El 'caso pulseras' ensancha la brecha con el electorado femenino del PSOE
Preocupación en Moncloa por el impacto de la polémica: «Una torpeza monumental»
Voces del PSOE apuntan a Redondo y piden su dimisión, pero asumen que no habrá consecuencias
Igualdad sustituyó la tecnología israelí especializada contra el maltrato por dispositivos chinos pensados para dependientes
Madrid
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Iniciar sesiónEl voto femenino fue el pilar electoral sobre el que se cimentó el mantenimiento de Pedro Sánchez en La Moncloa en 2023. La 'alerta antifascista' que el PSOE puso a operar en la campaña del 23 de julio tuvo un efecto decisivo ... en esta horquilla poblacional, más permeable y reactiva al riesgo de que Vox llegase a tocar poder y desplegara su agenda regresiva en derechos. Este nicho de votantes es un tesoro que los socialistas están dilapidando durante esta legislatura y que tiene ya un reflejo en las encuestas. El «caso Koldo» y específicamente las conversaciones filtradas entre el exministro José Luis Ábalos y su entonces asesor en las que hablaban de sus relaciones con mujeres prostituidas ya tuvieron un impacto letal en el voto femenino del partido.
Tomando como medida del apoyo electoral la suma de la intención directa de voto y la simpatía, el PSOE perdió en julio –inmediatamente después de que se destapara el escándalo– 7,5 puntos en solo un mes entre las mujeres: cayendo del 32,1% al 24,6%, según datos del CIS. En el barómetro de septiembre registró una importante subida, alcanzando el 31,1%, pero todavía a dos puntos de distancia del 33,1 por ciento de hace dos años. En el Gobierno temen que esta dinámica de recuperación se frustre ahora por el escándalo de las pulseras telemáticas para mujeres maltratadas.
La preocupación recorre los núcleos de poder del PSOE y el Gobierno, donde hay unanimidad en calificar como un «desastre» la gestión de una crisis que se ha dirigido con una «torpeza monumental». Arrecian las críticas contra la titular de la cartera, Ana Redondo, a quien hay colegas que incluso piden la dimisión. Y se eleva el tiro contra la propia estructura del Ministerio, a la que las fuentes consultadas reconocen que hace falta darle «un meneo de arriba a abajo». «Se ha gestionado fatal una cuestión que políticamente es muy sensible», reconocen fuentes socialistas, que quieren poner el foco en la lucha contra la violencia machista en primer término, aunque sin perder de vista el flanco electoral. El PSOE vuelve a tropezar en la piedra de Igualdad. Después de la traumática digestión del mandato de Irene Montero, tras el que los socialistas volvieron a reclamar para sí una cartera con un fuerte simbolismo y peso específico, pese a no encuadrarse entre los ministerios de Estado que le quitaban el sueño a Sánchez, el recorrido de Redondo no ha estado tampoco exento de polémica.
La delegada contra la Violencia de Género admite fallos «temporales» pero niega la desprotección a las víctimas
Gregoria CaroAdmite que se perdieron datos durante la migración de una empresa adjudicataria a otra, pero que fue un fallo temporal ya resuelto
Con un perfil más blanco y menos contestatario, su gestión se ha visto manchada por la pifia de la ley de paridad, que durante unos meses permitió facilitar el despido a quienes pidieran conciliación familiar; la polémica de los puntos violeta, que acabó con el cese de la directora del Instituto de las Mujeres, tras el escándalo de las concesiones a empresas de las que era propietaria junto a su pareja; y más grave y recientemente la de las pulseras telemáticas a las víctimas de violencia machista. La ministra minusvaloró la trascendencia de la polémica, en un primer momento, y su política de comunicación «ha dejado mucho que desear», según señalan en el propio Gobierno. «Han faltado explicaciones y transparencia», critican sus colegas. Es más, hubo que esperar más de una semana para que llegara una petición pública de disculpas a las víctimas y no fue de la ministra, sino de la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza, que compareció en comisión parlamentaria el pasado jueves.
La falta de datos que la ministra ha exhibido públicamente también se la afean internamente en el Gobierno y en el PSOE, donde los portavoces oficiales han tenido que dar unas explicaciones que no les llegaban desde Igualdad. «Algo no funciona correctamente», lamentan. Sus compañeros se quejan de «ir a ciegas», porque no se les proveían de los argumentos suficientes para dar la cara y responder por una ministra que no ha salido a comparecer. Sin embargo, todas las fuentes consultadas coinciden en que la «torpeza» no tendrá consecuencias. «Pedro la avaló públicamente», recuerdan, en alusión a las palabras del presidente desde la Naciones Unidas. «Cuenta no solo con mi apoyo, sino también con mi solidaridad», señaló, el mismo día que la titular de Igualdad era reprobada en el Congreso de los Diputados con el voto de algunos de los socios de la mayoría de la investidura. En concreto, ERC, Junts, BNG y Coalición Canaria se abstuvieron para que el correctivo parlamentario saliera adelante.
El PP pesca en río revuelto
En su defensa de Redondo desde Nueva York, Sánchez no solo aseguró que el sistema «funciona mejor de lo que funcionaba antes», sino que también lanzó un mensaje contra PP y Vox: «No voy a admitir lecciones de quienes niegan la violencia machista o pactan con quienes niegan la violencia machista». Este planteamiento es clave, y se ha repetido también por otros ministros, que tratan de taponar cualquier fuga de voto hacia los populares por esta cuestión. En Génova hace tiempo que llegaron a la conclusión que este es un caladero electoral en el que poder pescar y han desplegado toda una estrategia para buscar el voto femenino desencantado con el PSOE. La estrategia comenzó a fraguar tras el escándalo Koldo-Ábalos, porque en el PP calcularon que la prostitución hacía más daño a los socialistas que la corrupción. A esto le siguió el discurso de Feijóo en sede parlamentaria, acusando a Sánchez, de ser «partícipe a título lucrativo» del negocio de las saunas de su suegro y ahora, con las pulseras telemáticas, han visto cómo se abre otro filón a explotar por la ineficacia en la gestión del Gobierno.
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