Sánchez inaugura la cumbre socialista en Rabat acusando a la derecha de difundir «mentiras» y abrazar la «antipolítica»

Sin mencionar los asuntos domésticos y el cerco judicial sobre su partido, el Gobierno y su entorno personal, el jefe del Ejecutivo español y presidente de la IS ha agitado el fantasma del auge de la extrema derecha, que «se ha acelerado» en los últimos años, con el ejemplo rumano y la sombra de la injerencia rusa. «Mirar al futuro a través de las lentes del pasado no puede ser, y ese es el riesgo al que la humanidad se enfrenta con ese auge de la extrema derecha», ha incidido Sánchez en su intervención.

Pero más preocupante que la expasión de la derecha radicial es, a juicio del presidente, la «normalización» que de esos discursos hace la derecha más tradicional y moderada. «Ahora no solo aceptan las premisas y los principios de la extrema derecha, sino que hacen algo que es incluso peor: abrazan y copian esos discursos con ligeros cambios para que sean un poco más aceptables para el público. Esto es incluso más dañino porque tiene una mayor penetración dentro del público en general», ha subrayado Sánchez, en línea con sus otras intervenciones en el extranjero, desde donde insiste en señalar la supuesta complicidad entre las formaciones de derecha.

Sánchez, elegido presidente de la Internacional Socialista hace poco más de dos años, ha asegurado sin embargo que esa estrategia de la derecha, que «renuncia a sus propios principios» por motivos electorales, «está llamada a fracasar». Ha llamado a sus socios socialistas a «permanecer firmes» para «enterrar» los discursos de la extrema derecha en el pasado, «lugar de donde nunca debían haber vuelto». «Cuando otros dudan, nosotros nos mantenemos firmes en defensa de la democracia. Cuando otros hacen discursos inaceptables, nosotros los denunciamos», ha señalado el jefe del Ejecutivo español.

En su discurso, Sánchez ha insistido en que «no es hora de retirarse», sino de dar un paso adelante para ofrecer una alternativa socialista a la «antipolítica» que fomenta la «agenda» derechista, «una agenda reaccionaria para delimitar la justicia social, desmantelar el estado de bienestar y distraer a la gente, para dejar de hablar de las injusticias».