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«El lápiz rojo del dictador es su verdadero retrato»

Stanley Payne, Enrique Moradiellos, Ricardo García Cárcel, Juan Pablo Fusi y Fernando García de Cortázar valoran los documentos publicados por ABC

J. FERNÁNDEZ-MIRANDA/ J. GARCÍA CALERO/ E. VILLAREJO

Si para cualquier lector resulta llamativo seguir el lápiz rojo de Francisco Franco subrayando los informes de sus espías del servicio de información de Falange , o tener acceso sus anotaciones en los márgenes, imagínese el interés que puede tener para los máximos conocedores de este periodo tan importante de la historia. ABC ha pulsado la opinión de algunos de ellos: ¿Han leído los reportajes publicados estos últimos cuatro días? ¿Qué opinan de los documentos revelados sobre la conspiración monárquica ?

Ricardo García Cárcel , profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha llegado a tener «la impresión de que Franco se sonreía maliciosamente mientras subrayaba, porque veo en el lápiz rojo del dictador no solo la gran cantidad de información que manejaba y el control absoluto que ejercía, sino un verdadero retrato de Franco». Un retrato a lápiz rojo de alguien que, según muestran los documentos, «tuvo capacidad para torearse a los monárquicos y a los falangistas nerviosos por la llegada del Príncipe », asevera el historiador. Para él, otra de las aportaciones es el papel del duque de Alba, un personaje de influencia no bien conocida en todos esos hechos y que está pidiendo una biografía seria urgentemente.

Juan Pablo Fusi, profesor emérito de la Fundación Ortega y Gasset y de su instituto universitario, ha recortado los reportajes de ABC estos días. Son para él documentos muy interesantes que completan con infinidad de detalles hechos históricos que se sabían. «Los contactos de los monárquicos con el exilio, sobre todo socialista, tienen desarrollo en estos informes y son importantes porque pueden considerarse uno de los más lejanos antecedentes de la Transición ». A Fusi le parece que los documentos son muy relevantes por el momento que vive el régimen en esos años, «el contexto del aislamiento internacional y de la desafección de los monárquicos tras la Ley de Sucesión... Y explican detalles de la habilidad del régimen para sobreponerse a todas esas dificultades . Me interesa mucho esa información que le llegaba, aunque recibiría más datos desde otras fuentes». Y concluye: «También me ha interesado muchísimo, como imagino que a todos los historiadores, los detalles de la carta de Pilar Primo de Rivera mostrando la preocupación de la Falange por la educación del Príncipe».

Desde EE.UU., Stanley G. Payne -profesor emérito de la Universidad de Wisconsin y biógrafo de Franco- atendía a ABC con alegría por la noticia de los documentos. «¿Salen más mañana? Son muy interesantes. Aunque no debemos confundirnos, son informes más de conversaciones e intenciones que de hechos». En efecto, comentamos que, teniendo la lista de una junta militar rebelde, Franco no hiciera una redada. Payne es claro: «No son militares con mando en tropa, tenga en cuenta que son figuras destacadas pero a las que tiene bajo control». Lo mismo opina Moradiellos. Veremos en próximas entregas de estos reportajes algunos actos de represión, pero es cierto, como señala Payne, citando a Tusell, que «en España entonces los militares no conspiraban sino que hablaban de conspirar».

Al hispanista le parece también que estos documentos muestran lo desorientado que llegó a estar Don Juan en aquel momento de cambio de política de los aliados sobre España y de las posibildades reales de aunar al exilio socialista y los monárquicos del interior. En conclusión, Payne cree que «aportan detalles enjundiosos, permiten una idea más completa si bien no cambian los hechos conocidos».

El ya citado Enrique Moradiellos , catedrático de la Universidad de Extremadura, recibe la llamada de ABC sumergido en su despacho entre recortes y fichas de su propio archivo. Nos cuenta que «son documentos interesantísimos que nos dan una visión interna de cosas que más o menos se sabían ». Nos lee documentos, comenta los publicados por ABC, nos recomienda libros, nos invita a un viaje por la historia.

Cita a la Reina Victoria Eugenia, cuando dijo al conde de los Andes en Lausana que «la idea de apoderarse de mi nieto resultaba la consecución lógica de la Ley de Sucesión». Ilustra lo que los papeles muestran: cómo Don Juan se vio obligado a jugar la baza de la continuidad dinástica . Su última baza. Le dijo a Pemán que no podía privar al Príncipe de una educación en España y esa premura explica su cambio de actitud en 1948. Comenta la incomprensión de algunos monárquicos con el cambio de Don Juan. A la larga, le parece que fue una victoria de la Monarquía, porque «no cabe en ninguna cabeza que Franco quisiera ir más allá de la operación Arias Navarro, que habría abierto la posibilidad de una democracia tutelada, o más bien una «dictadura perfecta».

Fernando García de Cortázar celebra la publicación en ABC que explica cómo «la conspiración monárquica se sosiega y endereza» con la llegada del Príncipe. García de Cortázar, que cada domingo escribe sobre historia en estas páginas, recuerda que ahora sabemos cómo Franco actuó con habilidad para ganarse a «un grupo de personas que a lo largo de su jefatura de Estado no le molestó especialmente» y cómo «en plena euforia, el ganador de la guerra, rey sin corona, comenzó a conceder títulos nobiliarios a su capricho, recayendo los primeros en sus viejos compañeros de armas».

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