaria de precisión suiza –la instaló en España la empresa helvética Von Roll–, cuyo montaje, supervisado por el Ministerio de Obras Públicas, comenzó a mediados d e1968 y concluyó un año después. La inversión inicial fue de 100 millones de pesetas.
Desde entonces, fueron miles los madrileños y visitantes que disfrutaron de estos 2,5 kilómetros de viaje literalmente colgados de unos cables a 40 metros de altura. El trayecto se hacía en 80 cabinas metálicas, con una capacidad de seis personas cada una, desde las que se apreciaba uno de los paisajes más interesantes de la Casa de Campo. Unos 1.200 pasajeros a la hora era el máximo de capacidad que tenían las cabinas entonces.
El Teleférico de Madrid reabrirá en 2026 después de una reforma de 15 millones de euros
Cris de QuirogaLa EMT sustituirá las 80 cabinas por otras más grandes, con capacidad para diez personas, y renovará las seis pilastras del recorrido
Pero el tiempo pasó, y las modernísimas instalaciones comenzaron a no serlo tanto. La empresa que las gestionaba, Parques Reunidos, se vio sustituida en enero de 2018 por la EMT, por decisión del Gobierno municipal de Manuela Carmena. Y en febrero de 2019, ese mismo gobierno decidió cerrar el servicio durante un mes para efectuar labores de mantenimiento.
Posteriormente, ya bajo la Alcaldía de José Luis Martínez-Almeida, durante una inspección técnica se detectaron fallos y problemas en el cableado, por lo que se decidió cerrar de nuevo el servicio en 2023 para realizar la gran reforma que le hacía falta a esta infraestructura. Y así hemos llegado hasta ahora, cuando está a punto de licitarse esa gran obra, que en principio se estimaba en unos 15 millones de euros pero va a terminar costando 31,9. Y que incluirá, además del proyecto y la ejecución de las obras, también el mantenimiento y la primera revisión anual.
El primer paso, las obras, se va a extender durante 14 meses desde la formalización del contrato. Y va a suponer la renovación tecnológica del sistema, y también la de las dos terminales: la de Pintor Rosales, y la del cerro Garabitas, en la Casa de Campo. Las cabinas cambiarán: tendrán más capacidad, hasta 8 personas en cada una, y un máximo de 1.800 pasajeros por hora. Y también serán totalmente accesibles, cosa que antes no ocurría. Los responsables municipales están convencidos de que, con esta profunda transformación, Teleférico va a convertirse en un activo turístico «atractivo, accesible, moderno y sostenible para la ciudad de Madrid».
El contrato saldrá a licitación mediante un procedimiento abierto. La EMT, que sigue siendo la responsable de la gestión de este servicio, adjudicará la redacción del proyecto de ejecución visado, y la ejecución de las obras para reformar el servicio íntegramente: el sistema y sus elementos. Y también las dos terminales, Casa de Campo y paseo del Pintor Rosales.
El contrato tiene un valor estimado de 31.994.975,23 euros, y el presupuesto base de licitación alcanza los 36.870.400 euros. La primera fase, la redacción del proyecto de ejecución cuenta con un presupuesto de 690.703, 84 euros; mientras que la segunda fase, la ejecución de la obra, alcanzaría los 29.780.701,14 euros, de los cuales casi la mitad iría destinada a la instalación electromecánica.
Pero además de los 14 meses de obras, a contar desde el momento en que se formalice el contrato, habrá además otros 12 meses tras la finalización de los trabajos, en que el adjudicatario tendrá que contemplar la puesta en marcha de la maquinaria, su seguimiento y la primera revisión anual del fabricante. Eso significa que, por muy deprisa que vaya la licitación, no es probable que las obras comiencen antes del próximo verano, y desde entonces tienen algo más de un año para llevarse adelante, con lo que no estarán finalizadas hasta finales del verano de 2026 como poco. Y a partir de ahí, entraría el segundo periodo comprendido en el contrato, el de seguimiento y supervisión del funcionamiento del Teleférico.
Durante muchas décadas, el Teleférico ha estado vinculado a la historia y a la cotidianeidad de la ciudad. De hecho, antes incluso de ponerse en marcha, el arquitecto Antonio Palacios hizo una propuesta que lo adelantaba: unir el cerro de Garabitas con la montaña del Príncipe Pío a través de un funicular. Una idea que nunca se puso en marcha, pero que seguramente se quedó en algún despacho hasta que tomó forma y se materializó.
El parón obligado por las malas condiciones que sufría ha hecho que los responsables municipales le dieran muchas vueltas a cómo solucionarlo de la forma más definitiva posible. De ahí surgió la idea, anunciada por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, de renovar totalmente esta instalación. El desgaste producido por el paso del tiempo fue el que ocasionó la suspensión del servicio y su cierre en 2022 tras una inspección de cable con resultado desfavorable.
Ahora, la reforma integral que va a licitar la EMT supondrá transformar el Teleférico en una infraestructura innovadora, sostenible y accesible. «Se reformarán las estaciones, se sustituirán todas las cabinas y se instalará un nuevo sistema tecnológico para convertirlo en un atractivo y moderno activo turístico», señalan en el Ayuntamiento.
Energía limpia
La renovación y el cambio de tecnología, añaden, va a permitir dotarlo de un sistema de funcionamiento completamente automático y seguro, y con alta capacidad, que garantizará la accesibilidad universal y lo convertirá en «un medio de transporte respetuoso con energía limpia como fuente de alimentación y bajas emisiones de ruido».
Viajar en el Teleférico es una aventura que dura apenas 11 minutos, lo suficiente para vivir toda una experiencia. Ver la ciudad y su mayor pulmón verde casi a vista de pájaro, a 40 metros sobre el suelo, es una posibilidad que en algo más de un año podrán disfrutar, de nuevo, quienes pasen por Madrid.
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