Las polémicas de Inna Afinogenova, la propagandista de Putin reconvertida en musa de Pablo Iglesias

De hecho, su labor como subdirectora de Russia Today en español, el órgano del Kremlin para difundir su propaganda, acabó de manera abrupta hasta el punto de que fue acusada de irse «a ganar dólares a la CNN miamiera».

Nada más lejos. Afinogenova apareció en España, contratada como colaboradora de Iglesias para su podcast en 'Público' y después para el propio Canal Red, que acaba de dar el salto a la televisión tras 'okupar' el hueco que ha dejado 7NN en Madrid. Paralelamente, RT fue vetado en todo el mundo occidental por ser un evidente canal de difusión de bulos prorrusos y ella dimitió. El orden de factores en este caso no está claro.

«Soy Inna Afinogenova, periodista rusa. Tras varios años trabajando para una televisión pública de mi país, inicio una etapa como periodista independiente», anunciaba en su canal de Youtube, donde ejerció hasta el momento.

Nada más lejos: nunca fue independiente, ni en sus años contratada por Rusia ni después.

Afinogenova pasó de negar la invasión rusa a Ucrania («Llegará enero, después febrero y marzo, acabará 2022 y seguro que en los medios seguirán leyendo que la invasión es inminente (...) una inminencia que nunca llega, no lo hacen por ignorancia, sino porque lo tienen perfectamente calculado», decía en 2021) a posicionarse públicamente contra Putin.

Sin embargo, su renuncia de RT nunca fue creída. Max Golovánov, antiguo productor del canal, afirma que ella falseaba noticias a sabiendas de que era así. No fue por mala praxis, que también, sino por mala fe. «En mi presencia, Inna violó la ética periodística, ordenando publicar material falso deliberadamente, contribuyendo al belicismo y a la propaganda de la violencia en Rusia», afirmó Golovánov en una carta manuscrita a 'El Periódico'.

En este sentido, nunca fue creída, tampoco en España. David Alandete, corresponsal de ABC en Washington, denuncia que fue ella quien le señaló (además de a otros medios) durante la época dura del independentismo. Afinogenova sirvió de altavoz para meter cizaña en los años más complejos con el único objetivo de desestabilizar a España y, de paso, a Europa.

«Mapas con falsos reconocimientos en Europa al nuevo país catalán, titulares sobre tanques en Barcelona, falsas cifras sobre heridos en el referendum ilegal de 2017...», recuerda Alandete. Todo ello y más hizo en sus años en RT.

Ella mantiene que ya no es aquella Inna. Aunque Pablo Iglesias se ha apresurado a salir en su defensa, los precedentes no invitan a pensar que haya cambiado mucho. O peor: si lo ha hecho es con oscuras intenciones.

«Mi admiración por ella y por su trabajo periodístico solo es comparable al desprecio que siento hacia esa mafia corporativa de palmeros del poder que hoy vuelven a atacarla con basura», ataca Iglesias.

Demasiado occidentalista para unos, demasiado prorrusa para otros, apestada para ambos, Inna Afinogenova pretende ser una imagen amable en el canal de Iglesias, que cuenta con su propia agenda y que se ha propuesto lanzar su verdad por encima de la establecida en los medios tradicionales. Nadie mejor que una experta en difundir desinformación para ayudarle... pese a que se muestre arrepentida.