El autor del triple atropello mortal en Cantabria triplicaba la tasa de alcohol y había consumido cannabis

Los fallecidos son una madre y un hijo, naturales del País Vasco, y una mujer sexagenaria de La Rioja

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Dos agentes de la Guardia Civil inspeccionan el lugar del atropello foto: EFE | VÍDEO: EP

La vida se paró para dos familias a las ocho de la tarde del martes de Semana Santa en la localidad cántabra de Suesa. A esa hora un todoterreno Ssangyong Power 4 irrumpió de forma temeraria en la pasarela peatonal que discurre ... junto al camping, cuando muchas personas se disponían a dar un apacible paseo y disfrutar de las buenas temperaturas. El vehículo invadió brutalmente la senda destinada a los peatones y arrolló mortalmente a tres personas. El conductor triplicaba la tasa de alcohol permitida y fuentes de la investigación confirman que también ha dado positivo en cannabis.

La juez encargada de la investigación ha acordado a primera hora de la tarde su puesta en libertad con cargos. Además, le ha retirado cautelarmente el carné de conducir y tendrá que comparecer periódicamente en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Santoña. También le ha solicitado la entrega del pasaporte y no podrá abandonar el territorio nacional mientras dure la investigación.

Los testigos han explicado a los medios de comunicación que todo ocurrió demasiado deprisa. Según relataron poco después del accidente Emilio Valle y su hijo Eneko, dueños del camping, el vehículo llegó circulando a gran velocidad y de forma «irregular». De hecho, varios coches ya habían tenido que esquivarlo cuando se lo cruzaron por la carretera.

En un momento dado, invadió el paseo de los peatones y se llevó por delante a tres personas. «Los reventó, los mandó volando por los aires y los dejó crujidos», describieron a los medios de comunicación poco después del atropello padre e hijo visiblemente afectados. Fue tal la velocidad que alcanzó el todoterreno que tras el impacto aún continuó circulando 100 metros más hasta frenar al empotrarse ya dentro del camping. A su llegada, los servicios de emergencia tan solo pudieron certificar la muerte de dos de las víctimas y aunque había una tercera persona herida aún con vida, ésta falleció apenas unos minutos después.

«Se veía venir» repiten los vecinos de la zona cuando les preguntan por el conductor. Se trata de un hombre de 73 años que, según varios testigos, ya había tenido varios accidentes previos. Ahora sabemos que además, conducía bajo los efectos del alcohol y las drogas. La prueba de alcoholemia que realizó la Guardia Civil instantes después del atropello arrojó un resultado de 0,72 mg/l en aire expirado, casi tres veces más de lo permitido. Superar los 0,60 mg/l de alcohol está tipificado como delito en el Código Penal, por lo que el autor del atropello se expone a una condena de entre tres y seis meses de prisión. A ello habría que sumar el castigo por conducir bajo los efectos del cannabis.

«Podía haber sido peor»

«La cosa podía haber sido peor», repetían una y otra vez tras el accidente los dueños del camping. La localidad de Suesa, al igual que la mayoría de pueblos de la costa Cántabra, están estos días al competo y a la hora del accidente el paseo peatonal estaba muy concurrido. Son muchas las familias vascas que tienen allí su segunda residencia y muchos vascos se trasladaron a Cantabria ya el fin de semana pasado, cuando los colegios cerraron por vacaciones.

De hecho, dos de los fallecidos eran vecinos de la localidad vizcaína de Sestao. Son Ethan, de 19 años, y su madre Erika, de 42, que estaban disfrutando de las vacaciones junto al padre de la familia y el hijo menor de ambos, de 14 años. El joven fallecido era, además, entrenador de la Sociedad Deportiva San Pedro, un equipo muy conocido en la localidad. «Pidamos a Dios, cualquiera que sea nuestra idea de él, que dé fuera y aguante a sus familiares», lamentaban desde el club en redes sociales. La tercera víctima es una mujer de 68 años, vecina de Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja. En el siniestro también falleció el perro con el que habían salido de paseo. Todos ellos eran clientes habituales del camping desde hace más de dos décadas y tenían allí un bungaló reservado de forma permanente. El juzgado de instrucción número 1 de Santoña se ha hecho cargo de las diligencias.

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