carrera inédita por la designación
Sánchez cambia de plan forzado por el CERA y busca la investidura
El jefe del Gobierno reaparece en público para grabar un vídeo en Ferraz con el que presionar a Junts
Hace una semana, los socialistas apostaban por dormir el partido de la investidura, pero ahora aceleran
Feijóo cree que el triunfo en las elecciones le legitima para pedir al Rey que proponga su investidura
Apenas siete días después de prescribir descanso a sus colaboradores más cercanos, y de decir ante la Ejecutiva Federal del PSOE celebrada el pasado 24 de julio, al día siguiente de las elecciones, que los españoles lo merecían también, tras dos campañas electorales seguidas ... antes de vacaciones, a Pedro Sánchez le han entrado las prisas.
Hace una semana lo que transmitían los dirigentes del PSOE era su intención de, en términos deportivos, dormir el partido, e incluso de no presentar resistencia a que Alberto Núñez Feijóo se presentase a una investidura, en el bien entendido de que sería para que el líder del Partido Popular (PP) se estrellase, momento en el que emergería Sánchez con el camino más allanado hacia la investidura. Pero ahora, después de que el recuento del voto CERA, de españoles residentes en el extranjero, le haya arrebatado a los socialistas un escaño por Madrid para dárselo al PP, haciendo imprescindible el sí de Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, el jefe del Ejecutivo en funciones ha cambiado de plan.
Este lunes, a primera hora de la mañana, ha estado en la sede socialista de Ferraz, donde despachó con varios de sus colaboradores más cercanos. La tarde anterior, el domingo, no pudo tenerla totalmente de asueto, dado que hubo de supervisar la redacción de una carta de respuesta a la misiva abierta que le envió Feijóo, solicitándole una reunión bilateral para esta misma semana. El tono escogido para contestar fue duro, aunque cortés, y distante, pero con un mensaje claro: ni reunión ni interlocución alguna con el partido ganador de las elecciones, más allá de la que se puede tener con cualquier otro grupo parlamentario.
A nadie se le escapó que donde el líder de la oposición optó por un cercano tuteo, Sánchez mantuvo un escrupuloso tratamiento de usted hacia su adversario, además de un sarcasmo evidente, como cuando le espetó que «aunque hoy dispongamos de medios más ágiles para la interlocución que el diálogo epistolar». Incluso entre sus 'fontaneros' se barajaron, en tono de broma, posibles respuestas más sarcásticas todavía, ante lo que consideran una postura incoherente del líder de la oposición por reclamar ahora entendimiento después de haber hecho una campaña electoral en la que prometió «derogar el sanchismo».
Lo cierto es que donde hace unos días se daba por amortizado al presidente del PP, sobre todo después del portazo que recibió de parte del PNV a la hora de abrir una negociación, hoy se empieza a contemplar la situación de una manera diferente. En la propia carta de Sánchez se podía inferir que aspira a ser designado por el Rey en primer lugar, pese a no ser el más votado, y lo mismo parece deducirse del vídeo que ha grabado este lunes, precisamente desde Ferraz, y que ha difundido en las redes sociales, mientras el PP le acusaba de estar de vacaciones.
Una «amplia mayoría»
En apenas dos minutos de alocución, Sánchez se muestra convencido de que existe una «amplia mayoría» que le permitirá ser investido, dado que «quienes proponen derogación y retroceso no son mayoría», en alusión al PP y Vox. Por eso el secretario general del PSOE, en un guiño a sus potenciales aliados, asegura que «toca ahora traducir esa mayoría social en una mayoría parlamentaria, en el Congreso de los Diputados, y es lo que vamos a hacer en cuanto se constituyan las Cortes: trabajar para lograr una investidura que nos permita seguir avanzando cuatro años más».
Todo ello después de haberle dicho a Feijóo, por escrito, que «tras la constitución formal del Congreso de los Diputados, el próximo 17 de agosto, y una vez designado el candidato propuesto por el Jefe del Estado, estaré encantado de reunirme con usted, así como con el resto de portavoces de los grupos parlamentarios con representación en la Cámara». Unas palabras que apuntan en la misma dirección, la de que confía en ser designado por el Rey como candidato a una investidura. En su caso no sería la primera vez que saldría de La Zarzuela con ese encargo pese a no ser el candidato más votado, pues ya ocurrió eso en 2016, cuando intentó sin éxito ser investido tras alcanzar un acuerdo de Gobierno con Albert Rivera, entonces líder de Ciudadanos (CS). Si bien es verdad que en aquella ocasión ocurrió otro hecho insólito, el de que Mariano Rajoy declinó el mismo encargo de Felipe VI.
Sánchez prepara, por tanto, el terreno, y acelera sus pasos, después de un fin de semana en el que, justo después del escaño que cayó del lado del bloque de la derecha tras el recuento del CERA, Carles Puigdemont saliese por primera vez a la palestra en un largo mensaje en las redes sociales. El expresidente catalán fugado de la Justicia dejaba claro que su prioridad es «solucionar el conflicto entre Cataluña y España», una alusión al referéndum de independencia que Sánchez se hartó de decir en campaña que no cabía en la Constitución. En la misma campaña calificó al independentismo como una ideología «caduca». Y en 2022, en una respuesta en la sesión de control del Parlamento, comparó a la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, con los jugadores afroamericanos de la NBA que creen que la vacuna contra la Covid forma parte de un complot contra su raza.
Ahora Sánchez no puede revalidar su cargo y alcanzar su segunda investidura sin el apoyo de la, a su juicio, tan extravagante portavoz.