Entrevista
Rosa Díez: «Sánchez y Zapatero tienen un futuro penal»
La exsocialista y fundadora de UPyD analiza la figura del expresidente en su último libro 'La sombra: Memoria histórica de Zapatero'
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Iniciar sesiónRosa Díez (Sodupe, Vizcaya, 1952), recibe a ABC para repasar la «sombra» de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno, su etapa al frente del Ejecutivo entre 2004 y 2011 y sus actuaciones tras salir del Palacio de la Moncloa. En su último libro, ' ... La Sombra. Memoria histórica de Zapatero' (Plaza & Janés) desgrana la degradación del PSOE, formación que abandonó en 2007, y de la democracia en España.
—¿Cómo definiría la sombra que deja Zapatero sobre la política actual?
—El libro no pretende ser solo la historia de Zapatero, sino la historia de un tiempo, del origen de una época negra para la democracia española. Pretende ser también un poco nuestra historia: la de una sociedad que dejó hacer, que premió esa nueva forma de hacer política que instauró Zapatero, en la que se convertía en enemigos a la mitad de los españoles. Me pareció que la sombra tenía una dualidad: por una parte, es una sombra oscura que se ha extendido desde que Zapatero se hizo con las riendas del poder hasta sobre la sociedad española, la democracia y la política en España.
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Pero a la vez hay otra parte, esa sombra negra que a él le ha devorado. En psicología se explica muchas veces que todos tenemos una parte más oscura contra la que luchamos, pero a él le ha comido su sombra. En el momento en que le devoró su sombra, su parte narcisista lo copó todo. A partir de ahí ya perdió los escrúpulos y no le importó que se notara.
—En el libro también aborda las negociaciones con ETA. ¿Cuál es el precio democrático más alto que, según cree, pagó Zapatero en este proceso?
—No lo pagó Zapatero, lo hemos pagado nosotros. La legitimación de ETA al convertirlo en interlocutor político es la mayor de las traiciones. El mayor peligro para un sistema democrático no es el número de miembros que tenga un grupo terrorista, sino que se les legitime. Legitimar los actos, pero también los objetivos. La legitimación de los objetivos es todavía más peligrosa que la de los actos. Al sustituir «derrotar a ETA» por «final dialogado de la violencia», el Gobierno se situó en la misma posición que el terrorista. Esa legitimación, poner al mismo nivel la violencia legítima del Estado y la violencia de los terroristas, es el pecado original. A partir de ahí no hay corrupción mayor para un demócrata.
«En el momento en que le devoró su sombra, su parte narcisista lo copó todo»
—¿Es posible que el PSOE regrese a la etapa anterior a Zapatero?
—Este PSOE no. Podrá haber un partido socialdemócrata en el futuro, incluso con las mismas siglas, pero este PSOE hace mucho que no es un partido político: es un movimiento populista y antisistema por su forma de comportarse, porque cuestiona las propias instituciones democráticas.
Con Zapatero ya era un partido antisistema y populista que decidió expulsar a la derecha democrática del consenso, cuestionando la Transición y convirtiendo en aliados a quienes eran enemigos tradicionales de la democracia. Con Sánchez, además de populista y antisistema, ni siquiera es formalmente un partido político: es una empresa familiar, compuesta por él y su mujer, que acogen a quienes consideran útiles.
—¿Hay algún rastro de luz que se pueda rescatar de la etapa de Zapatero?
—Pues no sé, hasta los relojes parados aciertan la hora dos veces al día. Pero la estrategia de Zapatero fue la ruptura. Y la ruptura es negra, es la sombra y es la ruptura. No puedo rescatar nada. Algunas cosas que hizo, que luego han sido positivas, nunca pensó en hacerlas. La ley del Matrimonio Igualitario, por ejemplo, ha resultado positiva, pero es otro caso de una ley que puso en marcha para provocar el voto en contra del Partido Popular.
—¿Cómo interpretó la frase «yo apoyaré lo que digan los catalanes» del expresidente?
—Zapatero rescató a ETA cuando ETA estaba derrotada social y operativamente, y rescató al independentismo cuando también estaba derrotado. Porque iba a necesitar a ambos para sustituir al Partido Popular y para hacer mayorías dejando fuera al PP. Esa frase tiene dos lecturas. Una: desprecio absoluto al Estado de Derecho, a la separación de poderes, al Parlamento, al Tribunal Constitucional, a las leyes nacionales, al respeto a las jerarquías propias de un estado federal. Dos: el intento de rescatar al independentismo.
