Sánchez arrasará en la región más populista de España
Cataluña es una tierra tan acostumbrada a la carraca de vendedores de pócimas que la escenificación de Pedro Sánchez no sólo no va a causar ningún rechazo sino que va a funcionar
Artículos escritos por Salvador Sostres en Diario ABC
Lo que al PSOE le va bien, al PSC le va mejor. Cataluña es una tierra tan acostumbrada a la carraca de vendedores de pócimas disfrazada de épica para salvar la democracia y la libertad que la escenificación de Pedro Sánchez no sólo no va ... a causar ningún rechazo sino que va a funcionar como una actualización de la luminaria independentista, que ya no alumbra demasiado.
Los líderes personalistas gustan en la región más populista de España. Si dos millones de catalanes se creyeron que las urnas están por encima de la Ley o que una Cataluña independiente continuaría sin más en la Unión Europea, ¿cómo no van a creerse que Begoña es inocente y que los fascistas se han organizado en cacería para destruir a la familia del presidente? Cualquier «jugada maestra» cae bien en Cataluña. Si a Puigdemont siendo un pobre pastelero de Gerona le llaman el Harry Potter de la política mundial, un señor apuesto y enamorado de su esposa, capaz de contener la respiración de propios y extraños durante media semana, va a ser elevado a ídolo de masas.
A nadie le importa lo que Puigdemont haga, ni mucho menos ningún otro candidato. Sánchez les ha recordado desde el jueves lo insignificantes que todos son a su lado. Juan 15:5, «el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer». No habrá un trasvase dramático de votos pero Illa se acercará a la horquilla alta de las encuestas y los independentistas a la baja como los vendedores de ropa de la temporada anterior. Cambia muy rápido la moda en España, sobre todo en tahúres y supersticiosos. Qué viejos parecéis al lado de Sánchez.
El último truco de la carta muy probablemente sirva para decantar el eterno empate catalán del lado de España. Acabar con la mayoría independentista en el Parlament lo han intentado muchos pero sólo Sánchez parece realmente cerca, con su último golpe de efecto, de por fin conseguirlo. Como siempre con él viviremos entre el rebote de reprocharle que nos tome por idiotas y la obligada cortesía de tener que agradecerle la no tan pequeña victoria que va a dejarnos su inmensa pantomima de soldadito de Bolivia, soldadito boliviano.