Sánchez riega Sevilla de anuncios del Gobierno en su estreno en campaña

Tirando de ironía, y tras desvelar que el nombre de la ciudad había salido a colación en el encuentro en la Casa Blanca, Sánchez le ha dicho al primer edil: «Antonio, de Sevilla a Marte, pasando por la Luna».

El jefe del Ejecutivo ha anunciado así la firma de un convenio entre la NASA y la nueva Agencia Espacial que el Gobierno decidió ubicar en Sevilla (al mismo tiempo que implantó la Agencia de la Inteligencia Artifical en La Coruña, otro ayuntamiento socialista) ante las protestas de otras regiones y municipios gobernados por el Partido Popular (PP) que la reclamaban para sus territorios, entre ellos la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia.

Además, Sánchez, que en todo momento ha dicho que «no son anuncios, sino compromisos del Gobierno», (un matiz posiblemente expresado a modo de cautela, ante la eventualidad de que haya algún tipo de protesta o reclamación ante la Junta Electoral por hacer anuncios gubernamentales en campaña) ha presumido de los estudios para la conexión ferroviaria entre el Aeropuerto de la ciudad y la estación de tren de Santa Justa, de donde parte el AVE, así como de la pretensión de «culminar el cierre de la S-40», la carretera de circunvalación de la capital andaluza.

Por si faltase algo, y aludiendo a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que se levantaba para saludar al público tras ser mencionada, Sánchez ha mostrado su «rotundo compromiso con esta ciudad». Algo que ha concretado en una inversión millonaria en metro para los sevillanos: «Vamos a transferir, en el mes de julio, veinte millones de euros para las obras del tramo norte de la Línea 3 del Metro de Sevilla», unas palabras que han provocado el júbilo entre el público.

Previamente al mitin, aunque en este caso no se trataba de algo destinado específicamente a Sevilla, Sánchez se reunió con asociaciones de lucha contra el cáncer y el Gobierno anunció que aprobará próximanente un decreto para garantizar el llamado «olvido oncológico».

Sobre esa cuestión se ha explayado el secretario general del PSOE al inicio de su discurso en Sevilla, dedicándole más de cinco minutos iniciales del mismo, donde ha explicado que el decreto conllevará que quienes hayan padecido un cáncer ya no tengan que declararlo a la hora de contratar una hipoteca, o un seguro privado. «Esto es la política útil, la que hace un Gobierno sensible con la gente, y es la que hace el PSOE allí donde gobierna», ha blasonado Sánchez.

De la importancia de la plaza para los socialistas, no en vano una provincia donde casi siempre han ganado en las elecciones generales, ha dado cuenta el énfasis de los teloneros del mitin, entre ellos el alcalde Muñoz y el líder regional, Espadas. De su boca y también de la del líder de los socialistas sevillanos, Javier Fernández, se han podido escuchar expresiones como que «el corazón del PSOE está en Sevilla»; que «el PSOE de España no tiene alma sin el PSOE de Sevilla»; que Sevilla es «la catedral del socialismo» o, más llanamente, que «somos los más grandes».

El alcalde Muñoz, incluso, ha dedicado parte de su discurso a reivindicar una ley de capitalidad que recoja la «singularidad» sevillana dentro de Andalucía, e incluso se ha permitido bromear con que merecería ser la capital de España.

Por lo demás, y como no podía ser de otra manera, la primera intervención en campaña electoral del presidente del Gobierno ha estado llena de duros ataques al PP y a Alberto Núñez Feijóo. «Hay que hacerse cargo de la frustración que tiene la derecha», ha señalado en varios momentos de su discurso, ante lo que considera un «apocalípsis que nunca llega».

Una invectiva contra el primer partido de la oposición que ha defendido recitando que ni España está en un recesión, y que incluso distintos organismo sitúan nuestra economía «al alza», y que lejos de «dispararse la inflación», ha especificado, «resulta que somos uno de los países de Europa que más baja la tiene».

Para Sánchez, la reiterada promesa de Feijóo de «derogar el sanchismo» no es más que el intento de «desmantelar» los «avances sociales» de su Gobierno y «volver», ha dicho, «a la España de 2013, la de los recortes», en alusión a su antecesor en La Moncloa, Mariano Rajoy.