Sánchez presume de haber mantenido viva la «llama de la cooperación al desarrollo» frente a «quienes quieren apagarla»

Esto ya era así desde hace semanas, tras el informe de la UCO que forzó la destitución del ex secretario de Organización del PSOE, pero el lunes, justo en la segunda jornada de la cumbre, y cuando Sánchez estaba protagonizando uno de los momentos estelares, su rueda de prensa conjunta con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, la noticia de la entrada en prisión provisional sin fianza para su hasta hace unas semanas estrecho colaborador arruinó definitivamente la semana. Al menos en lo que a proyección pública se refiere.

La declaración de Sevilla, negociada desde hace meses en el seno de las Naciones Unidas, con severas dificultades para sacarla adelante, se presenta como un «punto de inflexión» para el futuro de cara a la ayuda al desarrollo, tal y como ha señalado en su última rueda de prensa este jueves el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, junto a la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohamed. El propio Sánchez ha confirmado esta semana el compromiso de España con el siempre reivindicado 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) en ayuda al desarrollo, que según expresó se «hará realidad» en el año 2030. En su discurso de clausura este mismo jueves, el presidente ha presumido de que la cumbre ha servido para «mantener viva la llama de la cooperación al desarrollo, frente a quienes quieren apagarla».

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Además de ello, el alivio de la deuda a los países subdesarrollados y el refugio, con el anuncio de la apertura de una sede de la ONU específicamente dedicada a ello en Madrid, han sido otros de los puntos importantes discutidos y defendidos en la capital hispalense. Sin olvidar la fiscalidad, con la apuesta por un impuesto global a las grandes fortunas, que en la misma jornada final de la conferencia ha defendido la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. «No es admisible que estos grandes patrimonios disfruten a menudo de tasas impositivas efectivas significativamente más bajas que el promedio de los trabajadores o ciudadanos», ha señalado al respecto la también líder del PSOE de Andalucía, en un coloquio junto a su homólogo chileno Mario Marcel Cullell, la exprimera ministra de Senegal, Aminata Touré o el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz.

Todo ello bajo un término paraguas, que se ha repetido invariablemente, el de «multilateralismo», al que el mundo debería volver, según ha proclamado el Ejecutivo como principal 'leitmotiv' de la cumbre. A ello también se refirió de manera indubitada el Rey Felipe VI en su discurso en la jornada inaugural.

Sin embargo, las ausencias también han ayudado a deslucir la que sin duda es una de las grandes cumbres internacionales que organiza nuestro país, con la presencia de decenas de países. La primera y consabida la de Estados Unidos, sin un solo representante en el encuentro, aun de rango menor. «Hay que lamentar ausencias tan importantes, esperamos que pueda incorporarse a este gran esfuerzo que estamos haciendo entre todos», ha señalado en sus palabras finales Cuerpo, el miembro del Gobierno que más se ha implicado en los cinco días de cumbre, con permiso del presidente. También, cargo obliga, ha tenido un destacado papel el embajador ante la ONU, el exministro Héctor Gómez.

Pero tampoco muchos países de la Unión Europa (UE) han optado por enviar representantes de muy primer nivel. Con la excepción del presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuya aparición el lunes, mostrándose especialmente afable e implicado en la cita, fue recibida con gran alivio por Moncloa. Aunque fuentes del Gobierno admiten que otros de los grandes países europeos han preferido no mostrar un perfil especialmente alto. Sí estuvieron en las primeras jornadas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, justo una semana después de la última reunión del Consejo Europeo antes de las vacaciones.

Pese a todo, y justo a la semana siguiente de la cumbre anual de la OTAN en La Haya y del choque en torno al 5% del gasto en defensa que reclama Washington, el tono de Sánchez con respecto a Trump se ha rebajado considerablemente en todas y cada una de las intervenciones. A pesar de que la discrepancia en cuanto a la ayuda al desarrollo no es menor que la referente al gasto militar, si bien en la primera España está más acompañada internacionalmente.

Sánchez vuelve ahora a Madrid, donde le espera una realidad mucho más difícil de gestionar. En el Gobierno y en su partido, que el sábado afronta un Comité Federal del que saldrá la nueva Ejecutiva del partido, ya sin Santos Cerdán como máximo responsable del aparato de la formación.