Turquía no quiere la ropa que recogieron los voluntarios vascos para las víctimas del terremoto
La Fundación DYA, encargada de la campaña, ha contactado con la embajada de Siria y con asociaciones de apoyo a Ucrania para dar salida al material
Voluntarios de DYA organizan y clasifican la ropa donada durante la campaña
Habían pasado pocas horas del terremoto que arrasó el sudeste de Turquía y el Norte de Siria el pasado 6 de febrero cuando la asociación sin ánimo de lucro DYA (Detente y Ayuda) puso en marcha en el país vasco una campaña de ayuda ... a los damnificados. El consejero de la Embajada de Turquía en España, Yunus Emre Bayrak, dijo en un primer momento que lo más necesario era ropa de abrigo, alimentos en conserva, tiendas de campaña, productos de higiene, pañales y leche de fórmula para bebés. La asociación vasca centró sus esfuerzos en recopilar ropa de invierno y mantas. En pocos días habían llenado ya varios contenedores. Son toneladas de ropa se acumulan ahora en un almacén de Baracaldo porque la embajada turca no quiere aceptarla.
«Las autoridades turcas están desbordadas», lamenta Javier Liz, gerente de DYA en Vizcaya. Asegura que informaron de su campaña a las autoridades otomanas y que, en un primer momento, todo fueron «parabienes» y que incluso se comprometieron a «colaborar» en el transporte de la mercancía. Sin embargo, al embajada ahora ha rechazado esa ayuda «por problemas logísticos» y les ha comunicado que no tiene previsto aceptarla. «La situación ha sido muy caótica», describe.
Fuentes de la embajada de Turquía en España explican a ABC que en estos momentos la ropa ya no se considera «ni necesaria, ni prioritaria». Explican que las instrucciones de Turquía son aceptar únicamente «tiendas de campaña, sacos de dormir, mantas, sanitarios o duchas portátiles». Aseguran no tener constancia del cargamento vizcaíno, y confirman que en estos momentos no tienen habilitado ningún punto de recogida en España donde entregar el material donado. «La gente se ha volcado tanto que estamos desbordados y no podemos asumir más», insisten.
Una salida para la ropa
De hecho, la propia campaña vizcaína tuvo que suspenderse antes de lo previsto. La intención de DYA era mantener la recogida hasta el 19 de febrero, pero fue tal la avalancha de material donado que tuvieron que suspenderla antes de tiempo. De momento toda la ropa donada está almacenada en ocho tráileres prestados por una empresa de mudanzas a la espera de poder darle otra salida.
DYA ya está trabajando con la embajada Siria para que todo el material pueda llegar a los ciudadanos de este país que también sufrió las consecuencias del terremoto. «Estamos acabando de paletizar y en los próximos días lo trasladaremos a Madrid donde se harán cargo de ello», explica Liz. Se antoja, en cualquier caso, un viaje complicado ya que buena parte del territorio afectado por el terremoto sigue inmerso en una guerra civil. También han contactado con asociaciones que ayudan a Ucrania por si también pudiera llegar a las víctimas de la guerra.
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