Podemos e IU se organizan para no ser absorbidos bajo el mando de Díaz en Sumar

Tanto IU como Podemos han hecho estas consideraciones en los últimos días, mientras el PSOE y la vicepresidenta negocian ya los contenidos de un eventual acuerdo programático para gobernar juntos si la investidura de Pedro Sánchez prospera. El pasado fin de semana, Podemos celebró un acto con mensajes muy críticos a Díaz. Una tónica habitual en ellos, que insisten que si firmaron el acuerdo de coalición con Sumar fue por «responsabilidad» para frenar a la derecha y no porque aceptaran sus condiciones, que Belarra tilda de «injustas».

Podemos presentó un documento de debate interno ante sus cargos y militantes para redefinir su plan político. En el apartido 2.3.3, el partido recuerda que «Podemos respeta a las demás fuerzas políticas y a las personas que militan en ellas y, precisamente por ello, en Podemos no existe la doble militancia». La portavoz María Teresa Pérez lo explicó así el lunes: «Quien esté en activo, dado de alta en nuestra base, tendrá que decidir de qué partido toma parte y a qué organización está aportando su capacidad».

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Es el plan de repliegue de Belarra para evitar que sus cargos se fuguen a Sumar, que sí admite esa doble militancia, y ellos queden más debilitados a nivel orgánico. Sobre todo de cara a los próximos procesos electorales autonómicos: País Vasco y Galicia. Una espantada podría poner a Podemos en apuros si decide romper sus acuerdos con Sumar. De hecho, el documento de Belarra también deja en el aire sus pactos con Díaz si continúan los vetos como el de Irene Montero, siguen sin primarias y sin que se respete la autonomía interna de cada partido.

Por su parte, el coordinador federal de IU y ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón, expuso ayer en su intervención ante la Coordinadora Federal de IU, máximo órgano entre asambleas, unas críticas en la misma línea. Estas consideraciones estaban dentro de un informe político más amplio, al que tuvo acceso ABC, dividido en tres partes. La tercera pata son las reflexiones para con Sumar.

Garzón reivindicó la capacidad de Díaz para configurar la coalición electoral en apenas unos meses, sin embargo, admitió que ponerle prácticamente el mismo nombre que a su partido, Movimiento Sumar, ha creado «confusión». Y consideró que Sumar debe consolidarte como un 'frente amplio' donde Movimiento Sumar sea «un partido más» y donde todos sus actores se «sientan cómodos y representados» a través de «mecanismos democráticos». Aquí planteó la creación de una «Comisión Coordinadora como un elemento previo para el debate y la construcción colectiva de propuestas» que organice un encuentro amplio entre todos los integrantes de Sumar y sirva para articular de forma plural importantes negociaciones como las de un eventual gobierno de coalición con el PSOE.

También es crítico con que se mantengan las portavocías de la campaña elegidas de «que se designaron sin diálogo» y las portavocías parlamentarias adjuntas del Congreso que «se hayan nombrado de forma unilateral por la dirección del grupo». Podemos e IU, que aportan al grupo cinco diputados cada uno, no tienen ninguna.

Ayer Garzón rechazó insistió en portavocías rotatorias entre los ocho partidos que integran el grupo parlamentario. Un formato que se «ajusta a la realidad plural« de Sumar, consideró. La primera pata del informe de IU es una reflexión sobre el fracaso de Feijóo y la necesidad de un «Gobierno progresista y plurinacional» donde esté Sumar.

La segunda, son cinco reclamaciones programáticas a Sánchez para gobernar: intervenir el mercado de la vivienda, congelar el precio de los alquileres, la creación de un millón de puestos de trabajo con prioridad para jóvenes y parados de larga duración invirtiendo un uno por ciento del PIB, una nueva ley para garantizar la suficiencia financiera en zonas rurales y la España vaciada, un plan nacional para un nuevo modelo energético sostenible y la construcción de un «Sistema Estatal de Cuidados Públicos».