El reto de cumplir con la OTAN sin Presupuestos y socios antiatlánticos
Sánchez se comprometió con Biden en 2022 a subir hasta el 2% el gasto en defensa para 2029
El antiatlantismo de los socios como Sumar, ERC o Bildu y la ausencia de Presupuestos dificultan cumplir con los aliados
España sigue comprando armas a Israel pese a que el Gobierno asegura que ya no las adquiere

El objetivo está tan claro como sinuoso es el camino para lograrlo. España tiene que llegar a 2029 habiendo elevado hasta el 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) el gasto en defensa. Es el compromiso que se adquirió en la cumbre de ... la OTAN de 2022 en Madrid, con el demócrata Joe Biden como flamante invitado, y que naturalmente no ha periclitado con el republicano Donald Trump. Alguien, el actual inquilino de la Casa Blanca, que ya desde su primer mandato, entre 2017 y 2021, llevó a gala la reclamación a los socios atlánticos de mayor compromiso financiero para sus respectivos ejércitos, que incluso llega a elevar al 5% del PIB.
En junio de 2022, durante el único encuentro bilateral en La Moncloa que mantuvieron Sánchez y Biden, se cerró un acuerdo para que Estados Unidos ampliase su flota en la base de Rota (Cádiz), que pasó de cuatro a seis destructores. Biden agradeció la «solidaridad española con nuestros aliados, que están enfrentando dificultades en sus fronteras», en referencia a las repúblicas bálticas o ex soviéticas, como Letonia, donde nuestro país, le recordó en aquella ocasión Sánchez, ha duplicado su presencia militar.
Todo ello, naturalmente, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania que apenas acababa de comenzar y a la que ahora Trump pretende poner fin mediante una negociación a tres bandas con Vladímir Putin y China que deja a un lado tanto a Kiev como a la Unión Europea (UE). Una maniobra que han denunciado varios dirigentes europeos, entre ellos Sánchez, quien este lunes estará en la capital ucraniana en el tercer aniversario de la invasión rusa, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el del Consejo Europeo, António Costa.
Cuando Sánchez adquirió ese compromiso hace tres años, lo hizo pocos meses antes de que su Gobierno aprobase los Presupuestos Generales del Estado de 2023, que actualmente siguen en vigor prorrogados y que ya iniciaban esa senda progresiva para llegar al mentado 2% del PIB en defensa en 2029.
Ahora, las obvias dificultades de una legislatura en manos de los siete diputados de Junts per Catalunya que controla Carles Puigdemont hacen cada vez más inviable aprobar unas nuevas cuentas públicas, cuyo proyecto ni siquiera ha sido llevado para su discusión a las Cortes. Pero Sánchez no parece arredrarse ante ello, y pretende seguir adelante olvidando sus propias palabras de 2019, cuando recién llegado al poder dijo, tras ser tumbado en el Congreso su primer proyecto de Presupuestos, pactado entonces con Podemos pero rechazado tanto por la oposición como por los partidos independentistas, que «llámenme clásico, pero sin presupuestos no se puede gobernar».
Ahora la doctrina es radicalmente contraria, y tanto el presidente como sus ministros aseguran que las actuales cuentas prorrogadas «son nuestras», aunque fuesen aprobadas por un Parlamento muy distinto al actual, e incluso también por otro Ejecutivo (el socio de coalición era Podemos, y no Sumar como ahora) aun cuando estuviese presidido por la misma persona.
Paradójicamente, la ausencia de Presupuestos en el horizonte serviría a Sánchez, por un lado, de excusa a la hora de cumplir con la OTAN, y por otro de subterfugio para hacer efectivo ese aumento en gasto en defensa por otras vías distintas a las presupuestarias. En este caso, el claro antiatlantismo de su socio de Gobierno, Sumar, y de aliados parlamentarios clave como ERC y Bildu supondrían un baldón en esas partidas, que históricamente, como también ha ocurrido con lo relativo a la Casa del Rey, podrían obtener el respaldo del Partido Popular (PP), si bien la interlocución con el primer partido de la oposición es prácticamente nula. Fuentes del Gobierno trasladan desde hace meses que no habrá problema en seguir con el camino hacia ese 2% en 2029 aun sin Presupuestos aprobados.
Maquillaje del gasto
De momento, el pasado martes el Consejo de Ministros aprobó una inversión de 400 millones de euros para la mejora de los salarios de los casi 120.000 miembros de las Fuerzas Armadas. Un montante que mejorará los salarios de nuestros militares en varios cientos de euros mensuales, dependiendo de su escala, aunque muy por debajo de lo que siguen reclamando las asociaciones profesionales. Y que en cualquier caso es irrisorio en términos de PIB, pues apenas representa unas décimas del mismo. Un maquillaje para aparentar un aumento del gasto en defensa como el que reclama la Alianza Atlántica, pero aún insuficiente.
Para alcanzar ese 2% comprometido para dentro de cuatro años, nuestro país deberá duplicar los 17.000 millones de euros que actualmente se gastan anualmente en defensa. Según los últimos datos facilitados por la OTAN, España está en el último puesto de los aliados, con apenas un 1,28% en gasto militar.
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