Las redes sociales en el 23J: un ínfimo poder para mover el voto
Los expertos coinciden en que la influencia de la herramienta sobre el elector «se magnifica»
También afirman que «la predisposición a votar ya la tienes adoptada antes de sumergirte en las redes, que sólo son ejemplos de comportamientos y actitudes que ya vienen de casa»
«Más sabe perrosanxe por perro que por sanxe», la foto del presidente del PP con Marcial Dorado en los noventa, Yolanda Díaz diciendo «me encanta planchar porque me relaja» o Vox citando un tuit de la escudería de Fernando Alonso con la ... misma frase que empleaban para animar al piloto español de Fórmula 1: «Hoy todo al verde».
Es difícil negar la importancia de Internet y las redes sociales en la política, que se han convertido en escenario del debate en España. Sus mensajes (vídeos, memes...) circulan por redes mucho más rápido que otro tipo de contenido, por lo que comienzan a ser imprescindibles en cada ciclo electoral. Son efectivos, simples, directos y sobre todo, van cargados de ironía. Así, el empleo estratégico —convertir un insulto en un meme— que ha hecho Pedro Sánchez de las redes durante esta última campaña presidencial para movilizar a sus simpatizantes ha podido allanar su camino hacia La Moncloa.
Los mítines, obsoletos
Este caso evidencia esa importancia de las redes en política y más aún, en las campañas. Pero, ¿cuáles son los efectos reales sobre el público? ¿Contribuyen realmente a modificar el relato que los candidatos tratan de construir sobre sí mismos en los mítines y entrevistas en los medios de comunicación tradicionales? «Es una pregunta muy difícil, asevera el politólogo Javier Lorenzo, porque «estamos expuestos a muchísima información. Cada vez más».
La batalla electoral se libra ahora en Twitter. La aplicación se ha convertido en el terreno más belicoso de estas últimas generales. O eso es lo que, al menos, parece. «¿Tienen más impacto que una campaña electoral tradicional? Sin lugar a dudas. Las campañas tradicionales tienen cero impacto ya», responde este experto, preguntado por los actos de partido. «Los mítines se siguen haciendo porque es liturgia y porque son una palanca para los candidatos: canutazos, minuto de flash, responder a un tuit del adversario... Sólo producen ruido, pero ahí no convences a nadie. Van cuatro gatos. Sobre todo a los de esta última campaña, con 47 grados a la sombra», sentencia.
Ocurre lo mismo, aclara, con los medios de comunicación, que son «los mayores altavoces y generadores de opinión y conversación. No tienen rival».
Todos los principales actores políticos en España tienen presencia en Twitter. De hecho, partidos como Podemos o Vox han contribuido a la polarización política, explica el estudio 'Construyendo bloques: la promiscuidad política online en tiempos de polarización en España', gracias a su alta presencia 'online' y su exitosa estrategia de comunicación en algunas de las redes sociales más populares de nuestro país. Además, muchos de los votantes recurren a las redes para seguir la información política, principalmente cuando se acercan los comicios.
«Cámaras de eco»
Está demostrado, como bien explica el politólogo, que los usuarios de Twitter con posiciones ideológicas más extremas comparten desproporcionadamente más contenido político que los moderados y siguen a perfiles políticos que pertenecen al mismo bloque ideológico, es decir, información afín a ellos. Una teoría que también corrobora el profesor de Ciencia Política de la URJC, Javier Lorente: «Las redes funcionan como los medios, por exposición selectiva. Cada votante elige la información que más se alinea con sus preferencias», explica. Precisamente, según investigaciones anteriores a la de Lorenzo, son estos mismos usuarios los que ejercen de «cámaras de eco», contribuyendo a la propagación de desinformación y rumores.
Algo que su estudio desmiente, ya que tan sólo la mitad de los encuestados declara no prestar atención a ninguna cuenta política y el 25% ni siquiera sigue a los principales partidos nacionales ni a sus candidatos a la Presidencia del Gobierno. Es más, detalla Lorenzo, «de toda la conversación de Twitter en España, la que es sobre política no alcanza ni un cinco por ciento y, sin embargo, parece que el mundo exterior es eso que sucede en esa corrala». Las redes se han convertido en «puro hooliganismo, es el enfrentamiento deportivo del uno contra el otro», señala. Se trata de una estrategia que los de Ione Belarra «hacen de maravilla, tienen un ejército online», mientras que «PP y PSOE son más tranquilos aunque tengan un mayor número de movilizados que puedan difundir sus discursos».
Lo que está claro, explica Lorenzo, es que «todos los bandos juegan a la desinformación, a manipular y tergiversar datos», pero el efecto real en intención de voto es «ínfimo» porque «la predisposición a votar ya la tienes adoptada antes de sumergirte en las redes, que no son tales cámaras de eco como se presupone sino que sólo son ejemplos de comportamientos y actitudes que ya vienen de casa». Por mucho que puedan ser un gran altavoz, los expertos coinciden en que las redes son «una herramienta más de campaña», cuyo impacto en el elector «se magnifica». Nada más.
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