Manifestación en Bilbao
El independentismo vasco presume del acercamiento de presos y carga contra los jueces por «obstaculizar» las puestas en libertad de etarras
Decenas de miles de personas han llenado las calles de la ciudad bajo el nuevo lema del colectivo de presos: 'Etxera' (a casa)
Decenas de miles de personas han llenado las calles de Bilbao
Después de dos años en los que la pandemia ha obligado a fragmentar la convocatoria y a aplicar medidas de distanciamiento social, la manifestación que cada año celebra en Bilbao la izquierda abertzale a favor de los presos de ETA volvía este sábado en ... su forma más multitudinaria. Decenas de miles de personas marcharon durante casi dos horas por el centro de la ciudad. En su recorrido las habituales consignas a favor de los presos de ETA se han mezclado con las nuevas reivindicaciones para pedir su excarcelación y «vuelta a casa». Y es que, el colectivo ha aprovechado la convocatoria de este año para sacar músculo y escenificar la «victoria» que supone haber culminado (o estar a punto de hacerlo) el acercamiento de presos a cárceles vascas.
«Hoy, ante miles de ciudadanos, podemos decir que nos ha costado pero que hemos ganado esta etapa», ha reivindicado el portavoz del colectivo Sare, Joseba Azkarraga, al término de la manifestación. El que fuera consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno vasco, ahora reconvertido en portavoz del colectivo a favor de los presos, ha cargado además duramente contra los jueces en el comunicado final. Les ha acusado de interponer «obstáculos» para «impedir» avanzar hacia la convivencia.
Azkarraga no ha dejado títere con cabeza en su intervención. Ha tachado de «juagados de excepción» a quienes en última instancia deciden sobre la progresión de grados de los presos. También ha criticado a la Fiscalía y a la Audiencia Nacional, de quien ha asegurado que actúan con «afán de revancha» para decidir «desde la distancia» sobre personas «que ni conocen ni les interesan, obviando la opinión de los centros penitenciarios». Según sus cálculos, el «64% de los presos vascos», 110, podrían estar ya en tercer grado», cuando jueces y fiscales «dejen de retorcer las leyes y se ajusten al momento que estamos viviendo».
En realidad, las críticas al sistema judicial están llamadas a ser la base del nuevo argumentario de las organizaciones afines a los presos de ETA. Según los últimos datos del colectivo, el 92% de los terroristas encarcelados cumplen ya condena en cárceles del País Vasco y Navarra. Apenas quedan 14 en prisiones de fuera de esas comunidades autónomas y la previsión es que todos los acercamientos se hayan realizado en marzo de 2023.
Por lo tanto, el colectivo da por conseguido el objetivo de «acercar» a los terroristas y centrará ahora sus reivindicaciones en la concesión de terceros grados y regímenes de semilibertad. Tanto es así, que por primera vez este año no se ha exhibido el característico mapa de Euskal Herria (el que suma al País Vasco las tres provincias francesas y Navarra) que los simpatizantes de los presos de ETA han usado durante más de 30 años. También ha cambiado el lema, que ha pasado de ser 'Euskal preosak Euskal Herria' (Los presos vascos al País Vasco) a 'Etxera' (a casa).
La marcha ha estado encabezada con una lona de 30 metros con el nuevo logotipo que presentaron la semana pasada. Entre las decenas de miles de manifestantes que han llenado las calles de Bilbao se ha podido ver cerca de la cabecera al líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Junto a él también han apoyado la causa de los presos de ETA el exportavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, Joan Tardá, y a la expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell.
Ni CCOO, ni PNV
Pese al notable apoyo que ha recibido la convocatoria del independentismo catalán, la manifestación se ha celebrado este año con menor presencia institucional. El sindicato Comisiones Obreras, que sí se ha sumado a otras reivindicaciones similares, optaba por no participar al considerar que ya se ha logrado el objetivo de terminar con el «alejamiento» de los terroristas. Desde el sindicato pedían además a la izquierda abertzale hacer «autocrítica» porque entienden que han sido ellos mismos los que durante décadas han negado a los presos la posibilidad de optar por procesos de reinserción, lo que ahora les podría perjudicar en las progresiones de grado.
Tampoco ha participado en la manifestación el PNV. En la convocatoria del año pasado anunció que no habría más representación del partido en manifestaciones a favor del acercamiento de ETA, una causa que sí habían apoyado con su presencia algunos miembros del partido en el pasado. La parlamentaria Irune Berasaluze confirmaba el sábado por la mañana que este año tampoco acudiría nadie del partido a la manifestación. Ha asegurado que su partido sigue estando a favor de la derogación de «la excepcionalidad penitenciaria que se aplica a presos de ETA», pero ha recordado que con la culminación de los acercamientos y el reciente traspaso de las competencias penitenciarias los últimos meses se está avanzando en la concesión de terceros grados.
Berasaluze hacía esas declaraciones en una mesa redonda que había organizado el colectivo Sare, los convocantes de la manifestación, a primera hora del sábado. En ella han intervendio víctimas de ETA, del GAL y de torturas policiales. En ellas se ha podido escuchar la voz de Rosa Lluch, hija del exministro socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA en el año 2000 y a Rosa Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA en 1993. Las dos han pedido que no se haga una utilización «obscena» del dolor de las víctimas. También han pedido no hacer como «que nada ha pasado» porque ha habido «unas violencias muy duras en un territorio relativamente pequeño».
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