El asesino de gais de Bilbao trata de culpabilizar a su víctima: «le gustaba el sexo fuerte y se drogaba»

El acusado, que cuenta con antecedentes por estafa, ha reconocido que por aquella fecha había formado con otros tres hombres una banda a través de la cual robaban tarjetas de crédito, las utilizaban para sacar dinero y se lo repartían por «bizum». Ha explicado, sin embargo, que su función se limitaba a recibir las tarjetas y las claves y que ni conocía a las víctimas, ni estuvo nunca en sus domicilios.

Ha explicado que desde que era niño había tenido «rollos con el género masculino» y que contactó con la víctima a través de una aplicación de cita para homosexuales. Asegura que el primer contacto se produjo dos meses antes y que ya en un primer encuentro sexual a la víctima le gustaba «el sexo fuerte, que le sometiera». También ha insinuado que el hombre al que presuntamente intento asesinar, consumía drogas.

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Miriam Villamediana

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Según su relato, el día 17 de diciembre volvieron a quedar y acudió a la vivienda del hombre. Tras tomar un café, se sentaron en el sofá y comenzó a besarle. Ha negado conocer la maniobra de asfixia conocida como 'mataleón', pero sí ha reconocido que en ese momento de intimidad recordó que sus «colegas» le habían explicado «cómo aturdir» a una persona y que le abrazó «un poco fuerte» con intención de poder quitarle la identidad de las tarjetas.

Ha explicado que solo fue cuestión «de segundos» y que en cuanto se dio cuenta de lo que estaba haciendo, paró, se levantó y le pidió al hombre que estuviera tranquilo. Ha asegurado que intentó salir de la vivienda ante los gritos de socorro de la víctima pero que volvió a entrar porque no llevaba calzado y se había dejado el teléfono móvil. En ese momento, ha explicado, le siguió a la puerta agarrándole de la chaqueta y gritando «me quiere matar». Fue entonces cuando, futo del miedo, vio «un objeto en el recibidor» y el propinó «un golpe». A pesar de ello, ha tratado de convencer al tribunal de que no tenía intención de hacerlo y que, incluso, le mandó varios mensajes a la víctima para mostrarle su «arrepentimiento».

En su huida, cometió el error que desencadenó en su detención. Se olvidó una mochila con éxtasis líquido, la droga que presuntamente habría utilizado para anular la voluntad de sus víctimas, una tarjeta de crédito y su pasaporte. Él mismo ha reconocido que esa misma tarde acudió a la Ertzaintza para denunciar la pérdida del documento.

Su versión, sin embargo, difiere rotundamente de la de la víctima, que ha declarado a puerta cerrada. Por el testimonio de dos de sus vecinas que han testificado también en la jornada del lunes, sus gritos se escucharon desde el rellano. Han asegurado que gritaba que le querían «matar» y que le encontraron en el suelo sangrando de la cabeza. Una de ellas ha añadido, además, que le dijo que le habían «intentado estrangular».

Por su parte, el ertzaina que dirigió las actuaciones ha corroborado que en su denuncia la víctima aseguró que le «habían intentado matar». Ha explicado que les dijo que pensó «que podía ser un acto de índole sexual», hasta que comenzó a sentir «asfixia» y «ahogo». Otra agente ha confirmado que observó en el hombre «marcas en la nuez y en el cuello» cuando acudió a la vivienda.

El de este lunes es solo el primer juicio al que se enfrenta Nelson David S.M., que también tendrá que responder por varias muertes de otros hombres con los que también contactó a través de la aplicación de citas para homosexuales. La Fiscalía solicita una pena de nueve años de cárcel por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. La asociación de gais, lesbianas, trans, bisexuales e intersexuales del Gobierno vasco eleva esa petición hasta los 17 años y 11 meses.