Resuelto un crimen ocho años después gracias al banco de sangre de un hospital

En la resolución ha sido clave una muestra de uno de ellos que se halló en un banco de sangre de un hospital de Valencia. Los dos autores, tras ser extraditados, y pasar ante el juez de Casas Ibáñez, han ingresado en prisión cuando creían que su crimen quedaría impune.

La operación Avalon, del área de Delitos contra las personas de la Policía Judicial de Albacete, comenzó tras hallarse el cadáver del vecino de Alborea (unos 900 habitantes) en su casa. Uno de los sobrinos se preocupó porque llevaba varios días sin verlo y fue quien lo encontró tendido en el suelo de la cocina. En la inspección ocular, la Guardia Civil detectó que se había producido un robo y la autopsia del cuerpo evidenció numerosos traumatismos que fueron la causa de la muerte. En el cadáver se hallaron restos de ADN de uno de los presuntos autores que coincidían con otros hallados en un robo con fuerza en una casa de un pueblo de Teruel.

Había un ADN pero no se sabía, como tantas veces, a quién correspondía. Esa línea de investigación permitió identificar a un rumano relacionado con los hechos de Teruel, que había vivido y mantenía vínculos con la comarca de la Manchuela, a la que pertenece Alborea, el pueblo donde se cometió el crimen.

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Los agentes analizaron más de 2.000 perfiles en distintas redes sociales del círculo familiar, laboral y de amistades del sospechoso hasta acotar un grupo reducido de posibles sospechosos. Así lograron identificar a otro rumano que podía tener relación directa con el homicidio, pero aún no había comprobación genética.

Los intentos de localización llevaron a Rumanía o algún país de Centroeuropa y se pensó en una alternativa en busca de esa muestra biológica. Y se obtuvo. Se localizó una muestra genética del sospechoso en un banco de sangre de los servicios de salud de la Comunidad Valenciana. Con autorización del juez se cotejó la muestra de sangre con la genética hallada en el cuerpo sin vida de la víctima y coincidían.

Con esa identificación, el juez emitió orden europea de detención y entrega y se activó su búsqueda internacional. Estaba en Rumania y con ayuda de la Policía de ese país se le detuvo. La investigación siguió tras extraditar a uno de los dos presuntos autores. Faltaba el otro, el primer sospechososo, en paradero desconocido. Esta vez el juez emitió orden internacional de detención y se generó un señalamiento, vía Interpol, una alerta roja para un fugitivo implicado en delitos graves.

Estaba en el Reino Unido, donde colaboró la National Crime Agency para dar con él. Se le detuvo y se le trajo a España. Ambos quedaron a disposición judicial que ordenó su ingreso en prisión sin fianza. La tranquilidad, ocho años después, ha vuelto a Alborea.

La Guardia Civil destaca la implicación de numerosos cuerpos y departamentos policiales, entre ellos el Departamento de Biología del Servicio de Criminalística, agentes de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Teruel, las Agregadurías de Interior de las Embajadas de España en Rumanía y en Reino Unido, la 'Politía Criminale' del país rumano y la National Crimen Agency inglesa. Todos ellos a una han conseguido atrapar a dos asesinos al cabo de tanto tiempo.