El PSOE plantea su congreso como un acto de 'indulto' a Sánchez

A la hora de designar la nueva Ejecutiva Federal, lo primero es saber si renovarán en su cargos los números dos y tres de la misma, que no son otros que la vicesecretaria general (y vicepresidenta primera del Gobierno) María Jesús Montero, y el secretario de Organización, Santos Cerdán. Ambos señalados por el comisionista durante las dos horas que prestó declaración ante el juez del caso Koldo, Ismael Moreno, después de la cuál recuperó su libertad, tras haber ingresado en prisión preventiva como consecuencia del escándalo del fraude en hidrocarburos. Y los dos dirigentes son firmantes de la querella del PSOE contra Aldama, junto al propio Sánchez y otros señalados en la declaración.

Nadie en el PSOE se atreve a plantear la posibilidad de que Cerdán no continúe en su cargo después del cónclave de dentro de siete días en la capital andaluza, pero tampoco hay quien lo dé por hecho. A algunos dirigentes les parece incluso «exagerado» pensarlo, y otros apuestan por la continuidad en la cúpula del partido. «No parece sensato que alguien se complique por 15.000 euros», esgrimen algunos como argumento de defensa, aludiendo a la cifra de la mordida que, siempre según Aldama, habría cobrado.

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El actual secretario de Organización, que ascendió al cargo en el 40 Congreso de Valencia en 2021, sucediendo a su hasta entonces superior José Luis Ábalos, salió victorioso hace dos años de una soterrada guerra con la ex vicesecretaria general Adriana Lastra, hoy delegada del Gobierno en Asturias, cuyas heridas no han terminado de cerrarse del todo. El descontento con su gestión de algunas federaciones no entraña ningún secreto, singularmente en el caso de la Castilla y León, cuyo líder, Luis Tudanca, le ha señalado directamente en público, mientras que en privado muchos socialistas de esa comunidad le acusan de prácticas poco éticas contra la actual dirección regional.

Cerdán es señalado ahora por Aldama, aunque él ha asegurado que no le conoce, que nunca ha estado con él y en su entorno se asegura incluso que ni sabía quién era antes del estallido del caso Koldo a principios de este año, con la detención por parte de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, de la antigua mano derecha de Ábalos. De éste ultimo, Koldo García, no puede decir lo mismo. Al margen del rastro de fotos amistosas entre ambos (Koldo fue el guardián de los avales de Sánchez en las primarias de 2017 frente a Susana Díaz, como relató el propio presidente en su primer libro de memorias, 'Manual de Resistencia') hay un hecho incuestionable, y sin el que las cosas habrían sido muy distintas. Fue Cerdán el que introdujo a Koldo como chófer en Ferraz, y de ahí pasó a ejercer la misma función para Ábalos como ministro.

Los más optimistas creen que lo referente a Aldama es «un ruido que pasará», y que «las nueces» son acuerdos como el cerrado para el paquete fiscal esta semana, que consideran que hacen viable unos futuros Presupuestos «al 90%». Otros, en cambio, ven todo más «oscuro» y no creen que el coste reputacional vaya a remitir.