Urkullu quiere urnas en julio y los partidos lo dan ya por hecho

El presidente vasco se presentó a la reunión de ayer con los representantes de los grupos parlamentarios con nuevos informes jurídicos y sanitarios que avalan la opción de acudir a votar en julio, cuando según el Departamento de Salud habrá una menor afección del coronavirus. Al término del encuentro, el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, apuntó que al menos hay que analizar esa posibilidad por mera «responsabilidad» ahora que se puede, pues deben pasar 54 días entre la convocatoria y la celebración de las elecciones. El Gobierno vasco se plantea incluso la posibilidad de disponer de una segunda fecha de reserva por si finalmente no pudieran celebrarse las elecciones en julio por razones de seguridad.

Desde el Ejecutivo vasco insisten en que Urkullu «no tiene preferencias a favor de una u otra fecha», pero sí «prioridades». La primera es de carácter sanitario, subrayó Erkoreka, que avanzó que por esta razón el presidente del Gobierno vasco no dará a conocer la fecha de las elecciones «mientras no se levante la emergencia sanitaria».

Y eso podría ocurrir de forma inminente. Ayer mismo, Urkullu mantuvo una reunión con el Comité Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) para abordar esta cuestión. Desde Vitoria recuerdan además que ocho de las 11 órdenes que el Departamento de Salud había anunciado para contener la pandemia del coronavirus ya se han derogado . «Quedan algunas, pero en sí mismas podrían no justificar la emergencia sanitaria».

A la espera de la fumata blanca, entre los partidos hay división de opiniones sobre la fecha electoral. El PNV se mantiene firme con la opción de julio, que ya avalan tanto PSE como PP: «Son necesarias unas elecciones para tener un nuevo Parlamento y un nuevo Gobierno vasco fuertes en unos momentos complicados», apuntó el candidato de PP+Cs a lendakari, Carlos Iturgaiz. La oposición proviene de Elkarrekin Podemos y EH Bildu, que insisten en que «no es momento» de pensar en este tipo de asuntos. La candidata morada Miren Gorrotxategi señaló al respecto que «con una crisis social, económica y sanitaria» el País Vasco no puede permitirse «un paso en falso».