Sánchez utiliza también la compra de gas licuado a EE.UU. para acercarse a Biden
La crisis con Argelia y la necesidad de recomponer relaciones con Washington obligan a España a importar esta fuente de energía al doble de precio que hace cinco años
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La guerra de Ucrania y las tensiones entre Argelia y Marruecos han permitido al Gobierno español abrir otra vía de acercamiento a la Casa Blanca. En un mercado emergente y altamente regulado por el Estado, como es el del gas natural licuado, el Ejecutivo ... de Sánchez ha permitido un aumento pronunciando de las compras a Estados Unidos.
En un contexto de acercamiento bilateral, tras aceptar la reubicación de inmigrantes latinoamericanos inscritos en un programa lanzado por Washington, España ha pasado a ser uno de los mayores clientes de ese gas licuado norteamericano a un precio duplicado en apenas cinco años. Y así Argelia ha caído al segundo lugar. Esto ha facilitado en parte que EE.UU. acabara 2023 como líder mundial en la exportación de esta fuente de energía, que se emplea en la generación de electricidad, calefacción, transporte y otras aplicaciones industriales.
En octubre y noviembre, últimos meses con datos oficiales norteamericanos, EE.UU. se convierte en el mayor exportador de gas licuado a España, un cambio significativo en la dinámica energética de ambos países. En noviembre, las terminales de gas natural licuado españolas recibieron 25 cargamentos y fue EE.UU. el mayor proveedor por segundo mes consecutivo, con Argelia ya por debajo tras las tensiones por la decisión del Gobierno español de reconocer, como Washington, la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental.
El gas licuado es más caro que el natural, algo que se debe a su proceso de licuación para almacenaje, su traslado en buques metaneros y su posterior reconversión a gas para su distribución mediante gasoductos o tuberías.
El de la energía es un sector altamente regulado, considerado estratégico, y el Ejecutivo español supervisa los porcentajes de importación por país. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado a Joe Biden en la Casa Blanca, le ha recibido en Madrid y ha ofrecido cooperación aceptando peticionarios de asilo latinoamericanos. Y ahora permitiendo un aumento dramático de la compra de gas licuado estadounidense.
El Plan de Acción Preventivo del sistema gasista español 2023-2026, del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, identifica como riesgos un posible «fallo de aprovisionamiento prolongado de Argelia a través de gasoducto y de las importaciones de gas natural licuado« y un »fallo de aprovisionamiento prolongado de Rusia sin reposición de gas natural licuado de Rusia«.
Después de que España, con Pedro Sánchez en la presidencia del Gobierno, cambiara su política internacional con respecto a Marruecos y reconociera la soberanía de este sobre el Sahara Occidental, Argelia utilizó su posición como proveedor clave de gas natural para presionar al Gobierno, aumentando los precios y cerrando gasoductos. Como principal proveedor de gas a España, redujo significativamente sus envíos. En 2022, la importación de gas natural argelino a España cayó un 40%.
Entre 2018 y 2023, EE.UU. ha quintuplicado la exportación mundial de gas licuado, según datos del departamento norteamericano de Energía. En ese periodo, Washington ha pasado de exportar lo mismo que Moscú, unos 3.000 millones de pies cúbicos por día, a unos 11.600, compitiendo así con los líderes mundiales en ese sector, que son Australia y Catar.
España es a día de hoy uno de los mayores clientes de EE.UU. por detrás sólo de Países Bajos, Reino Unido, Francia y compitiendo en compras con Japón y Corea del Sur. Europa se ha convertido en dos años en el mayor cliente del gas licuado americano, tomando el relevo de Asia.
Principal mercado del gas
Según el propio Gobierno español, con un 37% del total europeo almacenado, nuestro país aspira a convertirse en el principal mercado organizado de gas natural licuado de Europa. En España, el gas natural es el primer combustible utilizado para calentar las viviendas principales, seguido a cierta distancia por la electricidad.
España es a su vez el sexto mayor consumidor de energía en Europa –después de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Turquía– y prácticamente no tiene producción doméstica de combustibles líquidos ni gas natural. La regulación gubernamental española limita la proporción del total de petróleo y gas natural que puede importarse de un solo país para garantizar la diversidad en el suministro y el Estado autoriza los porcentajes asignados a las empresas energéticas.
Las exportaciones a España de gas licuado de EE.UU. han pasado en cinco años de 3.200 millones cúbicos de pies al mes a casi 50.000 en octubre, el último mes del que hay datos del departamento de Energía. Antes de 2018, las importaciones norteamericanas eran mínimas, en muchos meses inexistentes, de volumen cero. El precio también se ha disparado. La media en 2017 era de 4,94 dólares por cada mil pies cúbicos y en junio superó los 11 dólares, unos diez euros al cambio actual.
Dos años de guerra
La guerra en Ucrania ha tenido los mayores efectos en esta nueva dinámica por la reducción en la compra de gas a Rusia. Durante 2022, las importaciones de gas natural licuado de EE.UU. representaron el 42% de las importaciones totales de la UE, en comparación con el 16% de Rusia. La Unión Europea busca eliminar gradualmente el gas natural ruso para 2030, tras varias rondas de sanciones.
Después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, la Administración Biden prometió proporcionar gas licuado de exportadores estadounidenses a la UE y superó los objetivos marcados en 2022. El Kremlin ha denunciado que, tras su invasión de Ucrania, EE.UU. está maniobrando para aumentar sus exportaciones y beneficiarse de más compras europeas de combustibles. La Casa Blanca lo niega y no hay ninguna prueba de que existiera plan alguno con tal fin antes de la invasión de Ucrania, condenada por la comunidad internacional.
España alcanzó el pasado mes de agosto un hito al llenar al 100% sus instalaciones de almacenamiento subterráneo de gas, una señal de la creciente importancia de la seguridad energética. Enagas, operador de terminales de gas licuado, juega un papel crucial en este esfuerzo, gestionando una extensa red de gasoductos y plantas de importación.
Rusia, por su parte, ha buscado vías alternativas de venta de gas hacia Asia, lo que también se ve dificultado por las sanciones de Estados Unidos. Dichas sanciones representan un obstáculo importante para los planes rusos de aumentar las exportaciones de gas natural licuado por vía marítima para compensar la disminución en las exportaciones de gas por gasoducto a Europa.
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