La media naranja de Urdangarin

Él y el duque, dicen los investigadores, formaban el tándem perfecto: el yerno del rey ponía su imagen, su prestigio. Torres era el cerebro de los negocios y, sobre todo, la voz. Aunque sus intervenciones desde que en 2003 despegara Nóos de la mano de Urdangarin fueron numerosas, apenas hay grabaciones de su locuacidad. Muchas, casi todas, desaparecieron de internet o de los archivos cuando hace solo unos meses Torres cambió los sesudos manuales universitarios por el sumario ‘Palma Arena’.

Sin embargo, algo todavía se ha podido recuperar. Un documento de 2009 para escuchar esa voz cálida y pausada, la que quizás cautivó a Urdangarin, y sus didácticas explicaciones llenas de doctas menciones a autores anglosajones, grandes triunfadores en el ‘business’ internacional, el mismo éxito que él creyó tocar cuando, tras años de tumbos con su instituto Nóos, se asoció en 2003 con el marido de la infanta Cristina y se le abrieron las puertas durante cuatro años cerradas.

El exprofesor asociado del Departamento de Política de Empresa de Esade presentaba entonces uno de su decena larga de textos universitarios, algunos de ellos (como ‘El patrocinio visto por sus principales protagonistas’) escrito a la limón con el duque-pupilo. Entonces, el erudito docente, tras analizar la trayectoria de 20 grandes empresas de servicios en España, prometía desvelar en su libro las claves del éxito de esas firmas.

Torres prometía abrir los ojos a la élite de los futuros emprendedores. La misma labor que él, con el duque, hacían, también a la limón en la asignatura que impartían juntos en Esade: ‘Consultoria Estrategica’. Una materia optativa de cuatro horas y media del segundo semestre para alumnos del quinto curso.

Diego Torres no solo era profesor. Era administrador de tres de las principales empresas de la ‘operación Babel’ (Nóos Consultoria, Intuit Strategy y Shiriaimasu) y presidente del Instituto Nóos, cargo que ocupaba desde que en 2006 la Casa Real obligó al duque al ver que aquella fundación era todo, menos una fundación.

En su nueva aventura judicial, Torres no está solo. Además de Urdangarin, al profesor apartado le acompañan como imputados su mujer, Ana María Tejeiro, y dos de sus cuñados, Marcos y Miguel Tejeiro. Quizás ellos también se dejaron deslumbrar, como el duque, por el flautista de Esade. O quizás no.