Es la negación de que el Parlamento nacional y los órganos de justicia estén por encima. Y es el mensaje de «yo con vosotros y vosotros conmigo nos vamos a entender», al margen de la ley, de la soberanía nacional y de la unidad de la nación. Muy propio de alguien que estaba haciendo lo mismo con ETA: legitimarla y rescatarla cuando estaba derrotada. En las actas de ETA se ve ese reconocimiento mutuo. En la primera reunión después de los atentados de la T4, el representante del Gobierno les dice: «Vosotros y nosotros estábamos en guerra». ¿Cabe corrupción política mayor que esa? No.
«El PSOE es una empresa familiar, compuesta por Sánchez y su mujer, que acogen a quienes consideran útiles»
Rosa Díez
—¿Hasta qué punto se ignoraron los errores de Zapatero?
—No hubiera sido posible que Zapatero ganara la segunda vez si hubiéramos hecho lo que teníamos que hacer: cuestionarlo, rebelarnos, impedir que siguiera rompiendo la convivencia y la democracia en España. Todos tenemos responsabilidad, unos más y otros menos. En una democracia es imposible evitar que llegue un loco a la presidencia, pero las democracias serias tienen contrapoderes que actúan. En España no actuaron. Los medios, las empresas, los prescriptores de opinión, la sociedad… muchos le rieron las gracias cuando podían haberle frenado.
Los primeros cuatro años, cuando rompió todo lo construido durante la Transición, quienes hoy lo critican no hicieron nada. Callaron porque Zapatero había envenenado a las bases. Si criticabas algo te llamaban traidor o colaboracionista. Muchos que tenían influencia dentro del PSOE callaron para seguir teniendo futuro interno. La sociedad española es democráticamente débil y poco vertebrada. Eso explica cosas. Pero hubo muchas personas con capacidad para frenar aquello y no lo hicieron.
—En 2023 afirmaba a ABC que no había «nada más patriótico que echar a Sánchez». ¿Existe algo más patriótico hoy en día?
—Sigo pensando lo mismo, pero espero tener más éxito ahora. No puede haber nada más patriótico que echar a Sánchez de la Moncloa. Esto no va de derechas o izquierdas. Va de regenerar y reconstruir la democracia que se está destruyendo. Recuperar el espíritu y la forma de la Transición. Hay un proceso de ruptura tan profundo que echar a quien lo ha provocado es el primer paso. Solo el primer paso, pero imprescindible. No se me ocurre nada más patriótico, más democrático ni más de legítima defensa de nuestras instituciones que echar a Sánchez de la Moncloa.
«No puede haber nada más patriótico que echar a Sánchez de la Moncloa. Esto no va de derechas o izquierdas»
Rosa Díez
—¿Espera un futuro judicial para Sánchez y Zapatero?
—Creo que ambos tienen un futuro penal. Probablemente distinto, pero lo tienen. El futuro de Zapatero tendrá que ver con sus andanzas internacionales. Está probado que es defensor de dictadores en el mundo. En Venezuela siempre se pone de parte del dictador y de quien masacra. Su representación tiene efectos positivos para Maduro. Está probado que en Venezuela actúa como prescriptor y defensor del dictador frente a quienes este reprime. Ahora queda por probar si cobra por ello. Creo que veremos algún día un juicio, no sé si una condena.
Sobre Sánchez: no hay nada que se mueva dentro del PSOE sin su conocimiento. El nivel de corrupción estructural del partido —secretarios de Organización, ministros, asuntos que afectan a su mujer o su hermano, ilegalidades, el fiscal general— no ocurre sin que exista una trama corrupta institucionalizada. Y es imposible que haya una trama así sin el conocimiento, protección o impulso de Sánchez. Si el PSOE acaba siendo juzgado por corrupción, Sánchez será juzgado por corrupción.
—¿Qué diría a los jóvenes sobre Zapatero?
—Que lean. Hay mucho escrito. No hace falta que lean mi libro. Que estudien, que se preocupen. En España no ha habido pedagogía democrática y no se estudia la historia reciente ni dentro ni fuera del sistema educativo. Pero es fácil acceder a ella.
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