El 'talibán' de Melilla y el yihadista detenido en Fuenlabrada se habían conocido en prisión
Aumentaron la intensidad de su actividad criminal desde el ataque terrorista de Hamás a Israel y también lanzaban mensajes para recuperar 'Al Andalus'
El yihadista detenido junto al 'talibán' de Melilla fue condenado por integrar la 'Brigada Al Andalus'
Acabaron hace una década en prisión y tras cumplir a pulso ocho años de condena, volvieron a su actividad: propagación del ideario yihadista, captación de voluntarios para enrolarles en milicias terroristas y enviarles a franquicias de Al Qaeda o a las filas del Daesh ... . El objetivo principal, los jóvenes. Los medios, algo más refinados que antaño: aplicaciones de mensajería y redes sociales para difundir material explícito, aunque también reuniones físicas. Hasta esta semana.
Se trata de Mustafá Maya Amaya, considerado en su día el mayor reclutador de Europa para la yihad, conocido como 'el talibán' de Melilla y reconocido por su ascendencia gitana y su silla de ruedas. Fue detenido en la ciudad autónoma el lunes, como informó este diario, mientras los agentes de Información de la Policía interceptaban en Fuenlabrada a Deniz Ibryam Redzehb, que allá por 2011 hacía ya de enlace en una célula autodenominada 'Brigada Al Andalus' en Madrid bajo la dirección de expreso de Guantánamo y con fines análogos: convencer, reclutar y enviar a combate. Algunos de los 'muyahidines' que envió a hacer la yihad en Siria murieron en los enfrentamientos armados.
Antes de ingresar en la cárcel no se conocían; lo hicieron en un centro penitenciario en el que ambos coincidieron. Cuando salieron de prisión, con pocos meses de diferencia, retomaron el contacto para continuar con sus actividades criminales. Eso sí; tuvieron que partir del escalón más básico, porque la anterior detención los había dejado sin estructura alguna.
Niegan los hechos
Esta vez fueron detenidos en el contexto de una causa bajo secreto que sigue el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional desde el año 2021. Ayer pasaron a disposición del juez y prestaron declaración. Maya Amaya, a todo el que quiso preguntar. Redzehb, por contra, sólo contestó a su abogado. Ambos, de acuerdo a las fuentes jurídicas consultadas por ABC, negaron los hechos. La Fiscalía, al término de las declaraciones, pidió prisión, acordada por el juez. Los delitos, todos terroristas, lo son de enaltecimiento, autoadoctrinamiento, adoctrinamiento sobre terceros y autocapacitación. Y los riesgos, todos los que se tienen en cuenta a la hora de restringir derechos fundamentales: fuga, ocultación de fuentes de prueba y reiteración delictiva.
El hecho de que Mustafá Maya, de 60 años, respondiera a todas las partes es coherente con su forma de ser. Nunca se ha arrepentido y la Policía tenía muy claro que volvería –y volverá en cuanto pueda–a hacerlo. Quien lo conoce bien los define como una 'hormiguita'; un tipo que ha hecho del reclutamiento y la radicalización su forma de vida. Junto con Redzehb intentaba reconstruir una estructura como la que dirigió en su momento, pero ahora estaba en una fase incipiente. Desde que cumplió condena estaba en el radar de los investigadores del terrorismo yihadista. Por sus limitaciones físicas sobre todo actuaba en el plano virtual, pero también mantenía reuniones físicas. Es un tipo hábil para detectar individuos susceptibles de ser radicalizados, y cuando capta su atención es muy persuasivo. Las pruebas lo demuestran. Vive de una pensión.
Portero de discoteca
El perfil de Redzehb, de 44 años, es algo distinto. Sobrevive como portero de discoteca, aunque su verdadero interés estaba en sumar adeptos a la causa de la yihad. Separado, en la actualidad tenía una relación inestable y su vida no era ordenada. Cuida de su forma física con entrenamientos y también se movía sobre todo en el ámbito virtual, aunque como Maya Amaya también tenía algunas reuniones con gente cercana. Sus actitudes son más violentas que las del 'talibán' de Melilla, y como él también fue sometido a control tras quedar en libertad.
De reiteración habla el comunicado de la Policía Nacional que ayer daba cuenta del operativo desarrollado de forma conjunta entre la Comisaría General de Información y las brigadas provinciales de Información de Melilla y Madrid, con apoyo del CNI y de Europol. Explica que ambos habrían recuperado sus contactos con personas afines a la yihad tras salir de prisión para realizar acciones violentas, ya fuese de manera conjunta o individual, y retomado también las redes sociales para publicar «material yihadista explícito, proveniente del aparato propagandístico» de la esfera de organizaciones yihadistas, incluida Daesh.
Las últimas semanas el ataque terrorista de Hamas a Israel había hecho que ambos lanzaran mensajes más radicales, que funcionaban como banderín de enganche para jóvenes. Algo que también se ha producido en otros foros yihadistas y que es monitoreado de forma constante por los especialistas de Información, que saben que este es un momento muy delicado porque los acontecimientos de la franja de Gaza pueden llevar a un individuo radicalizado a pasar del mundo de las ideas al real.
Recuperación de 'Al Andalus'
También la recuperación de 'Al Andalus' es un mensaje recurrente para estos individuos, aunque hay que precisar que no se ha detectado que hablaran de cometer un atentado en España. No obstante, aún queda mucha información que analizar.
Se presume que se habían centrado en las mismas labores de antaño para el adoctrinamiento sobre todo de jóvenes utilizando aplicaciones de mensajería. En las entradas y registros practicadas tanto en Melilla, donde cayó Maya Amaya, como en la localidad madrileña de Fuenlabrada donde fue detenido Redzehb, se intervino abundante material informático, además de libros y otro tipo de documentación.
Desde que comenzó la crisis entre Israel son ya seis los yihadistas que han sido detenidos por la Comisaría General de Información. Hay que recordar que el Gobierno mantiene el nivel 4 sobre 5 de alerta terrorista y que además ha intensificado algunas de las medidas. Los expertos creen que en función de la dureza de la respuesta israelí aumentará el peligro de un atentado no solo en España, sino en toda Europa, donde ya se han producido ataques en Francia y Bélgica.
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