La ronda más difícil del Rey: Feijóo y Sánchez reclaman su designación
El PP reivindica la victoria y hasta 172 apoyos; el PSOE se ampara en los 178 con los que logró presidir el Congreso
Felipe VI celebra su novena tanda de consultas, la primera con dos candidatos optando a la investidura
Sigue en directo la última hora sobre la ronda de contactos con el Rey
Altos cargos de los populares piden cambios que mejoren la relación con Vox
A finales de 2019, Felipe VI designó la investidura a Sánchez, que pactó con Podemos el primer gobierno de coalición en España
Hace ya cerca de una década que la política española vive al filo de lo imposible. Devorando elementos inéditos a velocidad de vértigo. Mociones de censura, investiduras fallidas, repeticiones electorales… Todo eso se ha sucedido en nuestro sistema político en los últimos años. Pero ... el endiablado resultado del pasado 23 de julio reserva un nuevo pasaje a este capítulo de nuestra historia.
El Rey Felipe VI inicia este lunes la que es su novena ronda de consultas con los partidos políticos en menos de diez años en el trono. Esa cifra ya explica muchas cosas. Está ya a tan sólo una de igualar las diez que celebró su padre, que necesitó casi cuatro décadas para ello. Y, pese a los complejos años que nos preceden, la que arranca este lunes tiene un ingrediente inédito que introduce una presión añadida sobre la figura del Rey.
No es que en los últimos años no haya habido acontecimientos sorprendentes y novedosos en torno a estas rondas. El más evidente fue en la primera de las cinco que se sucedieron en 2016, en la que Mariano Rajoy declinó la designación aludiendo que no podía reunir los apoyos necesarios. Pero, incluso en aquel momento, el papel del Rey fue sencillo, aunque inédito, porque no había más opción que esa. Un PSOE con 90 escaños repetía por entonces que la iniciativa correspondía al PP como primera fuerza política. Eran otros tiempos.
A partir de ahí, en la siguiente ronda y tras el paso al lado de Rajoy, la opción automática fue designar a Pedro Sánchez, que dio lugar a aquel 'Pacto del Abrazo' entre el líder del PSOE y el de Ciudadanos, Albert Rivera. Una suma insuficiente que, tras fracasar en la investidura, sirvió para activar los tiempos constitucionales de cara a la repetición electoral. Tras la misma, y en el verano de 2016, esa virtual suma de Sánchez se había debilitado. Tanto él como Rivera perdieron escaños, mientras que el PP subió de 123 a 137. Felipe VI tuvo que celebrar dos rondas de consultas, pero en las dos estaba claro que Mariano Rajoy era el único candidato factible.
En 2019 también hubo dos elecciones y tres rondas de consultas. Pero en ninguna de ellas había más candidato posible que Pedro Sánchez, que ganó esas dos elecciones sin que hubiese alguna fórmula viable que no pasara por él como presidente. Eso cambia en esta ocasión, porque tanto Alberto Núñez Feijóo como el propio Pedro Sánchez acuden a la cita, en su caso mañana, con la voluntad de recibir el encargo. Ambos compiten por la designación y van a defender ante el Rey sus argumentos para hacerlo.
Margen del Jefe del Estado
Podría darse, eso sí, la posibilidad de que no se designe candidato al no garantizar ninguno de ellos la suma suficiente. Pero lo cierto es que en los últimos años ningún aspirante que recibiese el encargo lo hizo con los números absolutamente cerrados. Y solo en tres ocasiones el trámite acabó sin candidato. Cuando Rajoy lo declinó y en las rondas de 2016 y 2019 que sirvieron para constatar que no había aspirante con apoyos y que fueron la antesala de la repetición electoral. Sería extraño que esto sucediese ahora, con dos candidatos reclamando el encargo y estando en ambos casos cerca de la suma necesaria.
Felipe VI tomará una decisión en virtud de las competencias que le otorga el artículo 99 de la Constitución, que dice lo siguiente: «Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno». La norma no dice más. Y, en un escenario tan ajustado, hay margen para la interpretación. Un miembro de los servicios jurídicos de la Cámara Baja, sin adscripción a ningún partido, defiende que en base a ella «es factible designar a cualquiera de los dos».
