Estos son los siete parkings que te libran de la multa por acceder a la ZBE con el coche en Bilbao

Con esta decisión, Bilbao se alinea con urbes como Barcelona o Madrid, pero va un paso más allá en cuanto a exigencia medioambiental. Ya durante el primer año de funcionamiento de la ZBE solo se permitía el acceso de coches sin distintivo, o etiqueta medioambiental A, en algunos supuestos. Ahora, también los vehículos con etiqueta B pierden el derecho a circular por el centro salvo contadas excepciones. Una de ellas es especialmente relevante para quienes necesitan entrar en la ciudad sin incurrir en sanciones: utilizar uno de los siete parkings autorizados dentro del perímetro restringido.

Los conductores que cuenten con un vehículo con distintivo B pueden estar tranquilos si su destino en Bilbao es uno de estos siete aparcamientos rotatorios. Se trata de infraestructuras que están conectadas directamente al sistema de control de acceso de la ZBE, lo que significa que al entrar, los datos del coche quedan registrados automáticamente como autorizados y no se genera ninguna multa, a pesar de estar circulando por una zona restringida.

En total, suman aproximadamente 2.000 plazas de estacionamiento, que estarán disponibles para vehículos con etiqueta B al menos hasta el año 2029. Esto representa un respiro para quienes todavía no han podido cambiar de coche pero necesitan acceder puntualmente al centro bilbaíno, ya sea por trabajo, compras o motivos personales.

Aunque la normativa se ha endurecido, existen varias excepciones contempladas por el Ayuntamiento.

Además, es importante señalar que la ZBE de Bilbao no se aplica de manera continua. Las restricciones solo están activas de lunes a viernes, entre las 7.00 y las 20.00 horas, y únicamente en días laborables. Esto significa que los fines de semana y festivos, la circulación de vehículos contaminantes no está limitada, lo cual puede resultar útil para quienes necesitan usar su coche B de forma ocasional.

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La apuesta de Bilbao por reducir la contaminación urbana es clara. Con esta ampliación de la ZBE, la ciudad se posiciona a la vanguardia del cambio hacia una movilidad más sostenible. Sin embargo, la medida también obliga a muchos conductores a adaptarse en un corto periodo de tiempo. Desde el Consistorio bilbaíno se ha defendido que el objetivo no es castigar al ciudadano, sino fomentar un cambio de hábitos en la movilidad urbana, ya sea apostando por el transporte público, el coche compartido o el uso de vehículos menos contaminantes. Y para quienes aún dependen del coche, estos siete parkings se han convertido en un salvavidas clave para seguir moviéndose por la ciudad sin temor a ser multados.