El Rey celebra el 185° de la Sociedad Bilbaína «seguro» de su utilidad para el «País Vasco y España»

Ha sido durante un brindis cuando el Rey ha querido tener unas palabras con el resto de asistentes. Antes, ha llegado acompañado del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, entre vivas al Rey y a España, que gritaban un grupo de curiosos apostados en las inmediaciones del edificio, inaugurado en 1913.

La Sociedad Bilbaína figura desde mucho antes. El 15 de octubre de 1839 era fundada como un sitio dedicado a la cultura y al recreo por 133 miembros de la alta sociedad vasca. «En 1926 la visitó mi bisabuelo el Rey Alfonso XIII, casi cien años después tengo yo el placer de hacerlo para celebrar un aniversario que preludia nuevas páginas de una importante y emocionante historia», ha aseverado Don Felipe, «francamente impresionado».

Tras posar junto a las autoridades ante la placa conmemorativa por su visita en el Hall, ha presenciado un aurresku en el 'Salón del ajedrez', acompañado de otras figuras como el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería y Ana Otadui, la presidenta de las Juntas Generales de Vizcaya. Una vez finalizado, se ha dado el brindis y después el Rey ha firmado en el Libro de Honor en la biblioteca de la Sociedad. «Os deseo que mantengáis el rumbo, atentos siempre al sentir de cada momento», ha trasladado.

La Sociedad se estableció a inicios del siglo XX en su ubicación actual en el al lado de la ría en el distrito de Abando. Del mismo tiempo son las construcciones del teatro Arriaga y el Ayuntamiento y, en conjunto, completan un escaparate arquitectónico singular en esta zona, centro económico y financiero de Bilbao.

Cuenta con diversos salones, decorados con vidrieras, suelos y columnas de mármol, y bares interiores entre los que destaca el inglés. De hecho, la estética británica acompaña a la edificación y cuenta con un lugar de paseo, pensado para sortear las abundantes lluvias propias de esta parte de España. Sin embargo, es su biblioteca, donde ha dejado su impronta Don Felipe, una de las estancias que le brinda una mayor entidad.

En su momento, el edificio de la Sociedad Bilbaína fue un avance en materia de recursos técnicos. Contaba con agua caliente y fría, montaplatos o un sistema contra incendios, algo poco común en nuestro país y que sí podía verse en otras partes de Europa. Ha visto y se ha visto afectado, además, por numerosos acontecimientos históricos.

Fue intervenido en numerosas ocasiones durante la Guerra Civil. Primero por el Gobierno civil, luego por la CNT y, finalmente, por la Falange. Décadas después del enfrentamiento entre españoles, ya entrada la democracia, sufrió las inundaciones de Bilbao en 1983. El agua llegó a tocar los 2,4 metros de altura y destruyó parte de la maquinaria dispuesta en el sótano del lugar.