Lo cierto es que por el despacho de Felipe VI no van a pasar ni Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ni Bildu, ni Junts, ni el Bloque Nacionalista Galego (BNG). Entre los cuatro grupos independentistas suman 21 escaños imprescindibles para Pedro Sánchez. Sí lo hará el PNV, cuya posición es clave. Porque en la ronda el Rey sí que va a comprobar de primera mano que Feijóo puede llegar a 172 apoyos. Pero, si Aitor Esteban expresa que en ningún caso el PNV le apoyará, también comprobará que ese es el techo del PP, que podría alcanzar con sus 137 escaños, los 33 de Vox y, eventualmente, el de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y el de Coalición Canaria (CC). Por contra, Felipe VI no podrá contar tantos apoyos para Sánchez, pero sí el planteamiento de que puede llegar a obtenerlos.
La Mesa puede ser clave
Hasta la pasada semana en el clima político estaba instalada la sensación de que Feijóo tendría un primer encargo y que, sólo tras un eventual fracaso, pasaría a intentarlo Sánchez. Pero el PSOE ha empezado a cambiar el paso y acude a la cita espoleado por el resultado de la votación para la Mesa del Congreso del pasado jueves, en la que logró la presidencia para Francina Armengol con 178 apoyos. Mientras, el PP solo amarraba 139 al no lograr el apoyo de Vox, sólo de UPN y CC.
El mejor activo que tienen los socialistas es la foto de esa votación. Y desde entonces han incrementado su ofensiva sobre las intenciones del PP. «La investidura de Feijóo es una ficción. No es que no queramos que vaya, es que no tendría ningún sentido. Quizás le sirva en clave interna de su partido, pero no aporta nada para el país», asegura un alto dirigente de la parte socialista del Gobierno en funciones. Unas afirmaciones que casan mal con el sentir en Ferraz las semanas inmediatamente posteriores a las elecciones del 23J, cuando la idea de que el líder popular lo intentase les parecía a los socialistas incluso buena para sus intereses, pues una investidura fallida de Feijóo, pensaban, dejaría el camino expedito a Sánchez.
En enero de 2016, Rajoy declinó someterse a la investidura por no contar con apoyos suficientes, pese a haber ganado las elecciones.
El presidente, incluso, prescribió vacaciones a los suyos, les dijo en la Ejecutiva del día siguiente de las elecciones que los españoles necesitaban «descansar» y que «la democracia ya encontraría la fórmula de la gobernabilidad». El problema ahora es que ese escenario de investidura fallida activaría el 'reloj' de la democracia y fijaría una fecha límite para que se celebrase una segunda, la de Sánchez en este caso. Escenario que sus aliados independentistas no desaprovecharían como baza negociadora.
Por lo demás, en el PSOE cunde el optimismo y mucho más, claro, tras el triunfo en la elección de la Mesa del Congreso de la semana pasada. Fuentes socialistas trasladan desde hace tiempo su convicción de que el batacazo de las fuerzas independentistas –Junts y ERC suman menos escaños que el Partido Socialista de Cataluña (PSC)– y la merma de poder institucional de los de Carles Puigdemont, que se quedaron sin la alcaldía de Barcelona y tampoco están ya en su Diputación, una de las instituciones con mayor presupuesto de España, hace que para esos partidos sea extremadamente peligroso jugar a la ruleta de la repetición electoral.
En las filas del PP es mayoritario el sentir de que Feijóo tiene que ir a la investidura. Aunque no es unánime. «Tiene que ir sin ninguna duda», aseguran desde un Gobierno autonómico. Desde otro plantean la necesidad de una «última reflexión» al respecto. En Génova hubo alguna duda nada más conocerse los resultados electorales, pero muy pronto se pasó a sostener que había que ir a defender el proyecto y a encabezar una aritmética que demuestra que la alternativa a Sánchez ha aumentado su apoyo. Esa es la decisión con la que Feijóo acudirá mañana a La Zarzuela. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, aseguró ayer que Feijóo llegará el próximo martes a la ronda de consultas con el Rey «en su condición de ganador de las elecciones» y comprometió su disposición de asumir una investidura si el Jefe del Estado se la encarga.
En el PP cogió algo por sorpresa que la ronda sea tan pronto, toda vez que daban por hecho que Sánchez querría ir más lento. Pero en última instancia estos tiempos encajan con su planteamiento inicial de un intento antes de que acabe este mes, que algunas voces en el PSOE tampoco rehúyen, para ir a una investidura a finales de agosto que evite unas elecciones en navidades en caso de repetición electoral.
Este lunes acudirán a Zarzuela los representantes de UPN, Coalición Canaria, PNV y Sumar. El martes cierran la ronda Vox, PSOE y PP, por este orden. Al término de esa última reunión la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, tendrá que ir a Zarzuela para conocer la decisión del Rey y comunicarla. El candidato designado tendrá entonces el control de los tiempos de cara a la investidura.