Sánchez acusa al PP de «banalizar» la muerte de 45.000 personas en Gaza para tapar «la incompetencia» de Mazón

El líder socialista ha presumido de defender la verdad, la cohesión territorial, la justicia fiscal, la democracia y otras tantas banderas, al mismo tiempo que ha cargado contra el PP y Vox por «meter ruido» mientras España vive «uno de los mejores momentos de su historia». No ha sido el único dardo que Sánchez ha lanzado a los populares, de los que ha criticado la gestión autonómica de la riada de Valencia y, de paso, su frivolización del conflicto en Gaza.

«No se puede banalizar la muerte de 45.000 personas, sobre todo mujeres y niños, añadiendo aún más dolor a las víctimas de la dana para tapar la incompetencia del presidente valenciano y del partido político que le apoya», ha afeado el socialista tanto a Carlos Mazón, como al líder nacional de la formación, Alberto Núñez Feijóo. Sánchez se ha expresado en estos términos ante el presidente asturiano, Adrián Barbón, pero también ante otros muchos rostros conocidos tanto de la federación —la que fuera diputada y vicesecretaria general de la formación, y actual delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra— como del partido —el número tres del PSOE, Santos Cerdán—.

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Patricia Romero

Le recuerda a su socio de Gobierno que los acuerdos se cumplen y aunque aplaude su «cambio de mensaje» respecto a la intervención del mercado de la vivienda, le pide «hechos y no palabras»

No ha sido lo único que le ha echado en cara a Génova. Sánchez ha dedicado gran parte de su discurso en el congreso asturiano a la vivienda, con recado a PP y Vox incluido: «Queremos decirle a la derecha y a la ultraderecha que es un derecho de todos, no el pelotazo de unos pocos». En este sentido, se ha comprometido a hacer «mucho más» como jefe del Ejecutivo: «No va a haber excusas, vamos a usar todos los recursos del Estado», ha señalado, para atajar este problema en España. Se trata de algo que ya vienen exigiéndole desde Sumar, que aplaude el cambio de mensaje del líder socialista, pero le pide, ha dicho Yolanda Díaz este mismo viernes, «hechos, no palabras».

Y como no podía ser de otro modo, y en pleno choque con su socio de Ejecutivo por el cumplimiento —o mejor dicho, el incumplimiento— del acuerdo de Gobierno por la dilación 'sine die' de Economía de la tramitación de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2025, ha sacado pecho de la polémica medida. Es más, se ha atrevido incluso a decir que «esta legislatura será la de la reducción de la jornada laboral».

Tampoco ha faltado un breve recordatorio al 50 aniversario de la muerte de Franco en la apertura de este 34 Congreso de la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE), en la que Sánchez y Barbón han estado arropados por el secretario general de los socialistas cántabros, Pablo Zuloaga, y el todavía dirigente socialista castellanoleonés, Luis Tudanca, que anunció hace semanas su decisión de no optar a la reelección tras más de una década en el cargo por sus continuos roces con la cúpula nacional del partido.

Ante ellos, en un pabellón repleto de militantes asturianos, el presidente ha preguntado retóricamente: «Si nosotros no defendemos la verdad, ¿quién la va a defender? Si nosotros no defendemos la cohesión territorial y la justicia fiscal, ¿quién lo va a hacer?». Por todo ello, está seguro, el PSOE «volverá a ganar a la internacional ultraderechista cuando llegue 2027». «El PSOE es un partido de ganadores. Tenemos que ganar para poder gobernar y gobernar para avanzar, y cuantos más ayuntamientos y autonomías tengamos en 2027, más avances, más intensos y más rápido podremos lograrlos», ha proclamado un Sánchez crecido ante un auditorio abarrotado que le aplaudía.

Barbón, por su parte, ha celebrado llevar al frente de la FSA-PSOE más de siete años y más de 20 como militante. «Pedro, formas parte de la familia socialista asturiana, así te sentimos», le ha dicho al jefe del Ejecutivo. Todo ello, a pesar de que el pasado verano, el presidente asturiano fue uno de los dirigentes socialistas que alzó la voz contra el acuerdo del PSC con ERC para la investidura de Salvador Illa, que aceptó conceder un concierto económico para Cataluña como el que reclamaban los independentistas. Unas críticas que reiteró en su reunión bilateral con el presidente del Gobierno en La Moncloa el pasado mes de septiembre, en la línea de otros líderes territoriales como el recién elegido secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, o el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

Esto dos últimos son, precisamente, los dos últimos reductos al 'sanchismo', que extiende su control sobre todas las federaciones del PSOE. Ya lo ha hecho en la de la Comunidad de Madrid, con el ministro Óscar López o en la Comunidad Valenciana, con la ministra Diana Morant, por poner solo algunos ejemplos. Mientras tanto, la vicepresidenta María Jesús Montero avanza en la 'toma' de Andalucía y la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, sigue el ejemplo en Aragón para convertirse en la sucesora de Javier Lambán.