ANÁLISIS
Un adelanto electoral contra Puigdemont y contra la amnistía
Aragonès puede terminar mandato con un golpe de efecto que le rescate de las tonalidades grises que lo han caracterizado y ganar un punto de relato
Artículos escritos por Salvador Sostres en el diario ABC
Esquerra tiene una oportunidad que no esperaba. La negativa de los Comunes ha servido de excusa para convocar unas elecciones autonómicas que tenía perdidas pero que podría salvar con la amnistía aún pendiente de aprobar, Puigdemont en el limbo judicial y Jordi Turull inhabilitado. Los ... candidatos de la antigua Convergencia podrían ser Miriam Nogueras o Josep Rull, tan flojos que hasta el discreto presidente Aragonès podría resistir el embate.
Salvador Illa tendría unas elecciones con el caso Ábalos en su pico contagioso, de modo que la ventaja que le daban las encuestas de hace dos meses podría verse cuestionada.
La irrelevancia ha llevado a los Comunes a buscar una solución estridente y ha tumbado los presupuestos de la Generalitat. Así, toma la bandera ecologista, mide fuerzas con Sumar y demuestra que no están supeditados al Partido Socialista.
Aragonès no es el perfil de político que toma decisiones arriesgadas como sin duda lo es un adelanto electoral pero los incentivos son tan claros que tal vez la imprudencia habría sido no atenderlos. Desde que a última hora de ayer se confirmó que la reunión con Jessica Albiach había acabado sin acuerdo, el president trasladó a su círculo de confianza que el anticipo electoral podía ser la opción más interesante.
Las elecciones del 12 de mayo podrían significar un inesperado espaldarazo a Sánchez, si Illa consigue que no le afecte el caso Ábalos. También podría beneficiar al presidente el hundimiento del partido Puigdemont, que se ha beneficiado del azar aritmético de sus siete diputados en el Congreso siendo su peso cada vez menor en la política catalana. Con un mal resultado en el Parlament -las encuestas le sitúan como tercera fuerza, por detrás del PSC y ERC, y no le dan más de 25 diputados- la legitimidad de Junts y la suya propia para exigir en nombre de Cataluña claramente menguará.
Aragonès puede terminar mandato con un golpe de efecto que le rescate de las tonalidades grises que lo han caracterizado y ganar un punto de relato y épica que motive a su electorado. Puigdemont podría ver por primera vez desde su huida como el oportunismo se le gira en contra y destruye sus por otra parte disminuidas expectativas.