Sánchez intentará no tirar de ministros para las candidaturas municipales de 2023

En segundo lugar, y también según fuentes próximas al jefe del Ejecutivo, esas palabras responden al convencimiento de que no hay que «desvestir un santo para vestir otro», señalan de manera gráfica, en referencia a las especulaciones que hace tiempo están en el aire, y que encajan en una lógica estratégica del PSOE, para que algunos titulares de carteras ministeriales pasasen a ser, eventualmente, candidatos a alcaldías de postín. Es el caso de Madrid, para donde suenan desde hace tiempo Fernando Grande-Marlaska, Pilar Llop, Reyes Maroto o Margarita Robles. Pero también de otras importantes capitales donde los socialistas necesitan apostar fuerte para los comicios de mayo.

Los nombres apuntados de los actuales ministro de Interior, Justicia, Comercio y Turismo o Defensa para encabezar la candidatura a la alcaldía de Madrid no serían algo extemporáneo en la tradición socialista y tampoco en las decisiones que como secretario general ha tomado en el pasado Sánchez. Suya fue la idea de colocar a un exministro como Ángel Gabilondo como aspirante a la presidencia de la Comunidad de Madrid, y ya en su día los socialistas apostaron para la candidatura municipal en la capital de España por antiguos miembros del Gobierno. Lo hizo José Luis Rodríguez Zapatero en 2007, cuando envió al entonces jefe de la Oficina Económica de La Moncloa, Miguel Sebastián, a medirse con Alberto Ruiz Gallardón, y ocho años antes fue el exministro de Asuntos Exteriores, el fallecido Fernando Morán, quien trató de arrebatarle el bastón de mando a otro alcalde del PP, José María Álvarez del Manzano.

De vuelta a la actualidad, Reyes Maroto ya fue elegida el año pasado como futura vicepresidenta madrileña si el PSOE hubiera logrado derrotar a Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M, unos comicios a los que Robles rechazó acudir como candidata autonómica.

Después de la dimisión el año pasado de la última apuesta de Sánchez para el consistorio madrileño, el ex seleccionador nacional de baloncesto, Pepu Hernández, todo hacía indicar que la candidata sería la actual delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, una dirigente muy próxima y leal a Sánchez que nada más llegar a su cargo protagonizó una sonada rueda de prensa con José Luis Martínez-Almeida, cuando ambos se salieron del corsé institucional de la comparecencia para intercambiarse dardos políticos en una y otra dirección. Sin embargo, en en Ferraz se trabaja ya con el escenario de que no sea la candidata, algo que ella misma aceptaría.

Si se quiere evitar tirar de un ministro o de algún otro 'paracaidista', práctica de la que cada vez recelan más muchos cuadros del socialismo madrileño, los nombres que aparecen son los de la actual portavoz en el Palacio de Cibeles, Mar Espinar, que parece descartada y el de la concejal Enma López, un perfil muy desconocido para el gran público pero respetada por sus compañeros y con cierto tirón dada su prolífica actividad en las redes sociales. López, natural de Vigo, es inspectora de Seguros del Estado y actualmente ejerce como portavoz de su grupo en las comisiones de Economía y Hacienda. Sería una apuesta arriesgada, pero en el PSOE algunos recuerdan que lo mismo hizo el PP con Ayuso, una perfecta desconocida hace tres años, y también muy activa en redes.

Si hay una alcaldía señera para el binomio PSOE/PSC esa es la de Barcelona. La segunda ciudad de España fue gobernada por los socialistas desde las primeras elecciones municipales de 1979 y durante treinta y dos años ininterrumpidos, la mayor parte de ellos cohabitando con Jordi Pujol en la presidencia de la Generalitat. Ambas instituciones ubicadas una enfrente de la otra en la Plaza de Sant Jaume.

El primer regidor democrático de la Ciudad Condal fue el luego ministro Narcí Serra, al que sucedió el célebre Pascual Maragall, el alcalde de los Juegos Olímpicos de 1992. Posteriormente llegaron Joan Clos y Jordi Hereu, pero desde 2011 el PSC no tiene el bastón de mando, aunque sí forma parte del consistorio de Ada Colau, con Jaume Collboni como vicealcalde.

Ante esa situación, y después de los buenos resultados que obtuvo en las autonómicas catalanas de 2021 Salvador Illa (al que Sánchez sacó del Ministerio de Sanidad en plena pandemia para liderar a los socialistas catalanes, a los que llevó a ganar las elecciones aunque sin evitar un gobierno independentista) los socialistas ven posibilidades de que haya un quinto alcalde de su formación. Se ha especulado incluso con el nombre del propio Illa, pero a nadie se le oculta que el actual ministro de Cultura y Deporte, y exlíder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, sería una opción recomendable, sobre todo por el grado de conocimiento que tiene entre la población. Moverle del Gobierno no supondría un gran trastorno, dado que sus competencias podrían ser subsumidas en otras carteras (Educación y Cultura han estado juntas en muchos gobiernos) y por lo tanto no sería, 'stricto sensu', una crisis de gobierno, permitiendo a Sánchez cumplir con lo dicho esta semana.

Pese a todo, se podría optar por Collboni. La mengua electoral de los comunes, no tan agravada como la de Podemos y todo su espacio en otros territorios de España pero sí importante, auguran que la etapa de Colau podría tocar a su fin. Aunque ERC es un serio competidor, como quedó de manifiesto en 2019, cuando solo el voto de Manuel Valls y sus concejales (los que no eran de Ciudadanos) evitó que los independentistas se hiciesen con Barcelona con Ernest Maragall, hermano de Pascual y antiguo dirigente socialista, como nuevo regidor.

En Valencia, donde los socialistas son tercera fuerza por detrás de Compromís y PP, pero gobiernan en coalición con los de Joan Ribó, todo parece indicar que la actual vicealcaldesa, Sandra Gómez, será cabeza de cartel por tercera vez consecutiva, informa Toni Jiménez. Gómez, secretaria general del PSPV en la ciudad, está respaldada por las principales familias del partido y ha salido indemne de los episodios de discrepancias que ha protagonizado con sus socios en la capital del Turia. Además, el reciente nombramiento como delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana de Pilar Bernabé, exedil de su equipo con la que mantiene una estrecha relación, se interpreta como un refuerzo de los vínculos de la ciudad con Moncloa.

De ahí que algunas fuentes del partido quiten hierro a los rumores de un posible desembarco en Valencia de la ministra de Ciencia, Diana Morant, para dar un golpe de efecto a una candidatura estancada en las encuestas pese a la ligera mejora de los resultados en 2019. La exalcaldesa de Gandía tiene poco calado en la ciudad y tampoco garantizaría más votos para la izquierda, ante el empate técnico que se podría producir entre ese bloque y, por otro lado, la suma de PP y Vox.

En otra de las cinco principales ciudadades de España, Zaragoza, podría recalar como candidata a la alcaldía una ministra. Aunque la designación de la titular de Educación y flamante portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Pilar Alegría, no sería ninguna novedad. Ya fue la candidata en 2019, donde, pese a que ganó las elecciones, no pudo impedir que el popular Jorge Azcón fuese elegido alcalde con el apoyo de Cs y Vox. De no elegir a la ministra, los socialistas tienen a mano a la actual portavoz municipal, María Dolores Ranera, aunque en las últimas semanas también ha surgido el nombre de Michel Zarzuela, un hombre próximo al aparato del PSOE aragonés.