Sánchez repite su giro al centro de 2019 y reniega ahora de Podemos

Lanza guiños al votante crítico con sus alianzas y levanta parcialmente el veto a los medios críticos

Sánchez enmienda ahora a Irene Montero y desvela que tiene amigos «incómodos» con el feminismo que representa

Pedro Sánchez, este lunes durante un acto en Moncloa con el Rey de Jordania, Abdalá II AFP / vídeo: atlas

Pedro Sánchez prepara el último gran asalto de una carrera política marcada por las turbulencias y las remontadas contra todo pronóstico. El hombre que, entre otras muchas vicisitudes, renació de sus cenizas políticas en 2017, cuando retornó a la secretaría general del PSOE tras ... haber sido desalojado en un célebre Comité Federal un año antes, aferrado a su 'no es no' a facilitar la investidura de Mariano Rajoy, afronta ahora un desafío más difícil todavía.

Y ese reto no es otro que el de revalidar su mandato en las elecciones generales del próximo 23 de julio, adelantadas por él mismo tras el fracaso socialista en las municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo, con todos los pronósticos en contra.

De momento, Sánchez ha decidido retomar el giro al centro que ya ensayó en las últimas elecciones, las repetidas de 2019 que se volvieron a celebrar en noviembre. Cuando dijo que «no podría dormir» con Podemos en el control de ministerios de Estado como Hacienda, Transición Ecológica o Seguridad Social, prometió no pactar con Bildu, traer de vuelta y detenido a Carles Puigdemont o volver a penalizar como delito la convocatoria de un referéndum ilegal.

Para ello, ha levantado parcialmente el veto que mantenía a algunos medios de comunicación críticos, como quedó este lunes de manifiesto al conceder su primera entrevista de toda la legislatura a una emisora de radio que no fuese la Cadena SER.

Para ver esta página correctamente ve a la versión web

Continuar

El presidente se plantó a primera hora en el estudio de Onda Cero para someterse a las preguntas de Carlos Alsina, la primera de ellas: «¿Por qué nos ha mentido tanto, presidente?». En su mente tenía el último barómetro de 40DB publicado por 'El País', según el cuál un 15% del electorado socialista está dispuesto ahora a votar a la derecha, y un tercio de esos votantes, algo más del 5%, incluso a Vox.

Trató de no descomponer el gesto ante esa y otras cuestiones comprometidas y desgranó un mensaje con continuas apelaciones a «los oyentes de esta emisora que nos votaron hace cuatro años y ahora no van a hacerlo», entre otras cosas, confesó, por los indultos a los cabecillas del procés o por la política de alianzas, tanto con el socio de coalición, Podemos, como por los parlamentarios, singularmente ERC y Bildu.

Negar a Bildu

Negó haber «gobernado» con Bildu, aduciendo que no había ministros del antiguo brazo político de ETA en su Gabinete, y que los de Arnaldo Otegi han aprobado menos decretos en la legislatura que el Partido Popular (PP). Omitió, sin embargo, que ese grupo ha sido el aliado imprescindible (junto a otros, como ERC) en todos los Presupuestos de su mandato y en leyes clave de la legislatura como la de vivienda o la de Memoria Democrática. La vida parlamentaria no puede medirse al peso, como evidencia este ejemplo.

Igualmente, reconoció en la cadena de Atresmedia haber tenido «cambios de opinión en asuntos de Estado», en referencia al perdón a los condenados por sedición (delito que eliminó del Código Penal), que justificó por «no dar rienda suelta a las venganzas de nuestras propias pasiones».

Señaló que en sus «conversaciones» privadas de hace cuatro años con Pablo Iglesias le exigió estar fuera de los ministerios de peso como Hacienda o Defensa y, por último -pero no menos importante- puso en práctica una profunda crítica a su aún ministra de Igualdad, Irene Montero.

Desveló, incluso, que amigos suyos se sienten, como muchos «hombres de cuarenta y cincuenta años», concretó, «incómodos» con el tipo de feminismo que representa, a su juicio «más de confrontación que de integración».

En el cuartel general de Moncloa y de Ferraz la satisfacción es alta por lo que consideran una entrevista «que nos ha permitido explicar cosas, clarificar otras, y seguir con nuestro mensaje». «El presidente ha estado sólido ante un entrevistador que ha pillado en renuncios a otros políticos de envergadura» señala otro de los hombres importantes de la sala de máquinas del equipo presidencial. «La entrevista demuestra que reconocer errores no está mal», opina un miembro del Consejo de Ministros. El rumbo discursivo hacia el 23J, por tanto, parece claro.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios