Rosa Díez: «La ley de amnistía refuerza la necesidad de salir a la calle a defender la democracia»
La que fuera dirigente del PSOE y exlíder de UPyD será uno de los rostros conocidos en la manifestación convocada hoy contra la amnistía en Madrid
Sánchez ultima un Gobierno con menos ministerios, sin Podemos y más peso político
Madrid
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Iniciar sesiónNo hay fin de semana sin manifestación contra la amnistía. Concentración que esta vez se producirá en Madrid, donde decenas de asociaciones civiles han convocado a los ciudadanos a las 12.00 horas de este sábado en la plaza de Cibeles para defender la democracia ... y las instituciones del Estado. Protesta a la que acudirá Rosa Díez (Sodupe, Vizcaya, 1952), uno de los rostros visibles entre los convocantes, cuyo pasado socialista ayuda a comprender el giro que el partido ha dado en los últimos tiempos de la mano de Pedro Sánchez.
–¿Qué sensaciones tiene horas antes de la concentración prevista para este sábado en Madrid?
–Pues la verdad es que tenemos muy buenas vibraciones y esperamos que haya una respuesta cívica como se merece el momento tan complicado que estamos atravesando. Esta concentración llega ahora, pero nosotros, las asociaciones que convocamos, llevamos tiempo preparándonos. Después del 23J vimos que Sánchez iniciaba el proceso de negociación con todos los enemigos de la democracia y quedó de manifiesto que estaba dispuesto a hacer lo que fuera y con quien fuera para conseguir revalidar la presidencia del Gobierno, así que decidimos estar alerta para salir a la calle en defensa de las instituciones y de la democracia cuando hiciera. Han pasado meses y la convocatoria llega ahora, justo después de la investidura.
–También es la primera desde que se conocen los detalles de la amnistía, ¿cambia algo eso?
–Refuerza la necesidad. Desde que hicimos pública la fecha no han hecho más que producirse acontecimientos, como la ley de amnistía, que refuerzan la necesidad de que salgamos a la calle en defensa de las instituciones y la democracia. Desde el pacto con Junts, al de los bilduetarras o el de los nacionalistas del País Vasco hasta la ley para amnistiar a los que le han votado. Una ley que se resume en que Puigdemont venga a España sin cargos y que Sánchez se quede con su cargo. Desde que hicimos pública la convocatoria cada acontecimiento protagonizado por Sánchez y sus cómplices ha reforzado nuestra necesidad de defender la democracia.
–¿Espera a algún socialista en la marcha?
–No lo sé. Sé que va a ser absolutamente multitudinaria. Un clamor. Porque los españoles somos conscientes. Se ha acabado lo de pensar que esto ya lo arreglará otro o que no acabará pasando. Todo el mundo es consciente de la realidad y cada cual desde su posición debe hacer todo lo posible para evitar que termine ocurriendo lo que parece que va a pasar. De los socialistas de carnet, de los que se llaman militantes, no espero nada. Pero gente que haya estado autoengañándose y haya seguido votando a este tipo después de lo que nos había hecho, sé que habrá bastantes. Gente que se ha caído del caballo. Pero que vayan los que quieran, porque va a ser una protesta transversal y no será la última. Saldremos las veces que haga falta para impedir que la ambición sin límites de un tipo sin escrúpulos eche por la borda todo lo que hemos construido juntos.
–¿Siente que hay más crispación que nunca en la sociedad?
–Es la primera ocasión desde que tenemos democracia en que uno de los partidos que contribuyó a la Transición se ha cambiado de bando y ha decidido romper con el espíritu de aquella época. Un espíritu que sirvió para unir a los españoles y superar las dos viejas españas. Desde que vivimos en democracia no habíamos vivido un momento así. Nuestra sociedad estaba dividida entre demócratas, que no nos preguntábamos si éramos de izquierdas o derechas, y los enemigos de la democracia. Esta es la primera vez desde 1978 que un partido que contribuyó a la Constitución se ha cambiado de bando y está con aquellos que desde que se aprobó esa Constitución han hecho lo posible por destruirla. Asesinando en el País Vasco primero y dando un golpe a la democracia en Cataluña después. Ha sido la gran traición. Es la primera ocasión en la que la división de españoles se fomenta desde un partido que fue clave para construir la democracia.
–¿Le preocupa que esa violencia vista en Ferraz algunas noches se traslade este sábado a Cibeles?
–A Sánchez le encantaría que nos pegáramos en las calles, pero la inmensa mayoría de los españoles enterramos las trincheras y la ruptura entre nosotros durante la Transición. Las manifestaciones que estamos viendo, todas, incluso en las que hay grupúsculos violentos, son en su mayoría manifestaciones pacíficas. Naturalmente siempre hay infiltrados, una minoría que quiere romper, que es la que ha luchado contra la Transición y la democracia y que ahora son los socios de Sánchez. Esa minoría también se mete en estas manifestaciones. Cuanto más mayoritarias son, que lo están siendo, más aislados quedan. Lo que vamos a ver este sábado, como en las anteriores, es ciudadanía preocupada que sale a levantar la voz y defender lo que nos une.
–Pero Sánchez dice que todo esto, la amnistía y los pactos, lo hace por la convivencia…
–Por la convivencia suya con los bilduetarras y los golpistas. Por esa convivencia que le permite vivir en La Moncloa, que es la única que le interesa.
«Sánchez aspira a parasitar las instituciones para gobernar como un caudillo»
–¿Qué le pareció la investidura?
–Pues que Sánchez ha dejado claro que su objetivo es romper con el sistema del 78, confrontar y dividir a los españoles y sacar ventaja de eso. Para ello, ha comprado los votos de los enemigos tradicionales de la democracia y así ha conseguido seguir siendo presidente. Traicionando no solo los valores de la Transición, sino lo mejor de la historia del Partido Socialista Español.
–¿Qué le duele más, el pacto con Bildu o con los independentistas?
–Me duelen igual, porque son una traición al sistema democrático. Me dan igual los cómplices del atraco, lo que me duele es el atraco. La complicidad que tenga con uno o con otro no me importa. Me duele la afrenta a la democracia, quién sea su cómplice, me da igual. El problema es el otro.
–Tanto Junts como ERC y Bildu le dejaron claro a Sánchez que su apoyo estaba condicionado, ¿se puede gobernar un país amenazado?
–Es que él no aspira a gobernar. Aspira a mantenerse en el poder sin ningún tipo de contrapoder democrático. Como ya ha demostrado que está dispuesto a todo, absolutamente a todo, mientras la ley no le ponga frente a su responsabilidad, en el banquillo de los acusados o anulando sus decisiones, él seguirá adelante. No tiene ningún tipo de escrúpulo o limitación. Ya lo ha demostrado. Él no aspira a sacar adelante leyes o mejorar la vida de las personas, aspira a seguir ahí parasitando las instituciones para gobernar como un caudillo. Estamos en manos de un psicópata y no es un insulto, es un diagnóstico. No podemos esperar por su parte ningún tipo de comprensión o que se dé cuenta de que esto no puede ser muy bueno cuando hay multitud de instituciones y colectivos que están en contra de estas medidas contrarias a la democracia. Él nunca se planteará si tiene o no razón, porque una de las características de la psicopatía es la falta de empatía y le importa un bledo lo que piensen los demás.
«De los socialistas de carnet, los militantes, no espero nada. Sé que muchos de los que votaron a Sánchez, sí que estarán en la manifestación»
–Parece, por lo que dice, que será una legislatura larga…
–Salvo que le tumbe Puigdemont. Y para que eso pase, primero tenemos que tumbar las promesas que le ha hecho Sánchez al propio Puigdemont. Tenemos que conseguir que esas leyes con las que Sánchez piensa que Puigdemont no iba a tener ningún tipo de responsabilidad y con las que le iba a regalar la impunidad, sean rechazadas por los tribunales nacionales y europeos.
–Jueces, como García Castellón, que fueron señalados el otro día en el Congreso…
–Algo lógico para Pedro Sánchez, que quiere eliminar la separación de poderes porque no vive cómodo en democracia. Su objetivo es que el Ejecutivo controle al legislativo y al judicial. Cuando eso pasa, lo que sale de ahí se llama dictadura. Que señale a los jueces es lo que hacían los golpistas en Cataluña o los terroristas en el País Vasco. Señalar a aquellos que actúan en defensa de la democracia y les indican que nadie está por encima de la ley. Que te señalen desde la tribuna los cómplices de Sánchez o él mismo y sus secuaces, a los que envía a un juez que está cumpliendo con su obligación, es muy propio de él mismo, que firmó esa 'lawfare' con un prófugo de la justicia.
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