El PP pasa a la ofensiva sobre los barones y los equipara a Sánchez

El líder del PP celebraba ayer en Toledo su primer mitin de campaña junto al candidato regional, Paco Núñez, y el candidato a la alcaldía, Carlos Velázquez. Un territorio propicio, pero a la vez complejo, para hacer este discurso. Emiliano García-Page es el presidente socialista que de forma más nítida ha confrontado con Sánchez. Y el PP en muchas ocasiones ha jugado la baza de presentarlo, también al aragonés Javier Lambán, como un ejemplo de que podía existir un PSOE distinto.

Pero ese marco ya no sirve en campaña electoral. Además, el salto cualitativo que se produce con las candidaturas de Bildu justifica el endurecimiento del discurso de Feijóo. «Ya no engañas a nadie. Otra vez el mismo truco cínico de decir pero no hacer. No vas a hacer nada contra Sánchez», respondió el candidato del PP en Aragón, Jorge Azcón, al mensaje que Lambán puso en sus redes sociales reclamando que el PSOE rompa sus pactos con Bildu.

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En el PP generan cada vez más rechazo figuras que intentan separarse de Sánchez para no contaminarse de una parte de sus decisiones pero luego aprovechan la implantación territorial y la inercia de un partido como el PSOE. También en Extremadura, donde María Guardiola intenta romper la hegemonía de la izquierda. Las sensaciones con ella en el PP son buenas. Aunque lo cierto es que se piensa que habría necesitado algo más de tiempo –es presidenta regional desde el pasado julio– para poder derrocar a Guillermo Fernández Vara. Aun así, no se da por perdido ese territorio.

Aunque el presidente del PP no quiso mencionar personalmente a Page, Feijóo atacó ayer desde Toledo la sumisión del conjunto del PSOE a esa alianza con Bildu: «No he visto a ningún candidato parar y decirle 'ya está bien, si no rectificas te quedas solo'»; por eso ha planteado que «todos los candidatos de Sánchez son responsables de los efectos del sanchismo. Todos los que votan igual que Sánchez son Sánchez y merecen la misma derrota de Sánchez». El que sí fue al choque directo fue Núñez, que atacó directamente ese intento de diferenciarse: «Page es cómplice necesario de la vergüenza que estamos viviendo a nivel nacional», señaló al referirse a que el PSOE de Castilla-La Mancha rechazó hace unos meses condenar las alianzas del Gobierno con Bildu.

Feijóo se comprometió con una política «desde la centralidad» y «no desde Bildu y ERC». Y ahí el líder del PP plasmó un discurso de puertas abiertas: «Si la gente con sentido de Estado no cabe en el partido de Sánchez cabe en PP. Caben todos los que quieren trabajar sin importar lo que hayan votado en las anteriores elecciones», apeló Feijóo esgrimiendo el concepto del «cambio sereno». Mientras Núñez reclamaba también el voto a los «defraudados» con García-Page.

El líder del PP señaló como «inaceptable que sigan siendo sus socios» y que «todos los candidatos se callen», en referencia a la presencia de miembros de ETA en las listas de Bildu: «A nosotros y a mí no nos van a silenciar. Me repugna igual que a la inmensa mayoría de votantes del PSOE. Que el sanchismo se calle y baje las orejas ante esta provocación. ¿De verdad que esto es normal después de lo que hemos sufrido?». Feijóo se preguntaba si a ningún candidato socialista le queda un ápice de dignidad para decirle «rompa ese pacto o nos vamos del partido».