Los pinchazos del escolta del presidente del TC: «Llegamos con la sirena y hacemos el paripé»
El agente y otro policía están imputados por dar cobertura al falso secuestro de un hostelero
Detenido un escolta del presidente del TC por simular un secuestro
Madrid
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Iniciar sesión«Se nos fue de las manos el asunto». Con estas palabras, Jorge D., el hostelero investigado por presuntamente fingir su secuestro con la ayuda de dos policías, explicó por qué se ausentó varios días del restaurante de moda en el que trabajaba en Madrid. ... Estaba de fiesta. «Se lió la cosa y ya está. También fue un tema más personal, por lo típico, ¿no? Novia, familia, tal… algo de trabajo».
Es 27 de abril de 2022 y habla con S.E., entonces escolta encargado de la protección y seguridad del presidente del Tribunal Constitucional, con el teléfono móvil de otro amigo, un agente de la comisaría del barrio madrileño de Tetuán. No saben que éste último tiene el terminal intervenido porque la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional investiga su posible implicación en un caso de tráfico de drogas.
«Tú los dos días no estuviste localizable, ¿no hablaste con nadie del trabajo?», pregunta el escolta. «Claro, claro. Nada. Ni de trabajo ni de nadie», zanja Jorge. D. Entonces, el primero ofrece al segundo una solución, una coartada para evitarle problemas en el restaurante. «Yo puedo coger un día el coche... porque yo trabajo con un coche».
Detenido un escolta del presidente del Constitucional por simular un secuestro
Adriana CabezasCon el coche oficial y su placa habría dado cobertura a un hostelero a cambio de 500 euros y cocaína
Se refiere al vehículo oficial que utiliza el presidente del Tribunal Constitucional. «Y llegamos al trabajo con la sirena y damos una especie de explicación. Nosotros llegamos y vemos que te vea el jefe y tal, (...) te apartamos un poco con la chorrada de que seguimos con la investigación y ahí ya hacemos un paripé», prosigue de acuerdo al informe policial que recoge las transcripciones de las conversaciones telefónicas, al que tuvo acceso ABC.
Según los testigos, la única explicación que Jorge D. dio a su entorno para justificar su ausencia esos días es que había sido secuestrado por miembros de una organización extranjera dedicada a la estafa de criptomonedas cuando fue de visita a casa de un amigo. Y por ello, para respaldar su versión, el escolta propone hacerse pasar, junto al policía de Tetuán, por agentes al frente de la investigación del supuesto secuestro: «Nosotros llegamos allí y digo: 'Mire, esto es una banda delictiva, está el secreto de sumario y no podemos dar más datos de los que se están dando'». Insiste en que «ese paripé es más viable que presentar una denuncia» falsa.
Dieron credibilidad a la coartada con el coche oficial del TC y su placa a cambio de 500 euros y cocaína, según las pesquisas
«Vamos con un coche camuflado. Está la sirena encima y todo... pero es un coche camuflado. Por eso no es canteo. Por eso vamos de paisano y lo que iba a decir es: 'Mira, es una operación de gente del extranjero, y mediante un secreto de sumario no se puede ahondar más en la historia. Hemos recuperado estos objetos y ya está...' No hay que dar muchas más explicaciones. Eso es lo más viable, lo más rápido».
El «homenajillo»
Al final de la conversación, quedan con el hostelero en que el escolta y el agente de la comisaría de Tetuán ejecutarán el plan en los próximos días. «Vale, vale, pues cojonudo», contesta Jorge.D. Le han convencido. «Pues ya está, vosotros sois los que sabéis, tío. Si lo veis así pues ya está». A cambio, él se compromete a invitarles a una cena, según los investigadores, con servicios de prostitución incluidos y diez gramos de sustancia estupefaciente. «Para empezar una cenita los cuatro con las cuatro chiquis, tenéis allí y a todo lujo. Más otra cosa… otra cosa no… más diez cosas que he pedido a Charly para vosotros», ofrece el hostelero.
Al día siguiente, constan nuevas llamadas entre Jorge D. y J. S., el policía de Tetuán. En esta ocasión, para entregarle una mochila con sus pertenencias, las mismas que, al día siguiente, le devolverían delante de sus compañeros en el restaurante. Quieren hacer creer que también le robaron y que los agentes han recuperado sus cosas tras el secuestro.
«Le vamos a decir (a Jorge D.), vete preparando el aguinaldo. Aparte de la pasta… ya lo tenemos por los cojones. Ya es extorsión»
El 29 de abril, según lo acordado, los dos agentes, de paisano y con el arma reglamentaria a la vista -según contaron los testigos y consta en el informe-, se presentaron en el local donde trabajaba Jorge D. El informe revela también las conversaciones telefónicas que cruzaron antes de que el escolta cogiera el vehículo oficial y comenzara el «show».
«Vístete bien que no podemos ir diferentes», le advierte el escolta a su amigo, el policía de Tetuán. «¿Bien vestido cómo es? ¿Un pantalón vaquero?», pregunta el segundo. Hablan también del «homenajillo» que se van a pegar por ayudar al hostelero a cubrir su desaparición voluntaria. «Hincharnos a follar», dice el escolta. El agente de Tetuán también quiere dinero a cambio. «Le vamos a decir (a Jorge D.), vete preparando el aguinaldo. Aparte de la pasta… ya lo tenemos por los cojones. Ya es extorsión», afirma.
A la espera del volcado
El plan se llevó a cabo. Y el 11 de mayo de 2022, se vuelve a registrar una llamada en la que los dos policías hablan del asunto. En concreto, del dinero que Jorge D. les ha pagado por su ayuda. «Ha llegado a 500 pavos», dice el agente de Tetuán. «Es una mierda», prosigue. «Bueno, ya le sacaremos alguna cena o alguna fiesta», tranquiliza el escolta, que después pregunta sobre el «paripé» que protagonizaron: «Los jefes se lo tragaron, ¿no?». El escolta dice que sí, pero está molesto por el dinero que les ha dado, le parece poco. «500 euros es una basura hermano. Es una puta mierda. Deberían ser 1.000 euros, le salvamos la vida. Pero le vamos a sacar algo».
El Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid imputó a los dos agentes y al hostelero presuntos delitos de cohecho y tráfico de drogas. Ambos policías fueron suspendidos de empleo y sueldo y Jorge D., detenido en Ibiza el 29 de mayo de este año. La juez acordó su puesta en libertad provisional. La tesis de los investigadores es que habría pagado a los dos agentes 500 euros y diez gramos de cocaína para que dieran cobertura a su «desaparición voluntaria». Según fuentes jurídicas consultadas, la investigación se centra ahora en el análisis del volcado de sus teléfonos móviles.
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