Eran las doce de la noche cuando los comensales del Restaurante Vermont, en la estación de esquí de Baqueira Beret, interrumpieron sus respectivas sobremesas para dedicar un caluroso aplauso a Felipe VI. El Rey -que vestía unos vaqueros grises, una camisa blanca con jersey ... azul marino y un chaleco negro- agradeció la ovación, saludó a los asistentes, incluso a los más pequeños y salió de forma discreta del establecimiento, situado en Salardú, junto a un grupo de amigos.
Si hace unas semanas Don Felipe disfrutó de las pistas de Sierra Nevada junto a un grupo de amigos, ahora ha decidido disfrutar otra vez de este deporte que practica desde pequeño en las pistas donde aprendió: en la estación de Baqueira Beret.
Hasta el pirineo catalán se desplazó el Rey el viernes por carretera en compañía de ocho amigos. En su primera noche dieron buena cuenta de unas croquetas de puerro a la brasa, un guiso de setas, alcachofas fritas con ajoblanco y unas tortillas. Eligieron casi los mismos entrantes que los comensales de una de las mesas que tenían más cerca. De segundos, rodaballo y arroz de montaña, una de las especialidades de la zona.
Así comenzó el Rey su nueva escapada de esquí. La segunda que ha trascendido que realiza esta temporada durante su tiempo libre. Durante su estancia, Don Felipe se encuentra pernoctando en La Pleta, la residencia que desde hace años utilizan los miembros de la Familia Real cada vez que esquían en Baqueira Beret. Con él, tal y como avanzó La Vanguardia, se encuentra su primo Beltrán Gómez-Acebo.
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